Edgardo Scott nos ayuda a entender: ¿Por qué escuchamos a Stevie Wonder?

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El psicoanalista y escritor Edgardo Scott publicó durante el 2020 «¿Por qué escuchamos a Stevie wonder?«. Un ensayo que forma parte de la colección editada por Gourmet musical de las que también forman parte Tupac Shakur, Troilo, David Bowie, Lour Reed, Led Zeppelin. Al igual que los demás ensayos esté intenta responder una de las pregunta que pocas veces la respondemos con gran profundidad.

A lo largo de las casi 100 páginas y 30 capítulos que componen el libro, Scott trata de exponer su propio punto de vista de porque escuchamos a uno de los mayores representantes de la música. El libro nos invita a pensar e indagar la carrera de wonder por medio de diferentes capítulos que figuran como una playlist, cada capitulo aborda una canción y una parte de su vida. Hay que destacar que no solo se encarga de abordar los grandes hitos del músico, sino también los grandes fracasos de la carrera de stevie wonder.

Otra Canción: ¿Cómo surge la idea de escribir sobre Stevie Wonder resaltando no solo lo bueno sino también siendo crítico con parte de su inmenso trabajo?
Edgardo Scott:
Bueno, ese fue el “dilema” que aceleró la escritura del libro. Cuando comprendí que tenía que incluir todo lo negativo, todo lo que no me gustaba o me generaba disenso. Tanto en su obra como en su “política de autor”. Porque por otro lado, de eso se trata la crítica, de una escritura que se afirme en el deseo y el amor por esa obra, y que por lo tanto, no puede darse de verdad si se omiten o se esconden las diferencias.

O.C: Cada capítulo habla sobre una canción.. ¿Cómo fue la elección de las canciones?
E.S:
Arbitraria. E indispensable. Había canciones, hay canciones de Stevie que son himnos y que no podían faltar. Pero mi asociación era como un random, que disparaba para cualquier lado. De hecho fijate que, como cuando uno escucha, hay canciones que se repiten.

O.C: El libro arranca con fingertips y la presentación en el Regal de chicago.. ¿Por qué decidiste empezar por ahí?
E.S:
Bueno, todo origen es mito de origen, como decía Barthes, y me parecía que ese es el comienzo de la aventura para Stevie. Porque justamente después Stevie se va a tener que sacar de encima ese primer mote de “niño prodigio”, pero también de “estrellita comercial” de la Motown. Con gente que lo producía en todo sentido, le componía para él, etc.

O.C: En una parte del libro decís  hablas que Steve sabe de torbellinos y precipitaciones. De caídas y accidentes.. ¿Cuáles fueron estos?
E.S:
Hay un poco de envión lírico de la escritura ahí, creo que lo digo cuando hablo de cómo Stevie “piensa” o compone las baladas sobre todo. Pero más allá de eso, digamos que la biografía de Stevie tiene su accidentes dramáticos, la ceguera, una situación familiar difícil, la precocidad en su carrera –muy cerca, del “trabajo infantil” si lo pensamos bien–, después hubo un accidente donde perdió casi todo el olfato y parte del gusto, en fin; por eso digo que en realidad, Stevie casi que se retira a los 40 años. Pero es lógico, a los 40 ya había trabajado treinta años en la industria más importante de la música y a todo vapor.

O.C: Personalmente creo que el disco que marca un ruptura es Music of my mind were, algo que ya se empieza a dilucidar en Where I’m Coming From.. ¿Para vos cual es o que otro disco crees que produce un quiebre?
E.S:
Claro es ese momento a inicios de los 70, donde logra renegociar los contratos con Motown y tener toda la libertad creativa, entonces nace esa etapa donde se toma revancha y no solo compone todo si no que… toca todo!! Yo creo que para él fue importante también Journey through the secret life of plants, porque le permitió volver a experimentar cuando ya estaba en la cima comercial, cuando se esperaban de él hits y más hits; nadie esperaba un disco así.

O.C: ¿Qué papel juega la canción de protesta y las causas sociales en la carrera de stevie?. Muchos lo reconocen como el músico del baile y las baladas, pero no sé si es muy tenido en cuenta la parte social…

E.S: Claro, por eso yo digo en el libro que fijate que en muchas canciones “de protesta” o al menos con un fuerte componente social, siempre hay una cuestión rítmica, bailable, muy importante, pasa en Living for the city, como ícono, pero pasa en muchas otras, Do yourself a favor, por ejemplo. Me parece que más allá de que nadie va a recordar a Stevie como un cantante “de protesta”, contestatario o incluso, por sus letras, siempre fue bastante coherente en una posición política “progresista” y personal a la vez, que en un país como Estados Unidos, y hace sesenta o cincuenta años ya es bastante.

