El escritor mexicano Franco Felix, nos habla de su novela más recién Lengua Dormida. Se trata de su cuarto libro después de Mil monos muertos (2017), Los gatos de Schrödinger (2015) y Kafka en traje de baño (2015).
Lengua dormida relata la vida de la madre del protagonista y su transición hacía la vejes, que se vuelve más evidente a medida que su cuerpo se debilita y las visitas al hospital se vuelven más frecuentes. El autor aborda desde la perspectiva de hijo la vida de su madre con todos sus aciertos y errores. También nos invita a reflexionar sobre la incapacidad de comunicación y la muerte.
Este año publicaste por medio de la editorial Sexto Piso, Lengua dormida. Un libro que de algún modo es autobiográfico…
Lengua Dormida es una novela-memoria. Es como un híbrido porque tiene hasta tonos ensayísticos, de repente porque reflexiona mucho sobre el lenguaje, pero a muy grandes rasgos. La novela es sobre la pérdida de mi madre que forjó un cambio en mi vida. Es la historia de una mujer que a su muerte se empiezan a revelar como varios secretos. Se revela la vida secreta que llevaba mi madre y que no quiso compartir. Una vida de la que no quiso hablar nunca porque se sentía culpable. Ana María que es mi madre, abandonó una familia en Ciudad de México y se vino a Hermosillo, este desierto en el que se vino a ocultar y a expiar todos sus pecados, además formó la familia, de la que yo soy parte.
Creo que este libro era necesario porque se debía contar la historia de por qué una mujer abandonaría a su familia. Me parece interesante porque hace 40 años, si yo hubiera publicado este libro, sería una degradación de valores. Cuando ella escapó, México era mucho más conservador de lo que es ahora. Gracias a muchas escritoras latinoamericanas que están tomando este tema de las maternidades disidentes han permitido un nuevo nicho al libro. El libro trata sobre la historia que llevó a mi madre, a abandonar su familia. Que uno puede imaginárselo porque esta violencia doméstica, esta violencia sexual, aún sigue viva y en algún punto es muy común aún en el 2023.
El l libro pareciera culminar una cuenta pendiente, de alguna forma pareciera que es como la finalización de un duelo… ¿Hay un poco de eso?
Sí, totalmente. Dice Darian Leader, el psiquiatra que se ha hecho famoso por atender a Nick Cave y tiene libros que son increíbles. Pero tiene uno que se llama Moda Negra y habla sobre cómo el duelo puede corroer tu propia vida, cómo el sujeto que está viviendo el duelo puede incluso ponerse en el lugar del muerto; Como que la depresión puede llegar a un punto en el que te va a llevar a que tú te coloques en el lugar del muerto. Que haya una melancolía insuperable que te impida sobrevivir y termines como mucha gente consumida por el dolor. Pero dice este Darian Leader que la escritura, la pintura, la música y el arte en general es una buena estrategia para llevar este duelo.
La relación que tenía con mi madre era muy escueta en términos verbales, nunca nos decíamos nada. Era una madre muy seria para mí, mientras que con mi hermano menor se decían más cosas, Por eso se llama lengua dormida. Siento que el lenguaje que mi madre me enseñó era de puro silencio. Justo ahora que empecé a ir con el psicólogo, me hizo entender que mi madre me crió en los primeros años bajo una depresión que venía cargando por abandonar su primera familia. Mi madre toda su vida estuvo lamentándose esto, ella tomaba unos tragos y cuando salía del inconsciente empezaba a gritar como si fuera La Llorona. Ese mito de la mujer que grita ¡Ay, mis hijos!
Todas esas cosas parecían alucinaciones, porque tu madre está gritando como si fuera La Llorona, en tu cabeza se empieza a generar un conflicto y es el que pergeña toda mi escritura. Toda mi literatura es confusión porque los personajes no se pueden comunicar, siempre están pensando cosas distintas.
En mis libros anteriores hay una sensación de que los seres humanos no podemos comunicarnos. Creo que es por ese silencio que recibí de mi madre y el libro viene a iniciar esa conversación que quedó pendiente. La novela empieza a sustituir varios silencios para construir una historia que al mismo tiempo es la historia de mi familia. Que al final de cuentas es la historia de mi escritura.
