Nina Suaréz: Lo más importante del arte es que uno puede hacer lo que quiera

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Charlamos con la talentosa cantante y compositora Nina Suárez, antes de su presentación en Córdoba el 18 de Mayo desde las 20:00 hs en Casa Babylon. También serán parte de la velada Mizuki Amapola y Bici nena

Nina nos adentra en el fascinante mundo de su último álbum «Algo para decirte» y de su carrera musical. Desde sus inspiraciones literarias hasta sus reflexiones sobre la melancolía y por su puesto su legado familiar.

Otra canción: Contanos un poco cómo viene la gira de «Algo para decirte», tu último disco. Me imagino que muchas veces el contexto no debe ayudar mucho.

Nina:
Sí, es verdad. Ha generado situaciones extraordinarias, como también lo de tratar de empujar algo cuando todo el contexto parece ir medio a contracorriente, es el doble de esfuerzo. También hay algo en la gente de estar desanimada en su vida. Los pibes van a trabajar, y de repente se generan momentos únicos de estar de viaje en la que no tenés plata ni nada. En febrero estábamos en la costa, en la playa, no teníamos un mango y decíamos ¿cómo puede ser que estemos acá?. Eso es gracias a poder tocar, viajar y que nos inviten. Hay algo de generar situaciones en las que quizás sino estaríamos 100% no estaríamos viajando a Córdoba, disfrutando a Rafaela. La verdad que es algo que salva bastante, aunque también me da miedo saber si va a haber gente, cómo está la banda, pero al final siempre el balance es positivo.

Otra canción: Se percibe la necesidad de la gente de ir a los recitales, de sentirse acompañados y de alguna forma hacer más ameno el presente.
Nina:
Totalmente. Para mí es todo. No es solo ir a un recital, sino que hacer una canción y saber que lo único que tengo es eso. No conocería otra forma de sentirme bien. Entonces está buenísimo que se genere como de ambos lados. Además es increíble que uno pueda sentirse tan mal y de repente estar en una situación de tanto disfrute, tomando una birra y escuchando música. Eso es unión y te distraes también de todas las desgracias de vivir.

O.C: Decidiste llamarte Nina Suárez, que si bien es tu apellido, también tiene un peso musical por la banda de tus padres. A lo que le sumo la fuerte presencia que tuvo Rosario Bléfari. ¿Sentís un peso?

Nina:
No, para nada, al contrario, es algo que me da fuerza. Me dan ganas de seguir haciendo música. La verdad es que nunca me lo pienso tanto, pero eso, de repente todo el país es un quilombo y uno igual intenta, y una de las razones es porque siento que tengo esa fuerza familiar. Me encanta estar asociada a eso, y además es como algo que no lo elegí, es mi apellido. Me gusta que también tiene algo como de padre herrero, hijo herrero, o padre zapatero, hijo zapatero, es como una cosa del oficio, que está bueno. A mí me gusta verlo de esa forma, además de todo lo emocional, divertido, lindo, y como más hippie, entre comillas, de hacer música, es un oficio también que se aprende, se enseña, se traspasa, y es como lo que sé hacer, porque es lo que vi, entonces me gusta eso.

O.C: : Vas a presentar «Algo para decirte», un disco que ya está por cumplir un año. ¿Cómo fue la percepción que tuviste del público?

Nina:
La verdad que siento que la recepción me encanta, todo cambió con el disco. Hay como un universo de ese disco que se abre cuando sale el disco y la gente lo escucha. Es increíble después como la gente que lo escucha te va a ver, eso me encanta, es mucho mejor que no tener ningún disco y tocar. Por suerte me gusta mucho, la verdad lo quiero mucho al disco, es obvio que hay cosas que me gustaría hacer diferente, pero no como algo de me arrepiento, sino como del hecho de crecer. Me gustan mucho las canciones, y además se va transformando en vivo, como la forma de tocarlo, así que no me aburro.

