La cantante y compositora uruguaya Inés Errandonea lanzó su segundo álbum titulado Agua Viva, una obra que explora la dualidad del agua y el deseo como elementos intrínsecamente conectados, representando tanto espacios de nacimiento como de ahogo. Con la producción de Juanito El Cantor, Errandonea aborda en este disco el deseo como un motor que impulsa la vida, entrelazando el presente y el futuro en cada una de sus composiciones.
Agua Viva se caracteriza por melodías que guían al oyente a través de pasajes inesperados, manteniendo al mismo tiempo una calidad que invita a la reflexión. Errandonea describe su relación con el agua como fundamental. Esta conexión se traduce en letras que exploran temas como el amor, la creación y la intimidad, ofreciendo una mirada profunda sobre el deseo humano.
A lo largo de este año, la artista ha ido anticipando su nuevo trabajo con varios sencillos, entre ellos Sábanas truchas, en colaboración con Martín Buscaglia, y Bañera, junto a la argentina Sofía Viola. Además, el videoclip de Arde, que cuenta con producción musical de Juanito El Cantor y Lucy Patané, ha sido destacado por su estética caótica y sensual, co-dirigido por Errandonea y Magela Crosignani.
Inés Errandonea, quien divide su tiempo entre Montevideo y Buenos Aires, ha cultivado una carrera musical marcada por la influencia del cine y el teatro, lo que se refleja en sus letras y en su estilo visual. Su primer disco, «La Vida Real», le valió el Premio Graffiti a Mejor Artista Nuevo y fue reconocido como uno de los mejores álbumes del año por diversos medios de comunicación.
Desde su primer EP «Las Canciones» en 2017, Errandonea ha realizado giras por México, Cuba y Centroamérica, y ha compartido escenario con destacados músicos de la región. Con «Agua Viva», la artista reafirma su compromiso con la música y su capacidad para conectar con el público a través de una propuesta auténtica y emocional.
En el marco del lanzamiento de «Agua Viva», tuvimos la oportunidad de conversar con Inés Errandonea para profundizar en su proceso creativo y las temáticas que aborda en este nuevo trabajo.
Otra canción: ¿Actualmente estás viviendo en Argentina o en Uruguay? Sé que vas y venís constantemente…
Inés Errandonea: Voy y vengo bastante, pero estoy viviendo en Buenos Aires, o sea, mi casa es en Buenos Aires.
O.c: Ayer, mientras lo escuchaba, intentaba encontrar la manera de definirlo, y es complicado encasillarlo. Me parece que hay una búsqueda nueva, que podría describir como más urbana, aunque tampoco es del todo urbano, ya que no hay reggaetón ni trap, pero tampoco es folclórico.
I.E: Sí, a mí me cuesta también. Me doy cuenta de las diferencias, pero me interesa ver cómo lo escuchan los demás, porque me parece realmente interesante y distinto. Pienso que es como cuando uno va creciendo en la vida; no te ves crecer, no percibes tanto el movimiento. En cambio, otra persona escucha un disco y, con el tiempo, escucha otro y dice: «Mirá las diferencias». Yo siento esas diferencias, pero como me veo avanzar todos los días, es más difícil para mí reconocerlo, a veces no es algo que busques activamente.
Sin embargo, sí siento que tiene una esencia urbana y también un toque folclórico, incluso más en este último. Justo el otro día alguien me decía que percibía esa parte folclórica, y me hace gracia, porque creo que es cierto: no se puede definir con precisión, y eso me alegra. Hay algunos ritmos, como los ternarios, que te llevan a ciertos universos en algunas canciones, aunque no en lo sonoro. El tipo de sonido es más urbano, con más sintetizadores, cosas que son más propias de ese estilo.
O.c: Es que tiene una base folclórica si se escucha con atención o muy de los músicos del rio de la plata.
I.E: Sí, hay una cualidad ternaria en estas canciones, en el sonido, que surgió de esa manera. Hay algo en el tipo de movimiento que te lleva más hacia el folclore, pero no en el sonido, ni en las estructuras, ni en las letras. Además, yo tampoco provengo de ese ámbito; no es una búsqueda que tenga. Me encanta la variedad y cómo cada uno lo interpreta de diferentes maneras. Tal vez este disco sea menos cancionista que el anterior, en el sentido más tradicional de la palabra; es un poco más raro, digamos, con búsquedas más arriesgadas.