La historia de mi familia para mí es crucial, siento que muchos de los personajes que he trabajado durante mi vida están basados en el humor de mi padre, en la chispa de mi hermano, todo lo que yo no tengo. Yo en mi familia siempre era como un monolito que veía todo lo que ocurría a mi alrededor.
Entonces, ahora que retomo la conversación con el libro, alcanzo como a cerrar un duelo, a cerrar esta melancolía y a evitar caer en la depresión. Eso lo logré gracias al texto y a las lecturas que hace la gente, porque justo cuando empiezo a publicar el libro, mucha gente viene y me cuentan historias parecidas. Hay un acompañamiento al libro muy interesante que es la parte pública de la muerte, la parte donde todos estos lectores sienten conexiones y se sienten representados de alguna manera. En ese sentido, con el libro me siento conectado y más tranquilo.
Pensando que es una historia que tu mamá la mantenía oculta, ¿Cómo fue el proceso de investigarlo? ¿Cuánto hay de ficción y cuánto hay de realidad? Porque me imagino que también en el libro en alguna parte debe haber algo de ficción o de imaginación tuya. Esa charla que no tuviste, que te hubiera gustado tener de alguna manera.
Sí, a veces me siento un poco traidor porque si bien era una historia sobre sobre el origen de esta falta y de este abandono; en realidad yo lo que quería hacer era una especie de radiografía de mi madre para compartirla con estos hermanos que no conocí. En algún momento se me acercaron ya de grandes y me preguntaron cómo era ella. Entonces desde ese momento yo empecé hacer un montón de notas. Contaba impresiones que tenía, diálogos que escuchaba y que me parecían muy divertidos sobre mi madre.
Creo que hay como tres grandes etapas. La primera es todo lo que fui encontrando durante mi infancia, sobre por qué una de mis hermanas tenía un apellido distinto, por qué la vida de mi madre iniciaba cuando yo había nacido y su pasado estaba bloqueado. La segunda fue con el contacto de estos hermanos que se acercan como buscando saber quién es. Por eso yo empecé a hacer esta radiografía de mi madre, como para tratar de responderles. Tercero, sentí que todavía ella en vida se habría podido perdonar a sí misma. Podría hacerle entender que todo lo que hizo fueron circunstancias muy externas. Cosas que tienen que ver con el machismo sistemático, con las agresiones domésticas que están bien arraigadas en como la cultura mexicana y como en todo. Después hay otra parte que es la construcción del libro, de recuperar todas estas notas, todos estos recuerdos para hablarles a mis hermanos de quién fue ella. Eso dio paso a un proyecto narrativo.
Yo trato de no meter mucha fantasía, mucha ficción, quiero hacerle justicia al relato de mi madre y sus razones. Pero por supuesto que hay muchas cosas que tengo que friccionarlas, pero que yo mismo digo en el libro, no sé si esto es real, pero pudo pasar esto. Es como una reconstrucción de los hechos, pero tampoco puedo que esa es la verdad, porque es lo que uno cree que es la verdad.
Es tu verdad, lo que vos viviste y como lo viviste. De algún modo es tu punto de vista. Seguro tus hermanos tendrán otro. Como tu hermana que viene de la familia anterior…
Está cabrón eso y a mí me gustaría mucho incluir esas cosas. Muchas veces me decían, oye, ¿por qué no incluyes tal cosa? Porque mi libro no trataba de crear un juicio. No vamos a llamar testigos y contrastar versiones… En un momento lo llegué a pensarlo, pero el libro al final no se trataba de juzgar a nadie, ni siquiera el sujeto que produce esta violencia porque yo no sé eso. Son cosas que me contaron sus hermanas y familiares.
Pero hay una cosa curiosa, mi madre, antes de morir, le dijo a mi cuñada como el origen de por qué había abandonado a sus hijos. De ese hecho mi interpretación es que ella se lo dijo para que me lo dijera a mí, porque sabía que yo estaba escribiendo el libro. Siento que mi madre no pudo decírmelo de frente. Aunque en muchas ocasiones me decía abandoné a mis hijos cuando se tomaba unos tragos. En esos momentos yo le decía es que no nos abandonaste, estamos muy bien. Resulta que yo estaba hablando de una cosa y mi madre de otra. Entonces voy descubriendo que el río semántico de todo lo que digo. De todo eso que está disperso y que no tiene que ver con la realidad. Por eso mi literatura es absurda e irreal.
