Aru: es importante habitar espacios pequeños, al igual que la política

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La compositora y cantautora Florencia Ruiz se presentará junto a Aru y el Futuro el 23 de marzo a las 23:30 en Espacio Roseti de Buenos Aires. Florencia presentará su último disco, «Calandria», y repasará su discografía junto a su banda. Por su parte, Aru y el Futuro presentarán su álbum «Amarrados a las orillas del mundo» junto a su banda.

A pocos días de presentarse hablamos con Ariel Bornaschella, lider del proyecto Aru y el futuro:

O.C: ¿Cómo se organizó el concierto junto a Florencia Ruiz en el Espacio Roseti para el sábado 23? ¿Cómo surgió la idea de este evento?

Aru: Vengo trabajando desde hace muchos años con Guille, quien siempre me ha ayudado muchísimo en la organización de fechas y en la comunicación. Lo hace desde que somos muy chicos, y él también confía en el proyecto. No hace mucho tiempo, Guille comenzó a trabajar con Flor Ruiz en Berazategui. Durante mucho tiempo, ha estado trayendo a destacados referentes, entre ellos a Flor y a El Mono Fontana. En una de esas ocasiones, me ofreció la oportunidad de tocar con Flor, a lo que acepté. Ese día, conectamos muy bien con Flor y a partir de entonces hemos mantenido contacto. Nuestro vínculo se ha fortalecido de manera genuina, en parte debido a que Guille también empezó a trabajar con ella. Además, he trabajado durante mucho tiempo con Guille, quien además es mi amigo

O.C: ¿Tienen planeado realizar cada uno su set por separado en el concierto? ¿Cómo están organizando esta dinámica?

Aru: Cada uno de nosotros presentará su propio set por separado. Yo voy a ir con el proyecto completo de Aru y el futuro. Este proyecto comienza con una guitarra acústica y mi voz, y luego se expande a un formato de trío con piano y guitarra. También cuenta con un formato de dúo con una guitarra criolla, en el cual las canciones son reinterpretadas o se les da un carácter más folclórico. Finalmente, está el proyecto más amplio que incluye el disco que has escuchado, el cual representa el objetivo de mi vida: desarrollar una sonoridad propia y encontrar mi lugar en ese esquema sonoro. Esta es la propuesta que presentaremos, una mezcla de sonidos acústicos y electrónicos, acompañada de una impactante puesta de luces. Luego de mi presentación, Flor presentará su último disco ‘Calandria’, van a ser dos momentos diferentes de la noche

O.C: Hablando sobre tu proyecto musical que ya cuenta con 4 discos editados y ha experimentado varios cambios de sonido, ¿cómo definirías actualmente la evolución de tu proyecto?

Aru: Vengo definiendo mi música como una mezcla de rock y electrónica alternativa, pero todavía está mutando. Con cuatro discos a cuestas, recién ahora comienza a tomar forma una identidad propia. Hasta el momento, considero que se enmarca dentro del género de música alternativa, ya que abarca elementos acústicos, de rock y de electrónica. Ha sido un proceso de construcción en el que creo que recién ahora estoy descubriendo una identidad definida. Si alguien me pregunta, suelo describirlo como música alternativa, ya que me gustan muchos estilos musicales y no estoy seguro hacia dónde se dirige exactamente. Para mí, la música electrónica es tan importante como el folclore y el rock. Ha sido todo un desafío, y aún quedan ramas por explorar, como la música orquestada, el tango y las fusiones. En resumen, defino mi proyecto como una propuesta alternativa que no tiene límites en su búsqueda creativa

O.C: A veces hablando con gente, me doy cuenta que vivo en una época donde hay que ponerle etiquetas, me parece que a este proyecto no se le pone etiquetas, sino muta constantemente. A su vez creo que las etiqueta era muy típico de las disquerías donde entrabas y necesitabas saber dónde está el grupo que te gustaba, hoy con spotify eso cambio… ya no es necesario buscarlo en un generó. Hoy casi nadie entra a spotify y busca por generó musical.

Aru: Quizás pertenezco a la última generación que compraba discos y se sentaba a escucharlos. Hoy en día, con servicios como Spotify, suelo escuchar música según mi estado de ánimo. Por ejemplo, cuando voy al supermercado, puedo escuchar un tango o a Goyeneche. Si luego veo que los precios están por las nubes, mi estado de ánimo cambia y tal vez empiece a escuchar Nirvana. Si me siento en una plaza después de escuchar Nirvana, puedo relajarme, leer algo y poner música ambiental de fondo.