Pero sobre todo, me quedo con lo que dices sobre que es difícil de definir. Para mí, no es necesario encasillarlo tanto. Por eso, cuando hablo, lo hago más desde lo que me estaba sucediendo a mí, desde cómo fue la búsqueda, y el resultado final es este, que hay que escuchar para hacer sus propias lecturas. Es un disco que tiene mucho que ver con lo emocional y lo corporal, con una conexión bastante intensa desde el cuerpo, desde el deseo, desde lo acuático. A veces pienso que tiene un enfoque más conceptual, y por eso cada canción es un universo en sí misma, bastante diferente entre sí.
Esa idea de que sea difícil de definir creo que es la clave del movimiento cancionista, si se quiere, de los músicos del Río de la Plata. Se me vienen a la cabeza Martín Buscalia, Papina Di Palma, Sofía Viola y Rodrigo Carazo. Es un movimiento que ha tratado, de alguna manera, de salir de las casillas tradicionales. Y aunque es difícil decir exactamente qué hacen, hay un sonido rioplatense que los caracteriza.
I.E: Sí, yo creo que definitivamente me siento parte de ese movimiento, porque además mencionaste a personas que son cercanas a mí, o que incluso han colaborado en mis discos, y que son muy diferentes entre sí. Por ejemplo, entre Rodrigo Caraso y Martín Buscalia hay estilos bastante distintos, y sin embargo, nadie duda de que lo que prima en ellos es la canción.
Me re siento en ese mood; para mí, la canción es lo que manda. No lo veo desde una perspectiva de género. De repente, surge un bolero, o algo que se asemeja a un candombe, o incluso algo más indie.
O.c: ¿Por qué el disco Agua Viva?
I.E: Fue un disco que comenzó en un momento en el que estaba investigando cómo era el deseo creativo, el deseo en todos sus sentidos. Siempre he sentido que el deseo me atraviesa profundamente. Desear no proviene de un lugar de carencia, como un «quiero esto y no lo tengo», sino que me gusta desear y creer que un montón de cosas son posibles. El deseo es lo que uno quiere para el futuro; contiene el futuro y, al mismo tiempo, es un estado hermoso. Cuando compongo o estoy creando, me siento en ese estado.
Unía mucho esa palabra con el estado creativo, ese momento en que estás inspirada y trabajando con mucha energía, deseando, escribiendo, componiendo, tocando, expresándote por aquí y por allá. Esa sensación es difícil de describir, pero está presente en algunas de mis canciones. A veces, hay una sequía tremenda, y me di cuenta de que para mí el deseo es un terreno acuático. A menudo, solemos verlo como fuego, pero para mí tiene más que ver con el agua. Las imágenes que se me venían a la mente estaban muy relacionadas con el agua, que es un elemento muy importante en mi vida; es un espacio en el que me siento mejor que cuando no estoy en ella. Quiero estar siempre dentro del agua, especialmente cuando tengo una idea o estoy componiendo.
Me di cuenta de que «aguaviva», el animal, tiene un nombre muy hermoso, potente y simbólico: agua pero viva. Me siento un poco así. Además, el aguaviva es un animal que está camuflado en el agua; es un poco agua, pero tiene vida. A veces, puede parecer un bicho que nos da miedo o rechazo, pero también es muy vulnerable y transparente. Sentí que había toda esa mezcla de emociones en este disco: dolor, belleza, transparencia, vulnerabilidad, y a la vez, mucha agua, mucha vida y muerte. Me pareció que esto podía prestarse para abrirse a una nueva capa de misterio.
O.c: Hablando de esa capa de misterio, Veo este disco más sentimental e instrospectivo que el anterior. ¿Cómo fue ese proceso? Me imagino que abrirte a lo que te sucede no debe ser fácil.
I.E: Sin duda, este disco es muy personal. El anterior también lo era, pero desde un enfoque más expansivo. Generalmente, compongo desde ese lugar, pero en este caso, es más introspectivo, mientras que el anterior tenía un tono más catártico. Ambos reflejan lo que estaba viviendo en su momento, aunque el primero proviene de un lugar más desesperado, mientras que este invita a bucear en mi interior.
Me encanta este proceso. Al principio me costaba un poco y me daba pudor, pero con el tiempo he aprendido a disfrutarlo; se ha convertido en parte de mí y en mi forma de hacer música. En este disco, sentí que al crear, descubrí cosas nuevas. Aunque en ambos trabajos encontré novedades, en este fue más un ejercicio de exploración que de catarsis.
