Quinta Luna: La que no para de emocionar

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Pasó una nueva luna coscoína, esta vez la quinta, y como cada noche que pasa, dejó momentos históricos y emocionantes. En esta ocasión, estuvo a cargo de La Juntada, Los Carabajal y el siempre querido transerrano José Luis Aguirre.

Los Carabajal, dueños de una tradición

A las 22 en punto, se encendieron las luces del escenario Atahualpa, como ha sucedido en cada una de las lunas anteriores y sucederá en las que vendrán, para albergar a los grandes exponentes y nuevos valores de nuestra música folklórica.

En esta ocasión, Los Carabajal fueron los encargados de abrir la grilla propiamente dicha, luego del himno a Cosquín y la tradicional arenga. Los santiagueños llegaron con un puñado de clásicos, como suelen hacer cada vez que se presentan en este festival. Algunos de los temas que sonaron fueron Alma de Rezabaile (de Peteco Carabajal) y Morena esperanza (del grupo Illapu), aportando su cuota de música folclórica latinoamericana al festival. Luego, llegó el primer invitado de la noche. Acto seguido, Musha Carabajal tomó la palabra para dejar en claro lo que significa Cosquín para la cultura y lo importante que es que los medios públicos transmitan los festivales, medios que hay que seguir conservando porque la cultura no se negocia. La cultura es la mejor inversión que puede tener un país.

A continuación, se dio paso al primer invitado, Pablo Farhat, quien interpretó «Chacarera del Mishki Mayu». Luego, llegó el último invitado de la noche, el Indio Lucio Rojas, quien interpretó «Chacarera del violín» y «Déjame que me vaya», sin antes insistir en lo importante que es defender la patria y el pueblo que va a defender su música, la música folclórica. Para cerrar, no podía faltar el infaltable Entre a mi pago sin golpear, dejando así una presentación con los clásicos de siempre pero con un mensaje claro después de la polémica armada durante la actuación en Jesús María mientras actuaban bajo la propuesta Carabajales

Sofía Asis y Lucrecia Rodrigo también dijeron presente

Sofía Asís y Lucrecia Rodrigo también estuvieron presentes en el escenario. La revelación tucumana de Cosquín volvió a interpretar sus canciones con la misma pasión y energía que los sauces al viento, cerrando su actuación con Por los Caminos.

Por su parte, Lucrecia Rodrigo presentó un repertorio que, aunque fue corto para muchos gustos, sirvió para mostrar su arte susero. Celebramos el regreso de Lucrecia Rodrigo, quien, como siempre que se presenta en Cosquín, trae consigo su canto comprometido.

José Luis Aguirre, siempre local

 José Luis Aguirre es uno de esos artistas que siempre son bienvenidos sin importar la propuesta con la que lleguen a la plaza. El músico de Traslasierras demostró una vez más que no necesita grandes premios para demostrar su talento artístico, y lo más importante para él es recibir la ovación y los aplausos del público. Algo que el chuncano José Luis Aguirre siempre logra cada vez que sube al escenario, y esta vez no fue la excepción.

El músico interpretó un puñado de canciones, comenzando con Humilde Abrigo de Los Serranos, una canción dedicada a la minga y a la solidaridad de unirse para ayudar a los demás. Luego siguió con Córdoba Morena, Si fuera pajarito, «La Transerrana«, «Bailecito para iluminar y Huaynavalito. Antes de cerrar su actuación, agradeció a Cosquín por ser un espacio de encuentro y a todos los que pagaron una entrada en estos tiempos difíciles para apoyar a los artistas independientes. Además, hizo un llamado a defender lo esencial, como la educación, la salud y los derechos conseguidos, y resaltó el significado de Cosquín como lugar de expresión.

José Luis Aguirre dejó en claro que el arte es mucho mejor que los discursos vacíos y se despidió estrenando su última composición, Canción Bonita para mi Barrio, dedicada a su barrio pero también como una invitación a recordar la importancia de estar del lado de la alegría y la memoria, aquella que nos hace recordar los derechos que hemos conseguido y que debemos defender siempre. También destacó la importancia de cantar canciones que vayan más allá del entretenimiento y que nos hagan reflexionar, porque no todo es política y mercado, a veces es necesario volver al corazón de la tierra. Aunque a veces cantar sobre las cosas que uno ve puede traer censuras en ciertos festivales.

El público ovacionó a José Luis Aguirre, al igual que sucedió ayer con la presencia de Raly, y pidió fervientemente otra ovación. Sin embargo, como dijo el propio José Luis, a veces los tiempos son cortos para que todos los artistas puedan estar. Aun así, el músico oriundo de Traslasierras demostró una vez más que desde la autenticidad y la sencillez se puede llegar al público y convertirse en un referente para muchas personas. Como mencionó varias veces José Luis, a veces uno se preocupa por lo que la gente quiere y se olvida de lo que uno quiere decir, pero esta vez José Luis presentó una obra que llamó «canto esperanzador», desde la minga hasta un bailecito que ilumina, una canción que ganó el Precosquín como una forma de recordar a la juventud que está haciendo arte y sosteniendo nuestra cultura.