En la actualidad, la música puede adaptarse automáticamente a tu estado de ánimo, sin necesidad de poner un disco. Tu lista de reproducción se va armando en base a cómo te sentís. A veces, al ver la variedad de música que he escuchado en un día, desde jazz hasta Sex Pistols, me doy cuenta de que el concepto de género musical se diluye y lo que realmente importa es el estado de ánimo. Creo que es muy difícil identificar un género específico en la música actual, ya que estamos constantemente influenciados por diferentes factores.

Muchos jóvenes están en una búsqueda constante, tratando de encontrar algo nuevo, y es como una exploración interminable. Hoy en día, muchas creaciones musicales son tan diversas que resulta complicado asignarles un género concreto, ya que han evolucionado más allá de las etiquetas tradicionales.

O.C: Lo bueno de la búsqueda es que es difícil copiarte disco a disco, a no ser que le pongas énfasis a las letras, donde por ahí el sonido no importa si suena igual a lo anterior. Personalmente a veces me aburre escuchar un grupo donde se repite seguido

Aru: Exactamente, creo que todo es válido, al igual que las personalidades de cada uno. Hay personas curiosas que desean explorar y descubrir cosas nuevas al viajar. Me identifico con eso. Por otro lado, hay quienes prefieren quedarse en un mismo lugar, siguiendo un camino más establecido. Personalmente, soy partidario de buscar y encontrar mi propio sonido en esta vida. Para mí, es un viaje de toda la vida, no una desesperación, sino más bien un objetivo vital que la música me acompañe a lo largo de mi existencia.

O.C: Recién hablábamos y me decías que uno escucha música de acuerdo al momento. Me imagino que, como autor, también compones de acuerdo a lo que sientes, a lo que pasa. ¿En qué momento personal fue concebido ‘Amarrado a la Orilla del Mundo’ y en qué momento nacieron las canciones? Es un disco por ahí medio apocalíptico, medio caótico si se quiere, dentro de un orden sonoro, hay mucho caos de alguna manera y eso también se nota en los videos.

Aru: El disco no se gestó desde cero, contenía fragmentos de letras y elementos dispersos de otras épocas, y algunas partes se crearon completamente durante la pandemia. Fue un disco en el que el artista se reencontró con la computadora, ya que venía haciendo música con una banda que grabó el disco anterior. Tenía un fuerte interés en incursionar en la electrónica, y la pandemia lo llevó en esa dirección.

El tema principal del disco gira en torno a cómo la sociedad se trata a sí misma, la actuación de los líderes mundiales y la sensación de desesperación que permea la sociedad. El título «Amarrados a la Orilla del Mundo» refleja la idea de estar al borde de algo, posiblemente un final donde se cuestionan las democracias y el papel del Estado. El artista expresa preocupación por la tendencia hacia un individualismo extremo y la erosión de los valores colectivos.

A pesar de la atmósfera apocalíptica del disco, hay un matiz de esperanza, simbolizado por la idea de estar «amarrados», lo que sugiere que aún no se ha llegado al punto de caída total. Las letras caóticas del álbum reflejan la lucha interna del artista por encontrar sentido y superar situaciones difíciles, con un enfoque en la búsqueda de soluciones.

La imagen de un bebé en la portada del disco representa la idea de entrar en un mundo desconocido, donde la sensibilidad y la vida ocupan un lugar central. A pesar de la aparente destrucción que sugieren las letras, hay una pulsión de vida que impulsa al artista a seguir adelante y encontrar respuestas a sus luchas internas.

En resumen, el disco es un reflejo de la lucha personal del artista por encontrar sentido en un mundo caótico y desafiante, donde los acontecimientos globales han acelerado el proceso de cambio. A pesar de la desesperación y la incertidumbre, persiste una búsqueda constante de soluciones y una pulsión de vida que impulsa a seguir adelante.

OC: En este momento en el que nos encontramos «amarrados» a una cuerda, donde ciertas cosas que creíamos haber ganado están siendo cuestionadas y degradadas, surge la pregunta sobre el papel de la música. Muchos sostienen que la música debe entretener, pero también creo que es un acto político. En mi caso, también considero que en algún punto es un punto de escape para disfrutar ese momento en el recital antes de regresar a la realidad.