Una de las canciones que más me gusta es «Algo anda mal», donde menciono «mis lágrimas perdieron la sal, mis lágrimas no tienen gusto». Esa canción es muy personal y refleja desencuentros amorosos. Tiene un tono descarnado y enojado, y me encanta su exageración; a veces, lo que parece
O.c. Más allá de eso, quiero llevarte al plano actual, donde todo es virtual: donde predominan plataformas como Spotify y donde podemos hablar, gracias a Dios, a través de Zoom. ¿Qué tan importante es para ti, como músico, el contacto físico con los demás, tanto en lo personal como en lo laboral y musica
I.E: Me hace gracia la forma en que lo expresaste, porque hay una canción que dice que «el contacto físico y el agua me calman», titulada «Entera y hecha mierda». Para mí, el contacto físico es fundamental, al igual que el agua. Creo que el deseo, el agua, el cuerpo y la piel son elementos esenciales. El tacto, en particular, me parece el sentido más importante.
A nivel musical, mi vida es un poco peculiar en cuanto a la dinámica de ir y venir. A menudo paso largos períodos sin ver a muchas personas, y también tengo una vida virtual bastante activa. No solo por Spotify y las redes sociales, sino porque también doy clases virtuales, lo que contribuye a esa vida digital.
Hacer música a distancia me resulta un poco complicado; aunque es posible, me cuesta más. Además, el momento de un show en vivo es insustituible. Aunque las plataformas como Zoom han prosperado para dar clases, hacer entrevistas y muchas otras actividades, me doy cuenta de que los conciertos virtuales no han tenido la misma continuidad. La gente realmente anhela el momento y el encuentro en persona.
Curiosamente, tengo un disco titulado «Agua Viva», que trae consigo una nueva experiencia. Estoy disfrutando que se escuche tal como es, porque las versiones que presento no son exactamente las mismas que las grabadas. Me encanta que el disco tenga su propia vida y que la gente pueda apreciarlo en su totalidad.
O.c: El vivo también es una trinchera en estos momentos…
I.E: Sí, absolutamente. Es un espacio lleno de un amor inmenso. La gente va a ver a otras personas, a escuchar música, a compartir momentos y a conectar con otros cuerpos. Es algo realmente bello, muy poco racional y profundamente emocional. Sin duda, es una trinchera, algo que debemos sostener y cuidar.
O.c: Otra de las canciones que me gustó es «Iuju», que aborda el tema de desubicarse y la valentía. En los momentos actuales, ser valiente es fundamental, especialmente como cantautora. Desubicarse en este contexto, donde todo parece estar programado por lo que dictan las plataformas y lo que dice Spotify, es un acto de coraje. Es importante encontrar nuestra propia voz y autenticidad en medio de esa programación.
I.E: Creo que eso es algo muy importante. A veces, esos desubiques me alegran, porque siento que son señales de autenticidad, de que hay alguien vivo ahí, alguien que no está haciendo exactamente lo que hacen los demás. Es como un grito en un lugar donde todos están callados.
Es fundamental permitirse esa libertad, ser quien realmente quieres ser y dejar de lado las expectativas de los demás. No se trata de estar pendiente de cómo son los «cuadraditos» que nos rodean. Para mí, esto es clave en el arte y en la búsqueda artística; no lo concibo de otra manera. Sin embargo, también puede dar un poco de terror.
O.c: Otra de las canciones es «Sábanas Truchas», en la que participa Martín Buscaglia. Esta canción es una balada romántica, especialmente si la comparamos con el resto del disco. Siempre pienso en Martín como el cantor irónico, alguien que aporta una gran perspicacia en sus letras y en su estilo musical. La colaboración con él fue muy enriquecedora, ya que su enfoque único añade una dimensión especial a la canción.
I.E: La canción nace del amor, absolutamente. Es una canción de amor sostenido y duradero. Surge de un momento en el que estaba en pandemia; logré irme a Uruguay, pero casi no me dejan entrar y me quedé parada en la frontera. Fue un momento caótico. Mi novio, desde Buenos Aires, se dedicó a recorrer toda la ciudad, incluso fue a la rural donde me habían hecho el hisopado, tratando de conseguir la firma de no sé qué. Hizo de todo para que yo pudiera pasar al otro lado.