Cuando por fin digo, con que de eso estabas hablando mujer, es como que se conectan estos dos canales semánticos y empiezo como a escribir este libro que es muy diferente a todos. Parece un libro ya adulto. El anterior parece estar escrito por un jovencito.
La importancia de la violencia en la educación
Recién estaba pensando en la violencia que sufrió tu mamá, que eso fue lo que la llevó a escaparse de alguna manera o dejar a su familia. ¿De algún punto crees que hace una radiografía del México actual también? Por lo menos por las noticias que llegan a argentina.
Estoy seguro de que las noticias que llegan allá son las mismas que nosotros consumimos. La violencia contra las mujeres es abrumadora y es una cosa muy terrible que no sabemos cómo combatir. Creo que en México el gran problema es la educación, en lo que menos se invierte en este país es en la educación. No hablo solamente la educación académica. Ya dijo Foster Wallace que la educación es más que la recopilación de datos y fechas. La educación tiene que ver también con una forma de ver el mundo. Creo que hay que educar los ojos, la boca y los oídos porque ahorita, por ejemplo, hay polémicas sobre toda esta música que suena a tumbado, narcocorrido que son géneros que enaltece figuras como Pesopluma y cosas que están sobre todo en el norte de México. Mucha gente cree que hay que censurar esas expresiones, yo creo censurar esa música es un arma de doble filo. Creo que es invitar a que lo escuchen, ósea, en el momento en que tú prohíbes algo, se vuelve más interesante. Yo creo que la censura no es el camino, sino la educación. Es como si uno dijera que por leer un libro de asesinos seriales es que hay asesinos. Hay que enseñarles a escuchar esa música porque ahorita hay una cantidad de niños que asumen este rol de machito cabroncito y eso genera violencia. Hay una como irracionalidad sistemática, Y todo porque el mercado es el que lo construye, el que impone las reglas y eso a mí me molesta. El mercado hace ideologías y absorbe todo para convertirlo en un producto.
Para sintetizar coincido contigo, creo que el libro deja ver como un vistazo esa violencia que por supuesto ahora es peor. Cuando mi madre pasó esta violencia, no existían los narcocorridos o los sicarios que no tienen ningún código. Pareciera que antes tenían códigos y solamente se atacaban entre ellos, uno no tenía miedo de salir porque lo fueran a matar por no compartir un estacionamiento o por ver a la pareja de un sicario. No sé, pues todos estos miedos están muy latentes en México ahora.
Hablando de educación, sé que tuviste una vida complicada y podrías haberte dedicado a otra cosa… ¿Como llegaste a la literatura?
Por eso insisto en que mi madre es bien importante para mí y en mi formación como escritor y lector incluso. Ahora que estoy yendo al psicólogo pude ver esto, pues yo no lo había percibido, pero mi madre me crio con esta depresión y con está falta de palabras. En el libro digo que mi madre nunca me enseño las palabras, yo fui a buscarlas. Fui yo quien fue a buscar los libros que para mí eran unos objetos maravillosos que contenían imágenes. Me gustaban los libros como un objeto, no era para decir ay soy un niño lector, en absoluto.
Insisto que la literatura tiene algo que te enseña a estar solo, cuando estás leyendo, te aíslas de la realidad. es curioso porque te aíslas de tu realidad, pero al mismo tiempo estás leyendo una realidad alterna que muchas veces se parece a tu realidad general.
Creo que los libros me empezaron a dar ese retiro y sentirme separado de mi familia, porque en mi casa nunca hubo libros y menos una cercanía al arte. Yo vengo de una familia proletaria que nos la teníamos que apañar todos los días para poder comer un poco de frijoles y huevo. Nunca fue una prioridad el libro. Pero, por razones muy accidentadas, terminaba en casas con libros. La casa de mis abuelos tenía una biblioteca. creo que ellos rentaban una casa que incluía una biblioteca porque el dueño no quiso sacar los libros. Ese fue el primer contacto con los libros.
¿Hoy cómo se podría incentivar a los chicos que lean?
No sé cómo se le podría inculcar la lectura. El trabajo que tienen los gestores culturales debe ser difícil porque a un niño en los ochenta lo podrías como entretener con un libro. Ahora le das un libro y es una cosa análoga porque no tiene pantalla. Yo creo que mi camino hacia la escritura fue muy accidentado, fue más un camino hacia la lectura.