Aru: Creo que el neoliberalismo y el proyecto de país que está planteando este gobierno, al igual que muchos otros gobiernos con tendencias pseudo-fascistas (por no decir fascistas directamente), reflejan la situación actual. En el ámbito de la música, el neoliberalismo ha estado presente desde hace tiempo, donde el mercado ha dominado la narrativa y se ha perdido una batalla cultural.  Actualmente, en Argentina, lo estamos presenciando con todo lo que está ocurriendo.

No se puede cuestionar que la música y la postura de un artista son políticas. Considero que un músico debe estar preparado, tanto políticamente como intelectualmente, para expresar lo que necesita decir frente a un micrófono en el momento oportuno, de lo contrarió la historia le pasa por el costado y eso es una vergüenza. El artista tiene un compromiso con la gente y, en mi opinión, su forma de actuar, vestir, desplazarse, dónde actúa, cuánto cobra, qué dice en las entrevistas, todo está ligado a la política. Hay personas que han tenido que abandonar el país por expresar sus opiniones. En Latinoamérica, ha habido artistas que han sido asesinados, y en homenaje a todas esas personas, es crucial recuperar el compromiso.

Pero hay una gran diferencia entre el arte y el entretenimiento. Para mí, el arte es algo milagroso y cuando sucede, moviliza. El mercado ha tomado muy bien la palabra «arte», por lo que todo se convierte en arte, lo que hace que uno nunca busque verdaderos artistas, porque ya los tiene y se ahorra la posibilidad de profundizar. El arte debe llevarte a reflexionar, a cuestionarte, a adentrarte en ti mismo. Hoy en día, el arte se ha vuelto una palabra banal, ya que todo se considera una obra de arte.

Hay que tener cuidado con estas cuestiones, ya que puede llevar a que uno deje de investigar. Si todo se considera una obra de arte, si cocino un plato increíble y digo que es una obra de arte, no puede ser. Es necesario profundizar y entender qué es realmente una obra de arte. El mercado se ha apropiado de todas estas cosas, lo que hace que la gente no se cuestione, lo cual es perjudicial. En la actualidad, estamos viendo una falta de compromiso político. Si bien hay excelentes proyectos, hay una notable ausencia de posicionamiento ideológico en general. En mi opinión, los grandes artistas de la historia se han caracterizado por tener una postura política.

O.C: Es cierto que antes existía una especie de curaduría, pero con la proliferación de plataformas digitales, ahora se puede publicar prácticamente cualquier cosa. Cada día surgen nuevas propuestas, lo que dificulta estar al tanto de todo lo que sucede. Pareciera que todo se convierte en música, todo se convierte en arte…

Aru: Exactamente, es difícil, la verdad que como músico, no sé si es una época muy interesante. Ya no me pongo a pensar en si me escuchan o no. Si querés conocer a alguien y dedicarle tiempo tenés que escucharlo varias veces y te llegan cosas todos los ´días.

A mí me llegan cosas a través del algoritmo. En la actualidad, creo que los movimientos políticos, nacionales y populares, así como la música y los músicos, debemos resetearnos y empezar de vuelta a a pensar en la obra. Necesitamos plantearnos la necesidad de volver a centrarnos en la esencia de la obra, en buscar nuestra identidad dentro de ella y dejar de lado otras preocupaciones. Pensar en la idea de vivir de la música en este mundo actual, con tanta sobreinformación, puede resultar frustrante.

Para mí, comienza una nueva era en la que es importante habitar espacios pequeños, al igual que la política y los nuevos líderes deben estar presentes en esos espacios o en la calle. Creo que el papel fundamental para que esta transformación se dé de manera gradual es tocar en centros culturales y tratar de emocionar a las personas, ya sea a dos o a cien, pero lograr que alguien se lleve algo especial de la experiencia del vivo. Es esencial que el disco llegue le llegue a las personas, si te llegó a vos y te generó algo, eso ya es un éxito. Es necesario replantear todas las ideas, ya que el mundo en el que crecimos, escuchando a Dylan, ya no existe, colapso.

Creo que debemos cambiar nuestra forma de entender por qué hacemos música y buscar inspiración en lo cotidiano, ya que es lo que la situación actual nos demanda. Necesitamos líderes y músicos que se lo hagan, así como espacios que fomenten la conversación y la sinergia. Es necesario que, al tocar una canción, se genere una ida y vuelta cuestionando qué significa el éxito, por qué hacemos música y para qué se hace política.