En ese momento, estaba muy sensible. Pasaba mucho tiempo viéndolo a él, y de repente me iba y no lo veía por mucho tiempo. Así que estaba realmente vulnerable. Cuando llegué allá y tuve que encerrarme para hacer la cuarentena preventiva, fue una experiencia demencial. Desde ese sentimiento, mirando una foto muy romántica que había dibujado, comencé a escribir esta canción. La dejé de lado por un tiempo, hasta que finalmente la retomé y la terminé.
Cuando se la mostré a Juanito, el productor del disco, me dijo que esta canción definitivamente necesitaba un feat. Así que empezamos a producirla y grabarla. Este año, le escribí a Martín, y su nombre nos vino a la mente rápidamente, porque sentíamos que su voz encajaría perfectamente y le daría un swing especial a la canción. Se la mandé y le encantó. Estoy completamente de acuerdo con lo que dices sobre Martín: tiene ese toque de swing, no tan baladoso, pero a la vez ha creado temazos de amor que han estado presentes a lo largo de mi vida.
O.c: En el estribillo de «Sábanas Truchas» también hay una reflexión sobre la importancia de mirarse. Creo que, últimamente, muchos de nosotros vemos, pero pocos realmente miramos. Esa capacidad de observar y conectar con lo que nos rodea y con nosotros mismos es fundamental, y la canción resalta esa necesidad de profundizar en las miradas, tanto hacia el otro como hacia uno mismo.
I.E: Esa idea de «mírame» proviene de la foto de la que te hablaba, en la que capturé a mi pareja mirándome y riéndose, un gesto muy cómplice. Era como un «te miro y qué payasa que eres» o algo así. Creo que lo que mencionas está presente en esa mirada hacia el otro y en la aceptación de cómo es. Es un reconocimiento de la esencia del otro, de sus peculiaridades, y eso es lo que hace que la conexión sea tan especifico
O.c: ¿Sos de ver, de prestar atención a lo que pasa a tu alrededor a la hora de hacer música o sos más introspectiva, de mirarte a vos misma?
I.E: Las dos cosas están en constante comunicación. Soy muy observadora; siento que gran parte del arte radica en prestar atención a la vida. No solo en el momento en que estoy componiendo, sino también cuando voy sentada en el subte o mientras me muevo. Las imágenes y metáforas que surgen en mis canciones provienen de mi capacidad de detenerme y observar. Esto también se relaciona con mirar hacia adentro, porque es en esos momentos de reflexión donde uno se detiene y dice: «Ah, qué hermoso eso». Es registrar la vida para que no pase de largo, y así encuentras tus propias imágenes, que son personales y únicas.
Soy muy de mirar hacia adentro, casi de manera insoportable, y también de observar el mundo exterior con mis propios ojos. En esa dualidad, encuentro gran parte de las imágenes que utilizo para expresar esos sentimientos que surgen de repente.
O.c: En el el disco participa Sofía Viola en Bañera ¿cómo nace la canción y esa invitación?
I.E: La canción nace también en plena pandemia. El encierro que menciono se refiere a la cuarentena, y curiosamente, yo me sentía casi a gusto en ese contexto. Hubo un momento en el que logramos darle la vuelta a la situación. Sin embargo, también sentía que ya no me interesaba nada, lo cual me parecía extraño. Empecé a sospechar de mí misma, cuestionándome si eso era realmente la verdad o simplemente un mecanismo de defensa para aceptar lo que viniera. Así que decidí hacer esa canción para explorar qué había detrás de esos sentimientos.
La canción surgió con un ritmo muy bailable, lo que me hizo dudar de mí misma nuevamente. Primero grabé toda la voz de la canción, como si fuera a quedar así. Pero también sentía que otra voz podría aportar una nueva dimensión a la canción, una nueva capa. Fue entonces cuando, por separado, tanto Juan como yo pensamos en Sofía. Sentíamos que la canción necesitaba tener una energía muy física, corporal y un poco salvaje. No queríamos que fuera un canto perfecto y pulcro, sino algo más libre. Sofía aportó una tremenda vida a la canción, y me encanta cómo quedó.