Recién me quedé pensando en esto que hablamos de la actualidad de México, la radiografía. Algunas literaturas no hacen una exaltación de la vida narco. Pensando en la infinidad de libros que salieron, de series que se hacen, canciones que salen. En algún punto a veces se corre riesgo de romantizar esa vida…
Sí, uno no puede como tomar una postura, porque tú ves a todos estos jóvenes que no tienen deberes, ni oportunidades que puede ofrecer el Estado para generar trabajo en comunidades. Se les hace mucho más fácil ponerse un rifle y una ametralladora a intentar ganarse unos pesos de otra forma. Pero los medios, el arte, la escritura, y más que nada la música porque dudo que morro se ponga a leer un libro. De veras, los niveles de lectura en México son muy bajos, entonces, por cierto, ahorita que decíamos que mis hermanos deben de tener otra, otra visión del libro. A mí gustaría verla, pero siento que no reaccionaron al libro, porque podrían haber dicho algo, pero no lo hicieron porque estoy seguro de que no lo leyeron. Me encantaría en algún momento darles un taller y que hagan su propio libro.
Contrastar la historia, ver el lado B de tu historia…
Sí, me interesa también la cosa audiovisual. Me gustaría algún día hacer algo, trabajar como esta parte y entrevistarlos para ver esa otra visión. Volviendo un poco al tema de la violencia, sí hay una exaltación y un romanticismo. Pero Mauro tenemos que entender que lo tiene en las manos el mercado. Un ejemplo es Pesopluma, el mercado invierte en un personaje que no sabe cantar, y eso parece que fuera una virtud. O sea, el mercado construye estos personajes, pareciera que culturalmente traemos como un genotipo para la violencia. Carlos Vallarta, es un estandapero que dice, lo único que hacemos bien los mexicanos es caminar y boxear, son las únicas cosas con las que no tiene que aprender a lidiar.
Entiendo que hay algo de chiste e ironía ahí, pero si bien el boxeo es un deporte, es violento… de alguna manera seguimos en el mismo circuito.
Sí, exacto. Sería el mismo circuito, nada más que en el deporte y ahí está el gen. A las personas le pones música que habla sobre la violencia y destapa violencia. Hace un ratito mi pareja me estaba contando que una de sus compañeras estaba con su sobrina y le mataron a su esposo en un autódromo en Hermosillo, porque se estacionó en el mismo lugar que le gustaba estacionar a otro sujeto. Todo eso está vinculado a la imagen del chingón (matón). Antes había como ciertos códigos, como una falsa ética. O no sé, donde los gánsteres, los mafiosos se metían con entre ellos, distinguían entre mafiosos y los civiles. Ahora todos somos enemigos. Eso está dado por todo este consumo de música que enaltece a estos idiotas. Tampoco hay que cancelar eso, hay que educar al oído. Para que cuando escuchemos una música así, no digamos yo quiero ser como ese güey. Entiendo es algo más utópico y mucho más difícil. Es más fácil prohibir los corridos como en San Felipe o en Baja California.
Volviendo a libro una vez terminado y publicado ¿lo volviste a leer? Me imagino que uno cuando escribe piensa una cosa y después cuando te pones en la posición del lector y tomas distancia debe tener otra impresión…
Sí, pues fíjate que la escritura fue muy catastrófica. Me ayudó a entender cosas y a desahogarme también. La segunda parte de la corrección del libro fue casi una tortura. Había capítulos por los que ya no quería pasar. Sobre todo, el segundo, que es cuando estoy contando de cómo pierde la vida mi madre, cómo se va en mis brazos.
Esto que comentas es muy interesante y es atinado que me lo preguntes. Yo sé que el circuito de la escritura en México es chico, casi no tenemos lectores y va a haber menos lectores si no lo presentamos. Entonces tenemos que presentarlo. Pero he llegado a un punto, de veras, que siento que he hablado tanto que trato de hacer que cada presentación sea distinta Y no banalizar la historia. Las entrevistas sí son distintas siempre, porque los entrevistadores, como tú, siempre traen inquietudes distintas y platicamos cosas distintas. Todo lo que hemos platicado ahorita, por ejemplo, no lo he platicado en otra entrevista. Pero he tratado de cuidar mucho eso, por el respeto que le tengo a la historia y al libro. Esta suerte de homenaje, como esta conversación que no quiero banalizar. Mi idea fundamental es no alcanzar ese grado en el que ya empiece a hablar del libro como un objeto nada más. Casi siempre cuando hablo del libro, estoy hablando de mi madre porque cuando me están preguntando sobre el libro, empiezo a hablar sobre mi madre. Digo, pero me están preguntando por el libro, no por mi madre. Es una suerte de metonimia. Siento que el libro es una parte de ella. Me gustaría en algún momento volver Al libro en 10, 15 años, tengo suerte y qué lectura ver tengo sobre lo narrado.