O.C: A veces esperamos que los grandes referentes presenten algo innovador, cuando en realidad considero que son las nuevas generaciones las que deben proponer. En el ámbito musical, a veces se espera con ansias el nuevo disco de artistas como Fito, Divididos, La Renga o Charly, con la expectativa de descubrir una propuesta novedosa. Sin embargo, es posible que no ofrezcan algo realmente nuevo. Creo que es necesario buscar en las nuevas generaciones las propuestas creativas. Existe una tendencia a esperar que los grandes referentes nos sorprendan con algo nuevo, pero a veces resulta difícil que lo logren o que encarnen la lucha actual. Muchos músicos ya abordaron esa lucha en los años 70 u 80, por lo que quizás ya no les corresponda liderarlas. Es fundamental que surja una nueva generación dispuesta a asumir ese desafío, y que los referentes apoyen y respalden a las nuevas generaciones.

Aru: Es cierto lo que mencionas, no recuerdo quién lo dijo, pero es verdad que los grandes referentes se están haciendo mayores y algunos están falleciendo.  Hoy tenemos que empezar a bucear un poco en los pibes, en las generaciones nuevas, ya que de lo contrario no surgirán nuevos referentes. Es un poco como decís, ya que hay personas realizando grandes cosas, pero quizás no reciben la misma atención que antes debido a los cambios en la industria musical y en la relación con las discográficas. Antes, los cazatalento solían descubrir bandas en cualquier lugar y presentarlas al público.

Hoy en día, nosotros mismos debemos ir a buscar, observar y estar atentos, más allá de lo que se promociona en el mainstream, donde también hay propuestas interesantes. Sería extraño afirmar que nuestro país no está produciendo cosas brillantes, pero es necesario buscarlos, lo cual puede resultar complicado cuando esas mentes brillantes prefieren mantenerse alejadas del público y no salir de sus casas. Antes, tenían la oportunidad de salir gracias a los contratos y apoyos, pero en la actualidad, algunos prefieren quedarse en casa y seguir creando música desde allí.

Es como decís hay que empezar a buscar porque los grandes referentes primero ya hicieron lo que tenían que hacer y segundo muchos lamentablemente por una cuestión natural se van muriendo.

O.C: Recién hablábamos un poco del disco «Apocalíptico». Hay una canción que se llama «Lágrimas en los Huesos» que me suena un poco como una invitación a ese mundo apocalíptico que está un poco a la deriva. ¿En qué momento surge?

Aru: Se puede decir que es una canción, quizás más oscura, porque habla de que ya no existe la raza humana y de que yo me quedo solo,  como yo estoy solo y soy parte de esa raza que ya no está, que fue exterminada, el sol me empieza a perseguir para destruirme. El sol se la agarra literalmente conmigo, me empieza a correr, me empieza a perseguir y nace en un juego de palabras que yo empecé a improvisar arriba de una base de guitarra.

Juego mucho con el inconsciente, mucha gente lo hace y el inconsciente, la frase que dice hoy no había sol, solo lágrimas en los huesos, quise caminar por la pendiente cuando no oí caer el sol sobre mí, eso apareció todo de una, y a partir de eso ya se puede desarrollar qué es lo que quiero decir, evidentemente me estaba diciendo algo la letra, o yo inconscientemente me estaba diciendo algo.

O.C: La otra canción que me llamó la atención es «Palabras de Juan», la cual consideraría más un poema o un texto. ¿Cómo surge la canción?

Aru: Palabras de Juan» es una poesía creada por un amigo llamado Juan Garibaldi. Él creó este poema cuando presentamos «Lágrimas en los huesos», donde hicimos un juego con pinturas. Había tres pintores exponiendo sus obras, y cuando se encendía la luz de una pintura, se disparaba un poema relacionado. Luego se apagaba esa luz y se encendía en otro lugar, manteniendo a la gente en medio de la oscuridad. Juan es pintor y admiro mucho sus cuadros. Cuando leí su poema, me pareció increíble lo que había logrado inspirado por el video y la canción. También me pareció interesante que lo recitara Rosana Traverso, ya que siempre me ha encantado su forma de recitar. Es difícil encontrar a alguien que recite de esa manera.

