Cuarta Luna coscoína: La del encuentro y el fogón

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Pasó la cuarta Luna coscoína, la luna del encuentro, la intimidad y el fogón que tuvo como principales figuras a Raly Barrionuevo, Ahyre y Víctor Heredia. Después de que la organización rindiera homenaje a los 40 años de democracia con una versión electrónica del himno en la que participaron Freestylers y una grabación del discurso de Alfonsín.

Víctor y sus canciones inoxidables

A las 22:15, Víctor Heredia volvió a la plaza con su inoxidable y vigente repertorio. Al igual que Peteco el día anterior, Víctor Heredia eligió que sus canciones hablen por sí solas. Con un repertorio lleno de clásicos, comenzando por Informe de Situación, una canción escrita en 1982 que hoy vuelve a estar vigente ante un panorama sombrío y un país al borde de una crisis. Aunque, como dice la canción en su última estrofa: «ruego a usted tome partido para intentar una solución, que bien podría ser la unión de los que aún estamos vivos para torcer nuestro destino».

Continuó con la infaltable Bailando con tu sombra, Ojos de Cielo y Razón de vivir. Luego volvió a la canción testimonial con Ahora, coraje, porque la unión hace la fuerza y un corazón americano crece a la luz del sol. Víctor necesitó esa fuerza el día que escribió otra de las canciones que cantó, Mandarina, dedicada a su hermana Cristina, detenida-desaparecida junto a su esposo durante la dictadura militar.

Al llegar al final, sonaron la siempre inoxidable Sobreviviendo, escrita en 1984, que adquiere un nuevo significado de acuerdo al momento histórico, político y personal que vive cada persona. Para cerrar, dejó Todavía cantamos, un símbolo de que la música y el arte no son solo entretenimiento, también pueden ser armas de resistencia y esperanza.

Celebramos la presencia de Víctor y que haya elegido aquellas canciones que viven en el inconsciente de muchos de nosotros, pero que cada vez que suenan nos traen recuerdos de una época. Así como hay canciones que con los años pasan desapercibidas, hay otras que quedan flotando en la memoria colectiva para acudir a ellas en cualquier momento e intentar ver a través de esos versos lo que nos pasa ahora.

Pedro Aznar, sinónimo de excelencia y virtuosismo.

El compositor, productor y arreglador Pedro Aznar llegó a Cosquín con un puñado de canciones, en su mayoría folclóricas. El prestigioso artista dio inicio a su set con «A cada hombre, cada mujer«, una poderosa oda a la unidad y la interconexión entre hombres y mujeres. Pero también a cerrar las brechas entre las personas, resaltando las emociones y experiencias compartidas que nos conectan. Luego llegó el momento de interpretar con maestría algunas de las piezas más bellas de nuestro cancionero folclórico, como Perfume de Carnaval de Peteco Carabajal, El Cosechero de Ramón Ayala, Si llega a ser Tucumana de Miguel Ángel Pérez y Gustavo Cuchi Leguizamón, Zamba del carnaval, Tan alta que está la luna, entre otras. Además de Ya no hay forma de pedir perdón con Pedro en el órgano. Como era de esperar, dejó para el final su faceta más eléctrica con Quebrado, una canción que profundiza en la vulnerabilidad y el miedo que uno puede sentir al no vivir la vida plenamente debido a la constante presencia de la duda y la inseguridad.

Grupo vocal argentino, Gustavo Chazarreta y Priscila Ortiz hicieron lo suyo.

Por su lado, el grupo vocal argentino, creado en 1966 por el gran Chango Farías Gómez, se hizo presente con La viajerita, Cruzando el dulce«, «Zamba de la viuda«, entre otras. Mientras tanto, Gustavo Chazarreta se hizo presente en el escenario Atahualpa Yupanqui para traer un puñado de canciones del cancionero folclórico, como La mesa de Juan Carlos Carabajal, Pena Peinita, cerrando su participación con una canción testimonial como «Es mi guitarra y mi libertad«.

Maggie Cullen, el futuro del cancionero.

La cuarta Luna coscoína también tuvo lo que para muchos es la nueva promesa del folclore, nos referimos a Maggie Cullen, quien llegó a la plaza para interpretar Canto de las Flores, Gatito de las flores, La humpa junto a Nadia Larcher como invitada, otra de las voces más destacadas de la escena actual folclórica, seguido por el clásico Alfonsina y el mar y cerrando con De fiesta en fiesta. Celebramos que, a diferencia de otros festivales, Cosquín siga manteniendo parte de lo que fue su esencia en algún momento: ser semillero de las nuevas voces del folclore. Y sin duda, Maggie Cullen es una de las nuevas voces del folklore

Raly y los encuentros necesarios

El músico santiagueño, pero ya radicado hace varios años en Córdoba, Raly Barrionuevo, llegó al escenario Atahualpa acompañado de sus guitarras, un bombo y un piano para demostrar, como lo viene haciendo desde hace un tiempo, que así como en muchos años supo apoyarse en una banda, también puede ir solo. Sin una lista de canciones armadas, porque sabe que la gente lo va a escuchar y, por supuesto, disfrutar de cualquiera de sus propuestas, algo que no muchos artistas se pueden dar el lujo. Raly llegó para hacernos recordar una vez más, como dijo apenas subió al escenario, que hay que disfrutar de la música, esa que forma parte de nuestro cotidiano, de nuestra vida, porque es la que nos mantiene con memoria y futuro.