Los Cuatro de Córdoba, Un festejo entretenido

Los Cuatro de Córdoba llegaron al escenario Atahualpa Yupanqui para celebrar sus 55 años con un espectáculo entretenido y lleno de energía. Víctor Hugo y su grupo comenzaron con Soy Cordobés, para luego dar paso a El Negro Álvarez y, tal vez, la parte más emocionante del show: la presencia del siempre recordado Luis Landrisina, quien nos regaló un par de cuentos y nos hizo reír.

Después de la participación de Landrisina, Los Cuatro de Córdoba entonaron una seguidilla de canciones, entre las que se destacaron Zamba de Alberdi con la introducción de Rony Vargas, seguida por Córdoba de antaño con la prestigiosa interpretación de Ariel Ardit. También sonaron Ella y el bar sorocabana junto a El Negro Videla, Las simples cosas junto a Por Siempre Tucu, La Oma junto a Los Nocheros, y Zamba para olvidar junto a Los Nombradores del Alba.

Luego, llegó la parte más sorprendente y desconcertante del show, con la presencia de Wilkins para interpretar una balada, Eres todo para mí, y luego el compositor centroamericano interpretó su éxito Sopa de Caracol a través de un playback.

En la recta final, subieron al escenario Destino San Javier para interpretar Justo ahora, seguidos por Miguel Ángel Robles con Porque será. Para cerrar el espectáculo, estuvieron presentes Los Tekis con No somos nada, y La Mosca, quien interpretó Muchachos junto a todos los invitados y los anfitriones, Los Cuatro de Córdoba.

La Inoxidable Juntada con la que ni el paro pudo

Después de 20 años de la publicación del disco La Juntada, Peteco Carabajal, Raly Barrionuevo y Dúo Coplanacu se reunieron nuevamente para demostrar que poseen un repertorio inolvidable que sigue resonando en el corazón del pueblo a pesar del paso de los años. Pasadas las 3 de la mañana, subieron al escenario solo acompañados por sus guitarras y bombos para comenzar de la misma manera que en el disco, con La Olvidada, y luego interpretar de principio a fin aquel prestigioso álbum grabado en el Teatro Opera en 2004.

Es importante recordar que este encuentro se gestó antes del episodio sucedido con Peteco en Jesús María y que los Copla se posicionaron abiertamente en defensa de la cultura. En ese contexto, el reencuentro adquirió un significado especial para muchos, lo que llevó a que apenas los cuatro protagonistas salieron al escenario, la gente coreara el nombre de Peteco, demostrando que a pesar de la polémica y los ataques en las redes sociales, hay un público que lo sigue apoyando y que seguramente ha estado con él desde sus primeros días, porque el legado de la familia Carabajal en el folclore es innegable.

Aun así, es importante destacar que lejos de los cantos políticos, el concierto fue una caricia al alma para aquellos que realmente admiran el folclore. No siempre se tiene la oportunidad de ver juntos a tres referentes de la música popular. El repertorio estuvo cargado de zambas y chacareras, y se pudo ver a los cuatro artistas conectados y disfrutando del encuentro, sin la estructura y la presión de estar en un festival. Al igual que sucedió con el encuentro de Raly y Ahyre, «La Juntada» ofreció un espectáculo más cercano a las típicas guitarreadas que se viven en las peñas que Los Copla o Raly con La Trashumante organizadas en Córdoba. En ocasiones, debido a la falta de ensayos, se pudo notar algunos errores, pero eso también forma parte del espectáculo y del arte genuino al que los tres proyectos nos tienen acostumbrados.

A pesar de tener un repertorio inolvidable, es importante destacar que las canciones más coreadas fueron Zamba y Acuarela, Perfume de Carnaval y Peregrinos. Sin embargo, la que dejó al público en silencio, disfrutando de sus voces, fue La Olvidada.

Para finalizar, es importante destacar que a pesar del paro, hubo una gran cantidad de personas que se acercaron a la plaza para disfrutar de la presencia de los Carabajal, el festejo de los Cuatro de Córdoba y, por supuesto, el reencuentro de La Juntada. Desde temprano, los fanáticos se acercaron para asegurarse un lugar y disfrutar de este evento tan esperado. Aunque subieron al escenario un poco tarde para muchos (a las 3 de la mañana), el público se quedó y disfrutó hasta casi las cinco de la mañana, momento en que la quinta luna coscoína dio por finalizada la velada y decidió irse a descansar para volver a iluminar el escenario Atahualpa Yupanqui hoy.