Un puñado de palabras sobre el Indio Solari y el anuncio de su enfermedad.
Un día, el Indio Solari habló de su vida. Hermético, como siempre, el hombre de la calva más importante de la música nacional, se refirió a su existencia con una crudeza que generó todo tipo de reacciones espectaculares. Dijo que estaba enfermo, que tenía «algo jodido, jodiendo en el cerebro». Encendió una alarma, dijo que iba a dar un concierto despedida, anunció el estreno de una película que inmortaliza la presentación de «Porco Rex» y que iba a escribir sus memorias. Es jodido imaginar para atrás y encontrar una única referencia similar en Luis Alberto Spinetta. Un tipo con un hermetismo similar que, un día, mediante una carta pública dijo: «Mi nombre es Luis Alberto Spinetta. Tengo 61 años y soy músico. Desde el mes de julio sé que tengo cáncer de pulmón». Murió a los dos meses. Con todo lo que anunció Solari, creemos que (por suerte) no estamos ante el mismo panorama.
¿Alguién se acuerda cómo sigue «Sorpresa en Shangai», aquel tema de los redondos que trae la frase más replicada por estas horas en mensajes y redes sociales y que dice «El que abandona no tiene premio»? Bueno, sigue así…
«¿A quién le importa? ¡toda esta guinda!
¡Si te sofoca! ¿A quién le importa?
Están contando chistes
detrás de las paredes
si de reír se trata, creo.
son verdaderos dramas.
– El bote roto! ¿A quién le importa?
Mis penas como piedras
caen, ruedan y escapan
falopas duras en tipos blandos
ahuecan corazones»
El Indio Solari tiene 66 años. Es una de las mejores plumas que ha dado este país y, la mayor parte de nosotros, queremos que siga escribiendo. También, hay un puñado de hijos de puta, informes listos y críticas de ocasión.