La importancia de los significados
Justo pensaba preguntarte sobre eso. A veces uno relee un libro tiempo después y le encuentra otro significado, es como que le encontras otro mensaje.
Sí, me pasa mucho con libros. Yo creo que es sano y que tiene que pasar con tu propio libro. Mi primer libro salió hace 10 años. Y ahora lo veo y digo, Dios mío ¿Por qué publiqué eso?, O mi tesis de licenciatura que es un horror. Me emociona como ver esa evolución y ver que ahora estoy escribiendo otra novela. Pero ya no puedo volver a la literatura del absurdo total, a esa obsesión por autores como Beckett, Tomas Pynchon o Foster Wallace.
Justo ahora que lo mencionas, leí El arcoíris de gravedad en el 2010. No le entendí nada. Fue como si estuviera leyendo la parte trasera de los productos químicos del shampoo. Y lo releí ahora en la pandemia y me di cuenta de que la cantidad de historias que me perdí es impresionante. Me pasa también con la serie The Wire. Me gustó hace 15 años, pero ahora que la estoy viendo con mi pareja y pensé la cantidad de cosas que se me habían ido. Creo que son cosas que van a pasar con mis libros también.
Espero no incomodarte, pero… ¿Por qué esperaste que muera para contar una historia de tu madre que ella por alguna razón no quiso contar?
Sí, me cuesta un poco de trabajo, pero justo cuando yo creí que mi madre ya había hecho las paces con un hermano. Me entero de una serie de circunstancias que la obligan como a seguirse sintiendo mal con ella misma. Cosas que tienen que ver con mi hermana y eso no lo puse en el libro porque me parecía algo muy personal.
Yo siento que el libro toca el tema fundamental, las razones por las cuales huyó. Te digo que voy encontrando cosas que deberían haber estado en el libro. Yo siento que la novela trata de hacerle justicia, no para generar polémica, sino para que al menos en mi cabeza, mi madre se haya permitido perdonarse.
El libro empieza y termina con un sueño. ¿Qué tan importante son en la novela?
Los sueños en el libro son importantes porque siento que la conversación toma otro nivel. Entra en el nivel de mi inconsciente, de cómo percibo que ella esté atormentada por su pasado. Es como si ella a través de la escritura del libro soltara algo. El último detalle que me impulso a escribir el libro fue el detalle que te conté de mi cuñada. Yo creo que mi madre se la contó a mi cuñada para que yo me enteré porque sabía que estaba escribiendo sobre ella.
¿Nunca sospechase de nada?
No, Porque vivimos como desconectados de esta idea de que nuestros padres son algo más que nuestros padres. Esta idea de que mi madre es una mujer, que tuvo una historia y como todos tiene sentimientos complejos sobre el mundo y sobre sí misma. Son todas preguntas que uno no se las hace uno y a veces cuando las hace son demasiado tarde. En mi caso fue muy tarde, y surge esta obsesión por terminar esa conversación, el libro es una conversación.
Por supuesto que tu pregunta es atinada, porque yo, la verdad, no sé si mi madre me hubiera dejado publicar el libro. A lo mejor hubiera sido un libro testimonial, se hubiera convertido en una crónica, en un libro de denuncia o en otra cosa. No sé en qué se hubiera transformado el libro al tener la voz de mi madre como una de las fuentes principales.
El libro busca de alguna manera también desmitificar esa idea de la madre como algo sagrado y que hace todo bien. De alguna manera deja en claro que también tuvo una historia aparte de la de ser madre, con sus aciertos y errores.