Luego entonó Chacarera de la espada y dio comienzo a lo que fue una velada de encuentro con la canción en su estado más puro y simple. Siguió con Zamba y Acuarela y continuó con Cuarto menguante, como si en ese momento le cantara a la luna, esa que a esa altura brillaba viendo desde un lugar privilegiado lo que sucedía en la plaza. También hubo momentos, como lo viene haciendo en este formato, en los que se sentó al piano para entonar una parte del himno nacional argentino, Zamba de usted, ante un público que desde el primer tema se prestó a disfrutar y entrar en ese fogón, en esa guitarreada a la que Raly nos invita cada vez que aparece en este formato de solo set. Siguió con el infaltable y siempre vigente Ey Paisano, recordando que aunque no se hable de política explícitamente, todos hacemos política al caminar con lo que decimos y callamos.

Pero si hablamos de guitarreadas y fogones, nunca faltan aquellos amigos que siempre que hay una guitarra te acompañan en el canto. Por eso, Raly decidió hacer subir algunos amigos que se encontró abajo del escenario, como Maggie Cullen, con la que cantaron «Huella de los labriegos», un homenaje a las personas que trabajan la tierra pero la quieren y no la contaminan. Luego subió a un viejo compañero de viajes y andanzas cuando Raly integró la banda de Peteco Carabajal, Demi Carabajal, con quien interpretó «Solo tus ojos». Pero como era de esperar en un encuentro de santiagueños, no puede faltar la chacarera. Por eso, luego de la excelente versión de «Solo tus ojos», llegó Tata Nachi. Para darle pasó a las últimas canciones, Raly recordó a su madre interpretando la zamba De mi Madre y luego cerró con dos invitados de lujo: Colo Vasconcellos de Ahyre y su hermano Daniel Barrionuevo, con quienes interpretó la inoxidable Chacarera del exilio. Si hay algo que a esta altura nadie puede discutir es que Raly tiene con qué defenderse en el escenario y cautivar al público, ese público que, luego de cincuenta minutos de show, se quedó con ganas de más, pero como sabemos, los tiempos en los festivales son tiranos y no siempre se puede agregar bises

Ahyre armó y sorprendió con su propio fogón

El grupo salteño, integrado por Juan José Vasconcellos, Sebastián Giménez, Hernando Mónico y Federico Maldonado, llegó a la plaza Próspero Molina para repasar algunas canciones de su último disco «Eco«, junto con algunos clásicos del cancionero popular y discos anteriores. Algunas de las canciones que sonaron fueron Árbol, Cusco, Eco, Adiós que te vaya bien, entre otras. Mientras el set parecía transcurrir tranquilo, sin ningún sobresalto, Colo Vasconcello y compañía sorprendieron despojándose de toda la instrumentación eléctrica para demostrar que también pueden defenderse desde la simpleza que te brinda un bombo y unas guitarras. Y lo hicieron armando un fogón (con la diferencia de que, por cuestiones obvias, no hubo fuego en medio de la ronda, sino una luz que los iluminaba) en la que invitaron a Raly para cantar Las Golondrinas, una de las canciones más lindas de Eduardo Falú y la obligada estando Raly en el escenario Bellasombra. Mientras el público hipnotizado era espectador de ese encuentro, de ese fogón con el que sorprendieron los salteños.

Celebramos como cada año la presencia de Raly, Víctor Heredia y tantos otros cantautores que entienden la canción como una manera de llamar a la reflexión, aunque también puede entretener y hacer bailar mientras se activa el pensamiento existencial y político. Porque una cosa no quita la otra, uno puede bailar una chacarera pero al mismo tiempo reflexionar sobre lo que dice mientras baila. Aunque no se puede negar que también está y es necesario para algunos esa música que solo entretiene, y los festivales no están ajenos a eso. Por eso, mientras muchos festivales apelan al mero entretenimiento, Cosquín todavía guarda esa cuota de la canción testimonial, como lo viene haciendo cada una de las noches que pasaron hasta ahora. Así como también se le da visibilidad a las nuevas propuestas musicales.