Seba Dorso: No sé qué clase de metamorfosis estamos necesitando

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Seba Dorso, músico lomense, acaba de lanzar su nuevo disco «De nuevo el presagio» en todas las plataformas digitales. En este trabajo, refuerza la búsqueda estilística de sus trabajos anteriores en solitario y en otros proyectos. De nuevo el presagio es su tercera obra discográfica solista y presenta sus canciones en formato trío, junto a Diego Rodríguez en contrabajo y Agustín Pietribiasi en batería, percusión y accesorios.

Las cinco canciones que forman parte del disco fueron compuestas para trío, y esta búsqueda también se refleja en las letras de las canciones. Las tres primeras, funcionan como una obra integral, llamada «Suite del Presagio», en el que se destaca su desarrollo instrumental generados entre los tres instrumentos. En la etapa final de la grabación, se sumaron el violín de Javier Vázquez y el clarinete de Emiliano Stirling.

Además del lanzamiento en plataformas digitales, Seba Dorso también presentará su disco en vivo en el Circe (Buenos Aires) el 17 de Noviembre.

Otra Canción: Llevas tres discos editados de manera solista, pero sostenes que este disco de alguna manera es fundacional… ¿Por qué?

Sebastián Dorso: Encontré algo en este disco, en esta manera de trabajar, algo que puede funcionar como un motor, como un constructor de sentido. Son canciones en las que se ve, se escucha el artificio. Se escucha también el trabajo que hubo antes con el trío, la búsqueda de texturas. Es una manera de trabajar que refina y exalta algunos procedimientos que ya venía usando no tan conscientemente, y pienso que podría ser un camino a seguir por un tiempo

O.C: Me atrevería decir que tu disco está dentro de la música popular argentina y si se quiere el folclore, pero con una fuerte influencia de otros ritmos como el jazz, la música o la música clásica. ¿Qué influencia tienen estos géneros en tu música?

S.D: Mucha, Es una música que he tocado y he escuchado también, mucho. Y que me convoca siempre. Hay artistas a los que vuelvo una y otra vez al elegir qué escuchar, y luego eso se escucha en lo que hago consciente o inconscientemente.

O.C: ¿Qué tan importante crees que está mixtura que se nota en tu disco para mantener viva la música tradicional argentina? ¿Es necesario que géneros como el tango o el folclore de alguna forma se agiornen a nuevos sonidos para no perderse?

S.D: Yo creo que ya lo hicieron mucho, y lo siguen haciendo todo el tiempo. La cantidad y diversidad de propuestas buenas y contemporáneas, algunas muy disímiles unas de otras, son muchísimas. Si lo que yo hago mantiene viva la música argentina, para mí es un enorme honor. No creo que necesariamente la única manera de mantener una música viva sean las mixturas, pero parece algo inevitable y evidentemente es algo que me interesa mucho.

O.C: Desde ep 2018 que decidiste empezar tu carrera solista hasta hoy… ¿Crees que encontraste tu sonido cual sería?

S.D: Creo que encontré algo en este disco, no sé si mi sonido, tampoco sé cuál sería, pero si encuentro acá un sonido con el que me siento identificado en este momento, un disco que puedo presentar como una credencial hoy, decir esto es lo que hago y me gusta.

O.C: El disco se llama De nuevo el presagio. ¿De dónde surge el nombre?

S.D: Es un verso de Las hijas de Uranio, el verso completo dice “de nuevo el presagio de cambiar”. Me pareció muy atinado, más allá de las significaciones que pueda encontrar en lo personal, para nombrar un disco en el que se podría auspiciar un camino a seguir

O.C: Mariposa, habla sobre la metamorfosis, sobre el cambio lo externo que puede hacer que ese cambio se haga más difícil… ¿En momentos como lo que vivimos que tan necesario es esa metamorfosis y que tan importante es la música en ese cambio?