O.C: Yo te conocí con un pie en el hip hop, pero es más rockero…

Nina:
Sí, me encanta, y en vivo también es así, también es algo que pensé. Aunque no tenía algo que definiera qué quería hacer, nunca lo había pensado, simplemente era salir y tocar. El disco se hizo rockero, produciéndolo, y también creo que me empujó a que en vivo sea más así. La última vez que fui a Córdoba, llegué un día antes y me fui a Pétalos del Sol, y me quedé mirando ahí los videos que pasan, tomando una birra, y de hecho ese día, esa noche en Córdoba, fue la vez que me di cuenta de que quería hacer shows de rock, y capaz no tan indies como del mundo en el que yo vengo, de incluso mi sello Laptra, que me encanta.
Obviamente en Laptra están mis bandas favoritas de ese sello, pero que tienen otra estética a la hora de tocar, es como, están todos quietos, de no hacer muchos espamentos con lo que se ponen, que me encanta eso, pero viendo esos videos en pétalos me inspiré para dar recitales rockeros.

O.C: Recién nombraste a Laptra para muchos el sello más importante de la escena indie actual. ¿Cómo llegaste al sello?

Nina: Me gusta porque es la gente con la que me relaciono mejor, y me encantan las bandas. Además compartimos algún criterio musical. Conocí a los chicos, filmando el video del Mató, que lo filmamos en La Plata en el 2019. Esa vez me quedé unos días en La Plata, conocí a los faunos, y empecé a ir a La Plata a quedarme los fines de semana, salir con ellos, y después también eso hizo que empiece a ranchar como con los amigos de acá de Capital que también están en Laptra. Igualmente eso fue también porque cumplí 18, entonces como que empecé a salir a los recitales y a tomar una birra con los pibes. Pero antes ya iba a la sala del resto del mundo, que es en Boedo, en la sala de los Bestias bebe, de Pipe, de los faunos, productores de todo.
Siempre fui a ensayar ahí, cuando tenía una banda a los 11, 12, íbamos a ensayar ahí, porque siempre fui al barrio, y mi vieja me los presentó a los chicos. Ella me dijo andá a esta sala a ensayar, a la de los Bestia Bebe. Entonces a los 11, 12, ya iba esa la sala, a la misma que voy ahora a ensayar.

Para mí estar en la Laptra es como estar con mi ganga, con mi grupo, tipo, me siento acompañada y protegida también en el sentido emocional, de que haya personas que comparten la misma manera de ver el mundo. Yo las guitarras del disco, las grabé con las guitarras de Tom, con la Telecaster que él usa en Bestia Bebe, con su segunda guitarra, que es también una Fender re linda, con una de Pipe que me prestó, con los pedales de Mansa, todo eso para mí también es parte del sello. Para mí poder usar los instrumentos de esas personas es como increíble.

O.C: Ayer mientras escuchaba las canciones, sentía en la letra algo subliminal o por lo menos poético. Un ejemplo es «Corrida de Arco» que es un Haiku. ¿Cuál es tu relación con la literatura, con la poesía?

Nina: Sí, me gusta mucho leer, hay varias cosas que leí, que están en el disco, hay una canción que es un cuento directamente. Hay referencias a ensayos, me gustan mucho los ensayos. Me gustan todas las cosas que se leen y te dejan corriendo una idea. Es muy importante para mí la literatura en ese sentido, más que nada porque creo que las canciones tienen una narrativa. Hay una cosa de literatura en las letras, no importa si dice la misma frase diez veces. Por ejemplo ayer escuchaba «Lunes por la Madrugada», y en la primera vuelta dice «yo no sé si es en vano este amor», y la segunda vuelta dice «yo sé que no es en vano este amor», después de toda una explicación, es una boludez, pero esa narrativa cambió, la persona que empezó cantando hizo una reflexión y dio un deseo nuevo.

O.C: Una de las canciones que me gustó mucho que es «Drescher», expresa cierta ternura, pero también creo que tira un dilema interno sobre el tiempo, sobre el tiempo muerto de la vida. ¿Cómo nació la canción?