O.c: Una de las canciones que me llamó mucho la atención fue ‘Bordes de Chocolate’, en la que pareces rendir homenaje a la boca, a la palabra y a los perros. La encontré muy similar a ‘Buen Día Día’ de Miguel Abuelo, donde se celebra al sol y se nombran diversas cosas. ¿Cómo nació ‘Bordes de Chocolate’ y qué inspiró su creación?»
I.E: Es una improvisación que nace de la curiosidad: a ver qué pasa si no sé lo que voy a decir y empiezo a abrir la boca. ¿Y qué viene? ¿Qué vendrá? Quiero ponerme en una condición mágica, sin saber lo que vendrá. Voy a abrir mi boca, que se abra antes que yo. Para mí, tiene que ver con el instante; es una canción que refleja el instante presente absoluto. Por eso hay muchas relaciones entre las palabras. Una cosa se relaciona con la otra, y surge, no sé, digo ‘tiburón’, ‘martillo’, ‘mañana cuelgo este cuadrito’, como esa asociación de palabras que hace el cerebro cuando está muy vivo y en el presente total. Eso es la canción.
Y luego me pasó algo increíble. Después de que ya sabía que el disco se llamaba ‘Agua Viva’, me compré un libro titulado ‘Agua Viva’ de Clarice Lispector. Ya había leído otras obras de ella y sabía que este libro se llamaba así, así que pensé: ‘Lo tengo que leer, porque estoy haciendo un disco que lleva el mismo nombre’. Esa canción la había comenzado antes, pero había quedado en el camino. Estaba sentándome a contar de nuevo esa canción y, cuando empecé a leer el libro, me di cuenta de que era muy acorde a lo que estaba buscando. Es como un devenir del presente absoluto. No sé si incorporé algo relacionado, pero me hizo mucho sentido.
O.c: ¿Por qué elegiste a Juanito como productor de este disco?
I.E: Lo elegí ahora porque me encantó trabajar con él en el primer disco y me fascina el sonido que genera. Me encanta el diálogo que se establece entre nosotros. Cuando lo elegí, sin haber trabajado antes con él, ya había escuchado varias cosas que había producido, especialmente el disco de Papina, que me había encantado. Juani tiene una capacidad con la que me siento cómoda e identificada: crea cosas muy especiales y particulares. Su sonido no es como el de la mayoría de las producciones, pero tampoco es algo raro o extraño.
Creo que tiene una personalidad única, y a menudo me pasa con muchos productores que siento que sus trabajos suenan similares. Hay algo positivo en eso, porque tienen su sello, pero también me gusta que se mantenga la unicidad de la música, y con Juani se logra eso. Escucha mucho la música antes de intervenir. Me gustan las ideas que se le ocurren, los arreglos que propone y la forma en que trabaja el sonido; me parece impresionante.
O.c: ¿Cuál fue el aspecto que buscó o que te hizo indagar más, Juanito
I.E: En este disco, incorporamos muchas más teclas que en el anterior, principalmente porque compartía estudio con alguien que tenía una gran variedad de teclados disponibles. Para mí, aprovechar las circunstancias y los recursos que tenemos es fundamental en la música. Así que, con todos esos teclados a mano, comenzamos a experimentar y a buscar nuevos sonidos, lo que resultó en una mayor presencia de sintetizadores y otros elementos en el álbum
O.c: Es lo que lo hace un poco urbano…
I.E: Sí, sí, totalmente, además siento que le re-sumaba, me re-interesaba ese sonido. Siento que es la gran diferencia entre el anterior
O.c: ¿Planes de presentar el disco en vivo pronto? ¿Consideras realizar una gira por el interior de Argentina, incluyendo Córdoba? ¿Cómo piensas abordar esta presentación en un momento tan complicado
I.E: He tocado en Buenos Aires y Rosario, y ahora tengo una presentación en Montevideo. Tengo muchas ganas de ir a Córdoba; la última vez que estuve allí fue el año pasado o el anterior. Aún no tengo una fecha confirmada, pero planeo presentar el disco el año que viene. Quiero que el álbum tenga la oportunidad de recorrer y dar algunas vueltas.
Voy a tocar en Uruguay durante el verano, en varios lugares de la costa, y quiero presentarlo con calma. Me gusta hacer cosas que vayan más allá de simplemente tocar; me interesa pensar en un concepto detrás del show y que haya cierta dramaturgia.
Con el año terminando y las elecciones en Uruguay, siento que no es el momento adecuado para presentarlo. No quiero apresurarme; quiero que el disco tenga su propio recorrido