S.D:
Supongo que estaría muy bien decir que el cambio es urgente y que la música y el arte deben ser catalizadores y nos van a salvar, pero la verdad es que no lo se. No sé qué clase de metamorfosis estamos necesitando, puedo caer en lugares comunes y decir aquello que sabemos que puede estar bien, pero mi camino interior es un poco más rebuscado… en esta canción, por ejemplo, la metamorfosis es inevitable, y no es necesariamente buena o mala. Lo que sí se da acá, y que al final es lo que más me interesa creo, es que es más fácil quejarse y lamentarse porque llueve que luego, cuando la lluvia merma, hacerse cargo de que hay que decidir qué hacer con el tiempo. 

O.C: Las tres primeras canciones son largas y están hechas como secciones. Se notan cierta complejidad en los cambios sonoros y métricos… ¿Cómo fuiste trabajando eso?

S.D: A lo largo de varios meses, probando cosas en el ensayo, grabando los ensayos, luego escuchando y reescribiendo los arreglos… en fin, mucho trabajo y ensayo. Mis compañeros Diego Rodríguez y Agustín Pietribiasi fueron perfectos compañeros para dar forma a estas ideas, con innumerables aportes y sugerencias

O.C: La hija de uranio, es un landó rápido o festejo medio lento. Diría que tiene su particularidad ¿Cómo nace la canción y su letra?

S.D:
La letra surgió de una info que me crucé sobre los elementos en los que se descompone el uranio, que son muchos y terminan en el plomo. A estos elementos se los llama hijos o hijas. Me pareció muy poético, y se me aparecieron estos personajes que son como musas, agentes de cambio un poco prepotentes. La música, que toma esos elementos de la música afroperuana, no sé a ciencia cierta cómo ni por qué salió así, cuando me di cuenta ya estaba bastante adentrado en la composición.

O.C: Este disco se nota una búsqueda nueva, una especie de suite si se quiere… ¿cuál dirías que es la principal diferencia y en que coincidencia con Una noche sobre mis pasos y tus trabajos anteriores?

S.D: En cuanto a la diferencia, es todo esto que estaba diciendo antes: el abordaje, las composiciones con una intencionalidad previa, el trío como un fin en sí mismo. En cuanto a las coincidencias, bueno, creo que los temas sobre los que me interesa escribir y cantar al final dan vuelta en torno a lo mismo, las cosas que a mí me convocan y desvelan: el paso del tiempo, el sentido, el amor…

O.C: En estos tres discos que venís editando crees que lograste el sonido seba dorso? Ese que por más que haya nuevas búsquedas, uno lo escucha y dice es Seba Dorso?

S.D: es algo que tal vez no me corresponda decir a mí. Me cuesta tomar distancia de mis cosas, de mi material, juzgarlo… y además si me detengo mucho en esto me paralizo. Me funciona más seguir alguna intuición y trabajar, aunque no sepa bien qué estoy haciendo ni por qué

O.C: La noche de Angelín… pareciera que está pasando algo que no vemos o por lo menos no es tan evidente… ¿Qué es eso que está pasando o que estuvo pasando y que no vemos del todo?

S.D:
Es claramente una canción de amor y desamor. Hay una persona entusiasmada y otra que tal vez esté perdiendo el entusiasmo, y tiene algo para decir que no dice. Un choque de unas motos en la esquina hace mucho ruido, pero ahí no pasó nada, la herida estaba ocurriendo en otro lado.

O.C: Me gustó la idea en mi casa es más grande que esto, de alguna manera haces referencia a la psiquis, en la que muchas veces nos cuesta encontrarnos. ¿Cómo surgió esa idea?

S.D:
No lo sé la verdad, me pasa muchas veces que me descubro a mitad de una canción diciendo cosas que van cobrando sentido para mí mismo sobre la marcha. Cuando escribí “una habitación que nunca vi y en la que no entraré jamás tal vez” empecé a entender por dónde venía. Y como siempre, en algún momento se aparece algún fantasma.

O.C: Para terminar ¿cómo sigue el año de seba dorso? ¿Tenes pensado presentarlo en distintas provincias?

S.D: Me gustaría mucho, sí. De momento estamos preparando el concierto de presentación del disco, que será el 17 de noviembre en Circe. Y después veremos que nos depara la vida.