Si, era fundamental romper esa visión típica de la madre. Una visión un poco conservadora de la Santa Madre. Cuando fui a Barcelona a un festival hablar sobre el libro, les dije que les perdonaba a los españoles que se hubieran robado todo el oro. Pero lo que no les perdono es que hayan dejado la virgen de Guadalupe, porque nos dejaron una virgen y no saben el daño que nos han hecho, porque con ella viene la imagen de la madre santa y pura. Me gustaba la idea de hablar de mi madre más allá de esa idea de mi mamita era buena. Igual no creo que en el libro estén planteados muchos de sus defectos. Ya lo decía Jean-Paul Sartre, ‘’Somos lo que hacemos con lo que hicieron de nosotros”. Mi madre era un personaje, un agente sometido a un montón de circunstancias culturales, mentales y fue la mujer que fue. El libro trata de plantear esa dualidad, con la tristeza sobre haber abandonado a sus hijos y no sé si alcanzaste a percibirlo en el libro, pero hay mucho humor. Siento que mi madre en el humor fijaba su psicología. La idea de bueno sufro, pero también tengo que reír. Traté de no sacralizar a mi madre, pero tampoco juzgarla. De ahí sale este resultado como neutro en el que el humor y el dolor están todo el tiempo cerca y en constante lucha por ser protagonistas.
Pareciera que hay alguien oculto detrás de esos pedazos de humor.
Es que el humor en el libro de Lengua Dormida es fundamental para ocultarme. Me sirve mucho para distanciarme del libro. En alguna presentación he dicho que, por ejemplo, en Maten a Darwin, que es el libro anterior, yo le delego todas mis obsesiones a los personajes. En cambio, en Lengua Dormida, como es muy cercano a la memoria, donde yo soy el sujeto que está narrando, estoy totalmente expuesto. O sea, la gente se da cuenta cómo pienso sobre el mundo Y qué siento sobre determinadas cosas. Estoy tan expuesto que lo que hago es tomar el humor como una especie de seguridad. Trato de ocultarme un poco detrás de la risa nerviosa en el funeral.
Tendría que ser una especie de biopic sobre mi madre y dejar ver como todo el dolor que constituye su historia y su muerte. Pero los muertos no nos dejan eso. Sobre todo, en los mexicanos que defendemos la muerte. Octavio Paz decía que la muerte es muy ambivalente, como que hay mucha fiesta y mucha felicidad. En otras culturas al día de los muertos lo deben ver como aberrante, porque se va al cementerio hacer fiestas. Eso también es bien cultural, porque estamos rodeados por la muerte, por toda la violencia que también se traduce en muerte. El gran significado de la violencia acá en México es la muerte, y la tenemos enfrente todo el tiempo.
En el libro se plantea eso, sin querer ensayar, como si lo hiciera Paz con esta cosa ensayística de la percepción que tenemos sobre la muerte. No quise ser tan académico. Más bien es quise poner un personaje que está dividido entre el dolor y la felicidad. Mientras en el medio hay como un vacío que hierve.
¿Por qué el libro abre con un sueño y cierra con un sueño? Si bien es un recurso literario, me parece que en este caso trasciende el recurso literario.
Sí, el libro está justificado con esos sueños. justo en el primer capítulo hago como una reflexión sobre el lenguaje de los muertos y la gramática de los muertos. Y digo que como que el lenguaje de los muertos no es lineal. De tal modo que el sueño con el que abre está ocurriendo en el futuro. O sea, mi madre está muerta antes de que yo diga que va a estar muerta más adelante.
El sueño final viene a cerrar la conversación y esta idea de la culpa. Mi madre se sintió culpable toda su vida y el último sueño lo tuve justo con ella al lado. En este sentido, los sueños están para hacer más visible esta discusión que quise tener con ella. Conforme van avanzando los sueños, mi madre empieza hablándome un idioma que no entiendo; Empieza a balbucear algo en un idioma desconocido y conforme va avanzando la novela, va empezando a tomar forma. Es Como que en el único territorio en el que podemos hacer base los vivos y los muertos es en el sueño.
El sueño en lengua dormida es crucial porque termina de cerrar ese diálogo conmigo. Porque te digo, al final lo que aprendí con el libro es a ser hijo. Aunque sea hijo de una mujer muerta, pero he aprendido a ser un hijo.
Recién hablábamos de la muerte que rodea mucho el libro. ¿cuál es tu opinión sobre la muerte?
