My Way, Nelson se rodea de una banda de primera formada por Matt Rollings (piano, órgano), Jay Bellerose (batería), David Piltch (bajo acústico), Dean Parks (guitarras), Paul Franklin (guitarra de acero), el inevitable Mickey Raphael (armónica) y una sección de vientos de siete miembros. Por supuesto, toca Trigger, de donde surgen esos solos al estilo de Django Reinhardt. La eterna canción «Young at Heart» de Johnny Richards y Carolyn Leigh es una de las más memorables del disco.
El estilo confesional de Nelson es amable en todo momento. Al igual que los álbumes de Bob Dylan en homenaje a Sinatra, Nelson se apropia a su manera de las canciones sin sacrificar las intenciones de los compositores interpretados. Es que pocos compositores como Dylan o Nelson tienen una elegancia tan marcada a la hora de reinterpretar clásicos, un ejemplo es Summer wind de Johnny Mercer, en el que Mikey Rapahel hace lo suyo soplando una suave brisa con la armónica.
Otras canciones destacadas son sin duda «Blue Moon» de Rodgers y Hart y la agridulce «I’ll Be Around» («cuando él se haya ido»), esta última con una instrumentación más pequeña.
La presencia de metales le da una frescura y llevan estos clásicos al estilo standard de western swing (subgénero del country). Un ejemplo de ello es «Fly Me to the Moon» de Bart Howard y «A Foggy Day» de Gershwins. Este último, es una reinterpretación de la canción que Nelson cantó con Sinatra en el álbum Duets II. La canción cuenta con un solo de piano de Rollins. La parte nocturna del disco se destaca cuando Nelson se une a Norah Jones para un dúo íntimo para cantarle a la pregunta ¿What is this thing called love? (¿Qué es esta cosa llamada amor?).
La selección más inesperada podría ser la que Nelson ha citado en varias entrevistas como su canción favorita del álbum. El grandioso himno «My Way» parecería estar lejos de encajar de forma natural con su estilo. Sin embargo, profundiza en la esencia de las letras impregnándolas de verdad y profundidad que solo puede provenir de una vida vidida al máximo y longeva como la de Nelson.
Creo que todo el que escuche el disco estará de acuerdo que My way es una lectura por momentos sentida, melancólica de la que seguramente Sinatra estaría orgulloso. Eso seguro se deba a la genialidad de Willie para brindarnos la misma experiencia que sentimos al momento de escuchar un disco de Sinatra, pero al estilo Willie Nelson.