O.C: Crees que su música haya sido versionada por diferentes grupos más jovenes ayudó a la carrera de stevie en cuando a su difusión? Se me viene a la cabeza por ejemplo High Ground de los Red Hot.

E.S: Sí, y eso es un poco lo que siempre desea cualquier artista. Eso es la tradición. Alguien sabe que va a perdurar más allá de su egocentrismo o sus agachadas en la industria cuando alguien más joven le da bola. Y eso es algo que Stevie empezó a percibir, paradójicamente, de muy chico. Creo que en ese sentido, la figura central es Prince. Se puede armar rápido, se puede cubrir más de medio siglo, toda una tradición con Ray Charles, Stevie y Prince. Un eje central, digo.

O.C: Ya que nombraste a Prince, me gustaría que expliques un poco la relación que planteas entre Prince y Stevie…
E.S:
Bueno, otra vez la tradición. Rupturas y continuidades, podría decirse. Los dos vienen de la gran tradición negra y los dos la subvierten, la reinventan en tensión con su época y con la música pop y comercial de su momento. Creo que el gesto de Prince es un poco más radical que el de Stevie, pero a su vez, o quizá justamente por eso, el gesto de Stevie es mucho más amplio, masivo. Stevie ha influido (muchas veces para mal) hasta en cómo se compusieron los boleros o temas románticos de toda la música latina desde los 80 para acá. Y el funk, ni hablar.

O.C: Hay un capitulo que hablas un poco de la relación entre versionar una canción y traducir un libro. Me gustaría a grandes rasgos que me digas cuales es esa relación…

E.S: Sí, yo digo que estaría bueno que hubiera más traducciones. El campo de la literatura es mucho más autoritario que el de la música. Más jerárquico y solemne finalmente. Sus códigos son así. Y en verdad, si bien una versión, una interpretación musical no es una traducción literaria, yo creo que comparten varias cuestiones y que poéticamente una traducción literaria se parece mucho más a una versión musical, a un cover, que a la ilusión o ignorancia de que se podría clonar al autor y al texto original, pero en otro idioma y en otra lengua.

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O.C: Cerras un capitulo diciendo que Pubis Angelical no hubiera existido sin The Secret life of plants. ¿Por qué?
E.S:
Jaja, y porque le debe mucho a nivel sonido a ese álbum. Además, en esa época la influencia de bandas como Weather report o Todd Rundgren o Steely Dan, o Stevie y Elton John entre los solistas eran influencias directas directas sobre los músicos argentinos, entre otros motivos, porque todavía no estaba armada la tradición nuestra. Y con el tango había habido en esos años una ruptura formal notable (que enseguida volvería hacia atrás, porque el tango también está dentro del rock argentino, por supuesto). Entonces la idea de un disco instrumental en el 82, Charly “también” la puede hacer, se vuelve no descabellada cuando hay un artista tan exitoso como Stevie que viene de hacer un disco conceptual con un componente instrumental muy grande.

O.C: Me llamó mucho la atención fue la cantidad de reversiones de las que hablas… ¿si tuvieras que elegir dos que te gusten cuáles serían?
E.S: Me gusta mucho la versión de los Chily Peppers de Higher ground, me gusta mucho la versión de Ray Charles de Living for the city, me gusta la versión de Patti Smith de Pastime paradise.

O.C: Stevie tiene varias etapas, la de niño cuando recién empiezan, las de los 70 y los 80 más comercial. Podríamos agregar la de los noventa pero sostenes en algún punto que está en retirada… ¿Cuál es la que más te gustó?
E.S:
Sí, yo lo digo un poco en broma, un poco en serio. Me parece que más allá de un par de giras mundiales y un par de discos, en estos últimos treinta años Stevie no llegó ni al 20 por ciento de lo que había hecho antes en los 60/70/80. Pero el disco donde está Blue Moon, A time to love, es un buen disco y donde una vez más Stevie intenta estar cerca del sonido de la época. Creo que con mejor resultado que a fines de los 80. Por otro lado, todo el trabajo que hace siempre con los artistas más jóvenes es muy importante.

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