Hay una cosa que se ha empezado a hacer, lo hicieron con mi abuela paterna y es un funeral en vida. Mi abuela dijo, oigan, pues ya me voy a morir, vamos a hacer mi funeral, pero quiero estar, quiero que bailemos, quiero que comamos y ahí estuvimos todos. A los meses falleció, pero ella no quería perderse su propio funeral y empezó como a celebrar su muerte. Es una locura, pero también es algo tierno. Uno tiene la fantasía de que quisiera morirse sin dejar nada pendiente. y la muerte no es otra cosa más que dejar todo pendiente. Eso me da un montón de miedo, como un ser muy histérico en el sentido de que estoy preocupado porque la muerte me vaya a alcanzar y deje esto incompleto.
justo ahora que falleció mi madre, yo no creía en una vida después de la muerte, yo creo que a partir de que ella se fue, me agradaría mucho que mi madre tuviera como ese espacio póstumo, ese espacio en el que podrían ir a visitarla. Me gustaría ir a ese lugar y tener la conversación que no tuvimos. Pero bueno, somos seres racionales y siento que no va a pasar. Me entusiasma la forma en que se va a disolver mi conciencia. Me siento digamos como un poco entusiasmado y a lo mejor es enfermizo, pero me gustaría ser consciente de esa disolución de mi conciencia.
También el libro me parece que empieza un poco con la ausencia de tu mamá física, con que falta algo. ¿Qué opinión tienes sobre eso, sobre la ausencia, sobre lo que falta?
Sí, es bien importante para mí ese tema de la ausencia. Yo siempre he creído que las carencias son a veces hasta más importantes. O sea, la idea de no tener un espacio de mi infancia con libros hizo que yo buscara los libros. Las incapacidades económicas de mis padres para poderme pagar una escuela, hizo que yo buscara como tener estudios. Como que la falta a veces echa más la mano. Por supuesto que esto no se lo puedes decir a las personas que están al margen y que de verdad tienen faltas, que no comen en dos días o que no tienen ningún tipo de servicio público. Es una cosa muy privilegiada de mi parte, decir que hubo muchas carencias en mi vida que me ayudaron a pensar y a buscar. Justo leí hace unos meses un artículo sobre cómo el lenguaje no se debía a una evolución. Es decir, no se debía a que el ser humano había desarrollado capacidades de sus predecesores. Al contrario, genéticamente los mamíferos y los seres humanos tenemos una diferencia. Hay unos paquetes de información que tenemos todos los mamíferos, salvo el ser humano y parece ser que esa falta fue la que hizo que habláramos. O sea, como que el lenguaje fue un error. Si lo piensas y ves cómo se está yendo todo al carajo. Por supuesto que somos un error. Pero parece ser que el lenguaje viene a existir gracias a la falta de esa información genética. Y es bien importante para mí esta idea.
¿Cuál es el rol de tu padre en la novela?
Mi padre en la novela es otro personaje, es como un contrapeso. Siento que todo este amor y todo este homenaje que le hago a mi madre póstumo, también se lo estoy haciendo a mi padre.
Mi padre está vivo y creo que esa lección debo aprenderla. Mi padre tiene humor, es ciego y a pesar de eso aprendió a sobrellevar esta vida y que implica la falta de mi madre. Porque según él se sienta en la cama y siente que mi madre anda por ahí y le habla. Como que mi padre vive con el fantasma de mi madre. Creo que eso lo ha mantenido un poco cuerdo. Ahora que salió el libro, se lo he leído poco a poco. Fue muy tierno verlo y sentirlo llorar. Mi padre también destapó muchos bloqueos. Cuando mi madre murió, él se volvió una piedra, Pero ahora con el libro siento que no solo hablo con ella, sino también con mi papá
Recién me hablabas de tu padre y esto del fantasma. En algún punto todos nos aferramos a una creencia para hacer mas llevadera la vida. En el caso de tu papá es el fantasma de tu madre que lo ayuda a vivir…
Sí, totalmente, a veces siento ganas como hacer una especie de secuela que tenga que ver con la historia de mi padre. ya tengo unos bocetos, pero no sé, ahorita no me siento preparado para volver a escarbar con mi familia. Siento que tengo que esperar un poco y despegarme. justo como decías al principio, tener otra perspectiva, ver el libro desde otro estadio.
