El sexteto de jazz argentino está integrado por Daniel «Pipi» Piazzola en la batería, Nicolás Guerschberg en los teclados, Mariano Sívori en el bajo, Gustavo Musso en el EWI y saxo alto, Damián Fogiel en el saxo tenor y Martín Pantyrer en el clarinete bajo y saxo barítono. Este año se cumplen 25 años desde el nacimiento del proyecto y su debut en Cosquín Rock. En este momento, están presentando su decimoquinto y último disco, «Escalectric», que marca un punto de inflexión en la historia de la banda al adentrarse en el terreno del jazz eléctrico e incorporar nuevas instrumentaciones como el EWI.
A pocos días de su presentación en Cosquín Rock, tuvimos la oportunidad de hablar con Gustavo Musso.
Otra canción: Antes que nada, me gustaría que definas qué es Escalandrum para aquellos que todavía no los conocen y tal vez los vean por primera vez en Cosquín Rock. Personalmente, podría decir que son una banda de jazz, pero también abordan a su manera el tango y la música clásica…
Gustavo Musso: Escalandrum es una agrupación con una clara orientación hacia el jazz, pero a lo largo del tiempo ha logrado combinar elementos de la música clásica, el rock y el tango. Han consolidado un sonido propio y con identidad que les permite abarcar diferentes repertorios, como clásicos, temas de rock y temas de jazz. El grupo es muy receptivo a diversas influencias musicales y cada miembro está personalmente capacitado para abordar diferentes estilos musicales. A lo largo de tantos años, han demostrado su versatilidad y habilidad para adaptarse a distintas inquietudes musicales.
O.C: Cuéntennos un poco de dónde surge el nombre Escalandrum…
G.M: El nombre «Escalandrum» surgió durante la creación de la banda cuando a Pipi se le ocurrió la idea de llamarla «Jalandrum», que en realidad es el nombre del tiburón de bandera argentino, un tiburón de fondo que se encuentra en las aguas del sur. Sin embargo, se decidió modificar el nombre cambiando la «N» por una «M», y así quedó compuesta la palabra «Escalandrum». La mitad de la palabra, «escala», hace referencia a la escala musical, mientras que «drum» se relaciona con la batería. El nombre es bastante peculiar y generó aceptación total cuando Pipi presentó la idea.
O.C: La invitación a Cosquín Rock parece haberse dado justo en el momento en que lanzan Scaletric, un disco que me atrevería a decir es un quiebre en la discografía de la banda, haciendo un jazz moderno y que a veces juega con tintes de rock. ¿Por qué tomaron esa decisión después de 25 años?
G.M: La invitación a Coquín Rock fue una oportunidad perfecta para el último disco de Escalandrum, en el cual exploramos un enfoque completamente diferente al que solíamos hacer. Aunque no considero que sea un disco de rock en sí, el elemento jazzístico está presente de manera constante debido a la improvisación. A partir del cambio de instrumentación y de los temas, se generó un nuevo sonido que tiene una impronta más eléctrica, lo cual también lo acerca al rock. Por lo tanto, la invitación a Coquín Rock fue muy apropiada y nos brinda la oportunidad de presentar este nuevo material que tiene una identidad distintiva.
O.C: ¿La incorporación del Ewi a la instrumentación de la banda crees que le dio cierta frescura? ¿Ustedes lo ven así? ¿Qué creen que le brindó el Ewi a este disco?
G.M: La incorporación del EWI (Electronic Wind Instrument) fue de suma importancia para desarrollar completamente la idea que teníamos a partir del repertorio que estábamos tocando y de nuestro deseo de crear un disco diferente tanto para nosotros como para nuestra audiencia. Nuestro público siempre está buscando nuevos desafíos musicales y este instrumento nos permitió explorar un enfoque fresco. La sección de vientos es muy característica de nuestro grupo, con la formación de clarinete bajo, saxo tenor y saxo soprano. Al agregar o modificar uno de estos instrumentos, como en el caso del EWI, también sentimos la necesidad de complementarlo con una nueva instrumentación más eléctrica. Mariano Sibor incorporó el bajo con pedales y Nicolás Gershberg, además de tocar el piano en algunos temas, incorporó una variedad de sintetizadores. Esta combinación de instrumentos nos permitió crear un sonido único y explorar nuevas posibilidades musicales en nuestro último disco.
O.C: Para aquellos a quienes les gusta el jazz más clásico o el Escalandrum más acústico, ¿es el final de esa parte o piensan convivir con las dos sonoridades?
G.M: Creo que para la gente que fue siguiendo el grupo, siempre hubo sorpresas y siempre hubo sonoridades nuevas y apuestas diferentes. Más allá del sonido característico del grupo, siempre hubo algún elemento nuevo, uno o más elementos nuevos que fueron interesantes de escuchar en cada disco de Scalandrum. Nosotros llevamos ya 15 discos editados y cada disco tiene su particularidad por el tiempo en el que fue grabado y por las propuestas en las cuales nos hemos puesto como desafío siempre tener alguna novedad en cada disco. Creo que este disco, para los amantes del jazz, inclusive para los amantes del sonido, de las cuestiones acústicas diferentes, es súper atractivo y muy interesante.
