El cantautor chileno Nano Stern regresa a Córdoba después de tres años desde su última presentación en la ciudad. El concierto se llevará a cabo en Pez Volcán el 7 de mayo a las 21:00 hs. Las entradas se consiguen en al Pogo
Nano Stern es, sin duda, uno de los referentes más destacados de la canción chilena actual, fusionando melodías tradicionales de grupos icónicos como Los Jaivas, Quillapayún y Congreso con un enfoque contemporáneo. Su deseo de revitalizar la canción chilena lo ha llevado no solo a compartir escenarios con estos grandes artistas, sino también a plasmar su amor por la historia musical de Chile en el documental «En septiembre canta el gallo». Además, ha rendido homenaje a Víctor Jara con su disco «Nano Stern Canta a Víctor Jara», su más reciente trabajo discográfico. Este álbum, junto con «Aún creo en la belleza», publicado en 2022 y que incluye sus propias composiciones, formará parte del repertorio de su presentación, junto a los clásicos infaltables.
A pocos días de su regreso a Córdoba y a minutos de subirse al escenario como invitado de los legendarios Jaivas en Chile, Nano comparte algunas reflexiones y responde a preguntas.
Otra Canción: Antes que nada, cuéntanos un poco cómo estás preparando esta gira por Córdoba el 7 de mayo, ya que vuelves a Córdoba después de un buen tiempo.
Nano Stern: Lo primero es decir que estoy muy feliz, realmente, de volver a Córdoba después de bastante tiempo. Han pasado muchas cosas: dos discos. Uno es un disco de canciones mías que estaba recién existiendo cuando fui la última vez, pero cuyas canciones han crecido mucho en el vivo. Me refiero al disco «Aún creo en la belleza». También tengo un disco homenaje a Víctor Jara, del cual voy a estar cantando varias canciones.
La verdad es que esto me pilla en medio de una gira mundial, en la que ando con mi guitarra y con una libertad absoluta del repertorio, con muchas canciones dando vuelta. Entonces, también me permito esa libertad para sentir un poquitito la noche, el público, y hacer lo que vaya surgiendo allí. Pero seguro que esos dos discos van a estar muy presentes, junto con muchas canciones antiguas, y seguramente alguna canción nueva también que está ahí dando vuelta.
O.c: Ayer, mientras escuchaba y repasaba parte de tu música, noté que siempre están presentes grupos como Quillapayun, Congreso, Illapu, la familia Parra y tantos otros que han hecho de su música un refugio y de su canto y guitarras un arma. ¿Qué tan importante es hoy mantener ese espíritu y seguir ese camino de alguna forma revolucionaria en un mundo donde a veces las cosas parecen estar mal?
Nano: Bueno, sin ir más lejos, te respondo estas preguntas desde el camarín del Teatro Municipal de Concepción, donde estoy con Los Jaivas, que ya están sobre el escenario y yo salgo ahora en dos canciones más a tocar con ellos. Mira, para mí es una alegría, un honor muy grande poder compartir con los próceres de nuestra música chilena: bandas como las que tú mencionas, los Quillapayún, Los Jaivas, Inti Illimani, Congreso, Illapu, Patricio Mans en su momento, e Isabel Parra. Son personas que han entregado su vida entera al canto y que, además, pertenecen a una generación que redefinió lo que es la música chilena.
Entonces, para mí, la posibilidad de compartir con ellos, de aprender desde el oficio, desde el escenario, pero sobre todo desde la amistad y desde el aspecto humano, es un tesoro. Obviamente, esto se traspasa mucho en mi música también. Yo siento que hay ahí una búsqueda muy natural en mí, desde muy chico, de acercarme y aprender. Poder compartir, a día de hoy, de manera tan cercana con todo ello es una cosa bastante surrealista, y agradezco porque me enseña mucho. Además, a la hora de crear y de hacer nueva música, siento que toda esa tradición la voy absorbiendo poco a poco, como por ósmosis.
O.c: Tu último disco de canciones propias, «Aún creo en la belleza», fue editado en 2022. Si bien después vino «Canta a Víctor Jara», que fue un homenaje, también colaboraste con Dos Más Uno, Kuervos del Sur, Los Jaivas y Liuba María Hevia. ¿En qué anda el Nano compositor? ¿O simplemente está descansando y disfrutando de girar? ¿Qué cosas tiene para decir hoy o le urge cantar?
Nano: Estoy en un momento muy creativo y estoy pronto a lanzar dos discos nuevos durante este año, que son muy distintos entre sí y muy diferentes a cualquier cosa que haya hecho antes. Eso me tiene muy feliz porque, claro, para afuera se ven los conciertos, se ven las giras, pero no necesariamente los procesos creativos, que son mucho más privados, interiores y reservados, ¿no?
Pero sí, me alegra mucho saber que, ya pronto, más o menos coincidiendo con el fin de este período tan intenso de gira, va a haber nueva música y voy a poder empezar a mostrar eso. Ojalá también seguir siempre creando. Creo que hay una frase de Rubén Darío que me gusta mucho: «Cuando una musa te dé un hijo, queden todas las otras encintas». Es muy lindo eso, ¿no? De estar siempre buscando, siempre jugando al final, y divirtiéndose en esa búsqueda creativa, viendo qué decir, cómo decirlo y cómo cantarlo.