Ahorita me siento muy cansado de todas estas emociones a nivel personal y familiar. Meterme otra vez en todo esto, me parece suicida. Mi padre dice que quiere que haga un libro antes de que se muera, pero está difícil…
Pensando que el libro se llama La lengua dormida, también habla un poco de la comunicación o la incomunicación que hubo, ¿Cómo ves hoy la comunicación social entre el mundo y las relaciones personales en un momento donde todo es tecnología, donde parece que estamos comunicados, pero en realidad estamos incomunicados?
Se prometía un mundo de mayor conexión y, al contrario, entre más conectados estamos a este mundo virtual, más desconectamos estamos. Ya no sé si importa el mensaje, sino la rapidez del mensaje y las condiciones del mensaje. Ya no es importante qué me vas a decir, sino qué tan rápido me contestaste el celular. En eso baso mi juicio sobre la comunicación de ahora. Ves cómo se proyecta en los memes esta falta de conexiones y que es también una falta de identidad. O sea, uno está como buscando todo el tiempo sentirse representado por un meme. Yo cuando voy a la escuela, yo cuando tal cosa… Es una hiper-obsesión sobre el yo, por sentirse conectado con otro que se va a sentir igual. Eso se me hace bien triste porque me hace sentir enajenado.
Yo no me quiero ver muy conservador en esto, pero e es lo que he visto. Es muy común que los padres de familia, para no estar lidiando con el chamaco, les tiren un iPad. Pero eso es una falta de conexión. O sea, es como, conéctate a otra cosa que no son las conexiones reales. La idea es conéctate a la representación de las conexiones reales. Cada vez estamos más despegados como humanidad y de las cosas importantes.
¿Estás leyendo algo actualmente?, ¿hay algún autor contemporáneo que te interpele?
Yo soy lector de libros que son como una especie de desafío para la cordura y para la paciencia. Desde el Arcoíris de Gravedad de Thomas Pynchon, que es una locura total, pasando por la Broma Infinita de Foster Wallace. Ahorita estoy con Pathos Newberyport, una novela de Lucy Elman.
Ahora mismo estoy leyendo un libro de Aura García Junco, es una escritora mexicana que se llama Maldigo a quien escriba sobre mí. Ese libro habla de una de la relación que tiene con su padre que falleció. Y no lo sacraliza en ningún momento, al contrario, lo somete a un escrutinio sobre los defectos que tuvo como ser humano. Me gustó un montón cómo hizo más evidente la humanización del padre o de la madre, más allá de este rincón romántico, desde el cual vemos a nuestros padres. Se me hizo muy inteligente porque, a pesar de que habla de los defectos, está hablando también con mucho amor y desde todo el cariño que le tiene a ese sujeto. Aparte habla de un mundo literario que hasta hace, no sé, cinco o seis años todavía estaba vivo, y estas nuevas generaciones han ido derribando. Aura es muy buena escritora y todo el tiempo está como reflexionando sobre su propia visión de mujer feminista o ser literario.
Hace un rato me decías que estabas escribiendo tu próxima novela. ¿Hay algo que nos puedas contar de ese libro?
Apenas lo estoy trabajando, yo creo que ese libro todavía le falta un par de años. Además, como voy a seguir con Sexto Piso. El nuevo libro está basado en la vida de un hermano de mi madre que vivía en la calle. Estuvo viviendo con nosotros y yo vi todo el proceso de cómo se despegó de la agenda social y se convirtió en un sujeto que vivía en las calles. A mi tío lo atropelló un carro, parece que a propósito y lo estuvimos buscando en los hospitales, hasta que lo encontramos en la morgue. En el libro voy a tratar de no hablar sobre está parte persona, voy a hablar de este sujeto, pero no como mi tío, sino como un narrador externo. No quiero que piensen que estoy hablando de mis muertos otra vez.
Para terminar, creo que la literatura y la música están ligadas en algún punto. ¿Hay alguna canción que creas refleja lo que dice tu libro o que por lo menos sientas que acompaña la lectura del libro?
Si, d hecho lo puse en el epígrafe de Nick Cavé, la canción es into de My Arms, porque plantea una distancia entre su madre y él. La canción dice algo así como “no creo en los ángeles, pero si creyera, les pediría que te cuidaran. Yo no creo en Dios de la manera que tú crees y tal, pero sé que crees en el amor y yo creo en el amor”.
Creo que en todos mis libros se escucha una música de fondo, Porque cuando lo estaba haciendo hay una música ahí de fondo.