O.C: ¿Se presentan como un grupo que les gusta arriesgar en lo sonoro? Han tenido discos más cercanos a ciertos ritmos folclóricos, pero luego han explorado una cuestión más urbana e incluso han tenido algunos discos con cuerdas…
G.M: El grupo siempre toma desafíos a nivel sonoro. Es un grupo que siempre está investigando por lugares donde por ahí no hay demasiadas referencias anteriores. Esto nos pasó ya en el approach que tuvimos en el primer disco, o en el segundo, donde ya la instrumentación era diferente en cuanto, por ejemplo, a la sección de vientos. Y también hemos intervenido con cuerdas en algún otro disco, en Secreto Movimiento. Ahora estamos con esta parte eléctrica. Y siempre estamos tomando desafíos sonoros.
Creo que eso se produce también porque el grupo está muy afianzado como grupo y resiste diferentes cambios. Y eso hace que, de alguna manera, la identidad del grupo esté por encima del repertorio y de qué se está tocando. Siempre se escucha a Scalandrum como un grupo de amigos y personas que tocan juntos y que se entiende de determinada forma.
O.C: Son un grupo que está celebrando los 25 años de vigencia en un momento donde el mundo parece cambiar constantemente, donde parece que hay que estar en constante actualización sonora y acorde a lo que se escucha, se consume, etc. ¿Cómo se ven ustedes dentro de ese mundo? ¿Están atentos a estas cosas?
G.M: Escalandrum es un grupo que, más allá que esté celebrando en este momento 25 años, se mueve de alguna manera de forma independiente. Nosotros trabajamos también con el sello Warner Music hace ya varios años, es un sello que nos acompaña en cada decisión que tomamos, en ningún momento nos vemos de alguna manera condicionados o direccionados a lo que el mercado pide. Creo que eso también es parte de esta simplicidad que maneja el grupo y originalidad en cuanto a las decisiones musicales y artísticas. Entonces, la verdad que no estamos observando qué está pasando con el mercado, sino que nos guiamos un poco por nuestra intuición, nuestras ganas de innovar y mejorar.
Todos estudiamos todos los días nuestros instrumentos y intentamos siempre estar mejorando en cuanto a la performance que tenemos arriba del escenario. Es un grupo que ensaya todos los martes durante ya 25 años, entonces el interés está puesto siempre en la música y por suerte pudimos llevar adelante nuestras ideas sin vernos condicionados tanto por lo exterior, sino que es una sensación creo que interior del grupo que se expande hacia afuera.
O.C: Muchos enlazan Escalandrum con Piazzolla y el tango. Algo inevitable si se quiere, habiéndole dedicado parte de su discografía a interpretar a Astor y teniendo a Pipi como miembro de la banda. ¿No es un peso para el grupo y para Pipi?
G.M: Interpretar la música de Astor Piazzolla nunca fue algo condicionante para el grupo, siempre fue algo que nos gustó hacer. Cuando Pipi decidió abordar la música de Astor, ya el grupo tenía 11 años de trayectoria y creo que es un repertorio que siempre todo músico quiere tocar, que de alguna manera sucede a nivel mundial en que en algún momento se te cruza la música de Piazzolla y nos dan ganas de probar o qué nos pasa a nosotros tocando esa música que es maravillosa. Y en el caso de Scalandrum siempre estuvo en paralelo nuestra música original, salvo por ahí el año que estábamos tocando la música de Piazzolla, todos los proyectos que fueron posteriores que tuvieron que ver con la música de Astor, en paralelo estábamos también con música original nuestra.
Creo que más que un peso es una responsabilidad hacer esa música y hacerla diferente, es parte de la responsabilidad que tenemos como grupo, porque la música de Astor siempre fue tocada por él y creo que nunca fue mejor tocada que por él. Y entonces nosotros reversionamos un poco esa forma de percibir la música de Astor que tenía que ver con la libertad y el desafío.
O.C: Pensando en que hicieron una versión de «No soy un extraño» de Charly García y que van a estar en Cosquín Rock, ¿nunca pensaron en hacer un disco de versiones de rock?
G.M: Para el grupo, haber tocado ese tema de Chale García, No Soy Un Extraño, fue una linda experiencia y hemos tocado con diferentes artistas del rock, como Kevin Johansson y Lai Sarasu. Bueno, hemos tenido cruces a lo largo de varios años con distintos artistas. No sé si en algún momento surgió realmente la idea de hacer estas versiones de rock, pero el grupo siempre está tocando música original o música de Astor Piazzolla, y bueno, todavía por ahí no se presentó esta situación de interactuar directamente con el mundo del rock. No lo descartamos, creo que puede ser alguna, en algún momento se puede dar a esa situación, pero tendrá que ver también con este approach diferente que a veces tiene el grupo y ver cómo eso puede coexistir con el mundo del rock.
O.C: Llevan 25 años de recorrido, estuvieron nominados en los Grammy junto a Chick Corea, grabaron en Abbey Road, por nombrar algunos hitos que tuvieron como banda. ¿Hay algún recuerdo que los haya marcado más como grupo o que guarden con más cariño?
G.M: Bueno, por supuesto que haber estado nominado a los Latin Grammy junto a Chick Corea y haber grabado en Abbey Road son hitos que quedan para la banda porque es un grupo que surgió como un grupo de amigos, que nos gusta tocar y que pensábamos transitar un camino juntos, nunca pensamos que iba a ser tan largo ni tan presente en la cultura nacional, y creo que uno de los recuerdos más fuertes que tenemos es haber ganado el premio Gardel de Oro, que es el premio de la industria musical más alto que puede haber en Argentina, también haber ganado este premio Konex como figura de la década, nos parece súper importante, hemos tenido una mención en la legislatura nacional también, y claro, pero la celebración principal se da a la hora de tocar en vivo y terminar cada concierto en distintas partes del mundo y en Argentina más que todo.