O.C. «Viejo Mundo» es otra de las canciones que me parecen interesantes. La canción invita a dejar atrás o le pide de alguna manera a alguien que deje atrás ese mundo, pero al mismo tiempo lo añora. Es como si dijera: «Déjame, viejo mundo, porque necesito estar en el mundo de ahora», y en la soledad., ¿cuál será ese viejo mundo al que le cantabas?

Aru: Viejo Mundo es una canción que habla sobre mi infancia, cuando el mundo era realmente diferente, no solo porque yo era niño, sino porque las cosas realmente han cambiado mucho. Le estoy hablando al mundo que existía antes de empezar a ser mutilado, al mundo que está siendo mutilado en la actualidad.

En la canción, intento pedir disculpas al mundo y trato de recordarlo a través de mis experiencias en ese tiempo. Quiero traerlo a la vida en la canción, ese viejo mundo que estamos maltratando y del que prácticamente ya no queda nada.

En cierto modo, lo que intenté hacer es escribir una canción para ese viejo mundo que lamentablemente está agonizando en la actualidad. Aunque en realidad, no es que el mundo esté agonizando, sino que eventualmente volverá a ser como aquel viejo mundo o incluso mejor, pero sin nosotros. Desde la perspectiva egocéntrica del ser humano, lo vemos como un viejo mundo que ya no está presente.

Viejo Mundo también aborda temas como la soledad y recuerdos de la infancia, basados en experiencias personales y paisajes de aquel mundo pasado. Es una canción que combina elementos de la infancia con reflexiones sobre el presente, y en cierto modo, es un homenaje a ese mundo antiguo. En la canción, pido disculpas por lo que estamos haciendo al mundo y reconozco que soy parte de ese maltrato, asumiendo la responsabilidad de mis acciones en este contexto de cambio y deterioro ambiental.

 O.C: ¿Cuál es tu relación con la literatura? A lo largo del disco, cada canción cuenta una historia, con un enfoque literario. Me parece que hay elementos muy literarios. ¿Es algo intencional, o surge de forma natural en tu proceso creativo?

Aru: Mi relación con la literatura es fuerte, quizás yo empiezo a hacer música porque cuando agarro una guitarra de chico lo primero que hago es empezar a escribir y a darme cuenta de que a partir de la escritura podía sacar un montón de cosas fuertes que me estaban pasando porque que mi familia realmente fue un gran caos de chico. Cuando yo era chiquito me di cuenta en esas palabras cosas que me estaban pasando, entonces cuando fui creciendo, dije bueno, si quiero mejorar o alimentar más, tengo que empezar a leer. Me puse a leer para tratar de escribir mejor y no repetirme. También me doy cuenta de que había gente a la que estaba torturada psicológicamente como lo estaba yo, entonces empiezo a volverme muy fanático de la literatura.

En mi casa nadie leía, solamente recuerdo que le dije a mi hermana, que era 10 años más grande que yo, recomendame un libro y me puso la metamorfosis de un lado y en el camino el Jack Kerouac del otro, y agarré la metamorfosis. Fue la decisión correcta porque no estaba muy alejado ese personaje de Kafka de como yo me sentía en la vida. Después me metí a buscar en la literatura personajes que tengan como un monólogo interior, donde se pregunten cosas, donde uno se pueda meter en el cerebro de los personajes, donde los personajes realmente tengan problemas, frustraciones, donde juegue la ansiedad, la catarsis, donde juegue su relación con el mundo, la sexualidad, obviamente siempre el psicoanálisis presente lo máximo que se puede.

 Así como estudié muchos años canto, también leí para formarme porque quería escribir mejor sobre lo que me pasaba. Hoy la literatura es un disfrute pero a la vez es parte de un estudio. Al igual que cuando puedo estudió sobre política o historia porque siente que forman parte de mi obra de alguna manera. .

Para terminar ¿Qué músicos te van a acompañar en Espacio Rosetti?

Aru: Me van acompañar Agustín Garvie y Juan Corrales, uno es pianista y el otro es guitarrista. Además son los productores del proyecto junto conmigo, hace muchos años que trabajamos entre los tres. Después está Nehuen Duarte, que toca la batería electrónica, o sea el octapad y la batería. Después está Manuel Zamora que toca el bajo, y está Leandro Nadal, que es el iluminador de la banda.