Nina:
No lo recuerdo bien, nunca recuerdo bien cómo fue que escribí una canción. A veces sí me acuerdo puntualmente el momento, pero la verdad es que siento que es un momento en el que no sé qué pasa, siento que no quiero decir nada que suene re tonto, pero es como que algo baja. Yo creo que surgió desde el momento de ser como adulto por primera vez y ser medio adolescente todavía. Es una reflexión un poco sobre quién soy, no sabría decir cómo surgió.

O.C: ¿Te definís como una mujer melancólica? Pregunto esto porque a lo largo del disco hay mucha melancolía, y de hecho creo que la de «Por corrida del arco», también es una canción melancólica.

Nina: Claramente sí, pero también soy feliz. Me gusta ser así, encuentro algunas cosas que me hacen disfrutar esa melancolía. No soy una persona que va para abajo todo el tiempo, pero quizás sea dramática.

O.C: ¿Cómo surgió el arte del disco? Tengo entendido que el arte del disco también es tuyo, hay algo de oscuro o de terror en esa tapa.

Nina:
Me encanta cómo quedó eso, porque la verdad es que, toda la urgencia del primer disco fue como, che, estamos tocando hace dos años y pico, hay que sacar algo, o sea, tenemos que unificar todo esto. Ahora que estamos armando el segundo disco para el año que viene, lo estoy disfrutando porque recién empieza todo el proceso, pero sé que voy a tener tiempo y espacio de hacer todo como a un nivel con más tiempo para pensar y proyectar.

Este disco fue todo apurado y cuando había que entregar la tapa, era tipo, che, estaría bueno subirlo tal viernes, pero no tengo la tapa todavía, ya está todo, hasta el orden de las canciones. Ahí hice todas las tapas de los singles, entonces en el mismo programa de Illustrator, con el mismo pincel, para el que hice las otras tapas, me quedé probando cosas, pensaba cualquier cosa. Pensé la tapa de los singles son negros, después el otro es azul, entonces pensaba que la tapa tenía que ser roja, como para que quede como algo lúdico de fichas de juegos de mesa.

La verdad es que no tenía ni idea qué hacer y en un momento estaba mirando muchas películas de terror y me había obsesionado con el concepto de Final Girl. La imagen esa es como la Final Girl, que la quería poner ahí por una cosa casi de ñoña, de fan, que no tenía nada que ver con el disco para mí encima. Pero como se llamaba, «Algo para decirte», era como, algo para decirte, con un cuchillo, vení que te lo digo, es como una amenaza, me da gracia esa dualidad, y después terminó quedando toda esa cosa negra en el medio.

Me encantan los marcos también en los discos, como los discos que son cuadrados con un marquito, me gustaba que sea medio ricotero en mi mente. Es algo medio violento, que cause como una impresión, algo que irrumpe, también siempre fui fan del anime, cuando era chica, y me gustaban los pósteres y todas esas cosas, y sentía que era como una tapa que daba para eso, para un póster o para una remera, pero no como comercialmente, sino como de esas cosas visuales que te generan un fanatismo.

O.C: ¿Hay algún concepto que encierre todo el disco? Creo que hay un hilo entre cada una de las cancion?

Nina: La verdad es que no lo he pensado, pero puede ser, es mi adolescencia, probablemente haya un hilo conductor de crecer. También de la chica que finalmente decide, se pudre todo y agarra el cuchillo. También para mí representa el comienzo de empezar a tocar y decir, no voy a mirar para atrás, o sea, no sé qué va a pasar, pero le voy a mandar para adelante con esto hasta el final. Creo que eso podría ser el concepto, pero en realidad es que son las canciones que tenía en ese momento y sentí que era el bloque de canciones que tenían que ir, incluso teniendo un par nuevas, como que sentía que esas eran las que iban juntas, que son de esa época de mi vida.

O.C: ¿En qué momento te encontrás hoy? Pienso en que estuviste en el Primavera Sound, en el CCK sin tener disco… ¿cómo se dio eso?