O.c: ¿Cómo ves la actualidad cultural y musical tanto de Chile como de Argentina y, por qué no, de Latinoamérica?
Nano: Creo que vivimos un momento de mucha diversidad musical. Hay muchas cosas distintas pasando, y lo veo en Chile, en Argentina, es muy notorio. Hay toda una generación de músicos nuevos, jóvenes, espectaculares que están sacudiendo el mundo, haciendo cosas muy interesantes y diferentes, pero sin renegar de su identidad propia. Esto es algo general en Latinoamérica, y es fascinante cómo cada generación reimagina lo que significa ser latinoamericano y lo que implica pertenecer a nuestras culturas.
En Chile, como mencionabas, hay una gran diversidad y muchas propuestas distintas. Sin embargo, también es un momento difícil en cuanto a la relación con la industria. Hay un desequilibrio demasiado grande entre el nivel de los artistas independientes y el espacio que efectivamente tenemos para llevar adelante nuestro trabajo en términos de difusión y visibilidad.
A pesar de esos desafíos, a nivel creativo y artístico, hay una efervescencia increíble. Los músicos están explorando nuevas sonoridades, fusionando géneros y creando obras que reflejan la riqueza de nuestras culturas. Es un momento emocionante, y estoy seguro de que esta diversidad y creatividad seguirán dando frutos en el futuro. La música siempre encontrará la manera de abrirse camino, y eso es lo que nos motiva a seguir creando y compartiendo nuestras historias.
O.c: Los otros días pensaba en el rol de la música en la educación y me acordé de que fuiste formado por el método Suzuki, un enfoque alejado de los conservatorios tradicionales de música, donde el juego y el error son parte del aprendizaje. ¿Qué tan importante crees que es, para los tiempos que corren, poner en práctica este método y educar un poco más con la música, el arte y su historia?
Nano: Me parece que es fundamental, urgente y absolutamente necesario redefinir cómo enseñamos en general a los niños, y la música es un ejemplo muy claro de ello. Cada vez más, parece que lo que los niños asocian con la música es la fama, la idea de que deben ser estrellas, porque es lo que ven en la televisión, en los programas y lo que se promueve desde la cultura mainstream. Sin embargo, la música está lejos de eso; es una cuestión tan humana, tan instintiva y hermosa. Debería abordarse desde el juego, la diversión, la búsqueda y el aprendizaje constante y cariñoso.
A mí me sucede algo un poco circunstancial: he creado algunas canciones en mi camino que llegan mucho a los niños, y entonces vienen a mis conciertos. Eso es muy hermoso y emocionante, sentir que personas pueden relacionarse con esa música desde su infancia, canciones que he hecho yo. Es bastante surrealista y me permite compartir esa energía con ellos.
Tengo muchas ganas de poder hacer más en el mundo para avanzar en la educación musical, que no tiene como objetivo formar necesariamente músicos profesionales, sino formar buenas personas que, a través de la música, sepan sentir, aprender y convivir
O.c: Compartiste conciertos y grabaciones con Marquéz, Los Jaivas, Congreso, Quillapayún, Inti Illimani y tantos otros. Además, eres el creador del documental «En septiembre canta el gallo», que es, de algún modo, un homenaje a la canción chilena. ¿Te sientes, de alguna manera, el encargado de mantener viva esa llama y ser el nuevo referente de esa tradición? Creo que pocos han tenido el privilegio de compartir la música tan de cerca con toda esa generación como vos.
Nano: Me siento realmente privilegiado de poder compartir con tantos músicos maravillosos de aquella generación, de la nueva canción chilena y de los primeros pasos del rock en Chile. Insisto, en este momento escucho de fondo a Los Jaivas tocando mientras te hablo, y pronto me tocará subir con ellos. Siento que conlleva una cierta responsabilidad tener acceso tan directo a aprender de la fuente de esa música y poder compartir con ellos.
Una cosa es la música que uno ve en los conciertos o escucha en los discos, pero lo que me parece mucho más importante es el aprendizaje humano, la experiencia de vida de todos estos maestros y maestras que ya están cerca de sus 80 años, muchos de ellos, y que siguen sobre los escenarios. Eso es un ejemplo increíble; han vivido de todo: luchas, esperanzas, revoluciones, desilusiones, idas y vueltas.
A veces me preguntan si me siento heredero de una tradición, y creo que los herederos no se autodefinen, sino que son elegidos por quienes dejan su herencia y su legado. No me corresponde a mí decirlo, pero me emociona mucho ver que muchos de estos maestros y próceres de nuestra música me invitan a compartir el oficio, que es algo muy íntimo y profundo.
O.c: ¿Cómo sigue el año de Nano Stern? ¿Qué planes hay para lo que queda del año?
Nano: Bueno, sigue un año muy intenso, lleno de giras. Después de Argentina, tengo un par de conciertos grandes aquí en Chile, luego me voy a Europa, donde pasaré buena parte del verano. Después regresaré a Norteamérica, y hacia fin de año iré a Asia. También tengo más conciertos programados aquí en Chile, la presentación de un disco nuevo y varios conciertos sinfónicos durante el siguiente semestre. Así que lo que queda del año estaré viajando y tocando, que es lo que realmente me gusta hacer.
Espero que en algún momento pueda compensar un poco y tener momentos de calma para poder estar en casa, aprender cosas nuevas y desde ahí seguir creando, ojalá.