Nina:
Yo creo que fueron muchos factores, uno obviamente estar en Laptra que no tiene bandas nuevas, yo era como algo nuevo.
También todo lo sucedido con Rosario, creo que hizo como una migración masiva de personas a mi proyecto. Como que hay puntos de fuga que se arman en situaciones así, en las que las masas entran por un portal en el que quizás yo no les importaba tanto y no me daban esa visibilidad. También salió una canción que grabamos con Santi Motorizado, todo eso ayudó. Así que creo que todas esas cosas hicieron que podamos tocar en el Primavera Sound, en festivales teniendo dos singles que además le gustaron a nuestros amigos. Igual vos podés tener una banda, hacer una canción, hacer una fecha, y que no haya nadie, siempre está esa posibilidad para mí. Es algo que nos puede pasar, hay mil bandas buenísimas que nunca tienen visibilidad.

O.C: Recién me hablas de la migración después de lo que sucedió con Rosario. ¿Sentiste una migración de ese público hacia vos? ¿Lo ves en los recitales o en las redes?

Nina:
Sí y me encanta, me parece que está buenísimo. Me ha pasado que me digan que escucharon a Rosario por mí, lo cual es un delirio. Me encanta que se descubra música, y más de mi casa.

O.C: Recién habías nombrado a Santiago Motorizado, con el que grabaste «El Fuego Cálido», la cumbia que está en el disco de Ocupa. ¿Cómo fue esa invitación a cantar esa cumbia? Y lo sumo con, si bien haces rock, este tema es de cumbia, ¿te sentís un artista rock, o decís, bueno, capaz que en el próximo disco hago otro género?

Nina:
Sí, yo creo que voy a seguir haciendo rock en el sentido de que hay guitarras, batería y bajo, o sea que eso voy a seguir haciendo así, pero igual me encantaría, sé que voy a hacer otras cosas también. Hace poco saqué un simple doble de canciones acústicas, como me divierte explorar eso también, me gustaría alguna vez hacer un disco de boleros. Me gusta también todo lo que es intérprete y la voz, es otro mundo. También rapeo, la verdad que siempre pensé que en algún momento voy a sacar mi disco de rap, no sé si bajo mi nombre o con un seudónimo, estoy dispuesta a hacer varias cosas.

Lo más importante del arte es que uno puede hacer lo que quiera y eso está buenísimo. Al final eso es lo que hace que nos una la música, que cada uno puede hacer lo que quiere, no hay reglas de cómo hacerlo. Después podes escucharlo y decir no me gusta, pero al menos es la libertad de cada uno de no tener vergüenza creativa, eso es re lindo.

O.C: Puede ser que desde hace varios años hay una generación que no tiene pudor en tocar lo que quiere. Eso creo que es un poco heredado de la generación de tu mamá que es la que rompió de alguna manera con ese pudor.

Nina:
Sí, para mí también, además Rosario fue quien me enseñó que no hay que tener vergüenza de nada con respecto a lo que uno hace. Igual también cada banda es un organismo diferente, es como un ecosistema diferente. Pero yo creo que sí, que hay algo de no tener vergüenza. Igual también hay bandas medio de género ahora también. Pero estoy de acuerdo con que esa generación, o por lo menos el recuerdo que tengo de mi vieja es que no le importaba nada. Rosario hacía lo que tenía ganas.

O.C: ¿Puede ser que la canción «Quequén» tenga algún significado especial para vos? Porque lo escuché como intimista y personal.

Nina:
Sí, de hecho es recordando a mi vieja esa canción. Es la primera canción que hice, creo que unificó medio todo el disco, porque no era tan vieja esa canción, era más de ahora. Me gusta Quequén, es divertido como que puede ser diferentes cosas que uno se imagine pero tiene un significado especial para mí.

O.C: Para terminar ¿quiénes son los músicos que te van a acompañar en Córdoba?

Nina: V
amos a ir en formato trío con Manolo La Motte, mi baterista fiel de toda la carrera. Y con Juana, María Muschietti, que es la bajista. Es una amiga que empezó a tocar ahora con nosotros, ella tiene su banda que se llama Todas las Anteriores, que está re buena. Antes en su lugar estaba Chicho, de Bestia Bebe, que seguimos trabajando juntos y todo, pero como Bestia sacó su último disco están girando con eso.