Vamos a ser totalmente sinceros. Hace rato que teníamos ganas de hacer esta nota con los Telescopios. Habíamos pautado el encuentro de modo reiterado y siempre, or complicaciones e ambas partes, la cosa se posponía. Siempre había un montón de temas para hablar, que el 2018 que se va, que el último disco, que la previa al Festival la Nueva generación, que el post, que la grilla del Lollapalooza. Entonces, todo lo que se fue acumulando derivó en esta nota con uno de los representantes cordobeses en el festival de música contemporánea más importantes de los muchos que dan vuelta por la Argentina de estas horas. Sabemos que el festival no es argentino, sabemos que todas las miradas se las lleva La Mona, sabemos que están ahí artistas que también admiramos mucho como Salvapantallas y Cande Zamar. No importa. No nos arrepentimos ni un poquito de todo lo que ya tipeamos.
Otra Canción: Son una
de las bandas que tiene asistencia perfecta en los festivales anuales de La
Nueva generación. ¿Qué representa para ustedes ese espacio?
Telescopios: Nos pone muy felices y
nos motiva muchísimo. Vemos cómo crece el festival edición a edición a un ritmo
increíble y, a la par, también vemos cómo crecen las bandas, el público, cómo se
impone una lógica en donde se va retroalimentando todo con todo. Ver eso en un
festival nuevo es un síntoma de que está sucediendo algo enorme culturalmente.
Como generación estamos viviendo un momento tremendo, viendo a una inmensa
cantidad de artistas cumpliendo sueños y concretando ideas que hace años que
venimos imaginando.
O.C: Este año han
salido un puñado de discos muy importantes para el desarrollo de esta
generación de artistas que sirven para afianzar el lugar que están ocupando los
protagonistas de esta escena en la historia de la música nacional. El de
ustedes fue uno de los primeros ¿Cómo han vivido todo este año defendiendo el
nuevo repertorio en los diferentes escenarios que les ha tocado ser
protagonistas?
T: Creo que fue un excelente año en ese aspecto. Con este disco pudimos
terminar de construir el show que teníamos en nuestra cabeza desde hace mucho
tiempo. Y eso nos dio mucha fuerza. Todo lo relacionado a lo visual, en donde
nuestro director artístico Joaquin Ferron es clave, los vestuarios, la obsesión
por lograr un audio cada vez más picante…la verdad que estamos disfrutando
mucho de todo eso, de ver los resultados y de poder seguir apostando cada vez
un poco más. Y el público nos está devolviendo esa energía cada vez más, está
buenísimo.
O.C: Hace unos meses
hicieron un concierto junto a Valdes en Studio Theater que, según a quién se lo
preguntes, se describe como algo entre histórico y sorprendente. Me gustaría
saber cómo lo vivieron ustedes y si, efectivamente, lo notas como un punto de
inflexión.
T: Puede que haya sido un punto de inflexión. Nosotros lo vivimos como una
fiesta, y como un claro reflejo de los momentos de las dos bandas y de la
música de Córdoba y Argentina. Dar un show así en la ciudad era un paso que
teníamos que dar.
O.C: «Doble deriesgo» es un disco que los afianza como banda, los lleva a un lugar en elque ya podemos empezar a hablar de un «sonido Telescopios» pero a lavez es un disco más contundente. ¿Cómo convive en vivo con el repertorio más»onírico» de lo discos anteriores?
T: Hoy estamos muy metidos en las canciones de nuestro “Doble de Riesgo”. Pero hay muchas canciones de “El Templo Sudoku” que tienen una fuerza y una energía increíble en los recitales. “Fuego”, “Fucsia”, “Ciudad de Tampa”, son obligados. Y las listas se construyen a partir de una dinámica global, como un discurso pensando energéticamente lo que queremos que suceda en cada show. En ese sentido, la convivencia de las canciones de estos dos discos esta buena.
O.C: Les han preguntado muchas veces a lo largo de ese año por la impronta más anclada en la interpelación a la realidad que aparece en las letras de «Doble de riesgo» ¿Cómo se paran ustedes ante esa observación? ¿Se siente más anclados a la realidad? ¿Sienten que eso los ha cruzado un poco, por lo menos desde la percepción de quienes preguntan desde esa observación? Me hago cargo de la pregunta.
T: Mirá, cuando estábamos haciendo “Doble de Riesgo” nosotros estábamos a punto de dejar nuestros otros trabajos no ligados estrictamente a la música. Habíamos llegado a un punto que no podíamos seguir en esa dinámica de vida. Fue un soltarle la mano a esa estructura que nos tenía organizados de una manera en particular. Creo que esa especie de vértigo pero a la vez convicción quedó impreso en las letras del disco, como para contestarte un poco lo de la realidad. Sin duda hoy a la mayoría le toca una jodida. Muchos somos dobles de riesgo de nosotros mismos un montón de veces en la dinámica de la cotidianidad. De eso hablamos esta vez.
O.C: Entre todas las
bandas que forman parte de la camada de artistas de la que forman parte,
sobresale en Telescopios un anclaje mucho más experimental. Se identifican más
riesgos, instrumentaciones más prolongadas, juegos de voces más psicodélicos.
¿Hay una apuesta por romper y romperse artísticamente paso a paso? ¿Creen que
se ponen esos desafíos?
T: Es totalmente así. Lo vivimos como una necesidad y eso lo hace bastante
natural. Lo cual no quiere decir que no se vuelva pesado o difícil a veces.
Pero supongo que es así. El arte tiene que romper estructuras, tiene que
remover las cosas. Nosotros lo vivimos así y con mucha intensidad. Aunque a
veces algunas cosas cuesten un poco más redescubrirse todo el tiempo en esa puja
es nuestra fortaleza y motor.
O.C: En el disco hay una adopción
natural de ritmos como el trap y el reggaeton que, si conversábamos tres años
atrás, capaz que era difícil de conjugar con toda una estética
rock-pop-psicodélica que iba para otro lado. Bueno, capaz que el acercamiento
al trap si podía ser algo más previsible, no tanto así al reggaeton. ¿Cuán
importante es el desprejuicio para ustedes a la hora de pensarse
artísticamente? ¿Hay límites en esa libertad, algo así como «hasta acá no
vamos a llegar»?
T: Te diría que el desprejuicio hoy en Telescopios es una obligación.
Cuando empezamos a tocar éramos más cabeza a la hora de pensar la música. Por
costumbre y por cómo uno aprenden las cosas. Por suerte eso fue cambiando y
seguirá. Está buenísimo poder ir
sacándose todas estas cosas que uno trae puestas. Uno de los desafíos más
grandes es justamente no tener límites e ir permitiéndose cada vez más cosas.
Suena un poco raro lo de no tener límites. Pero es la única manera de ampliar
la percepción y descubrir cosas nuevas de las que capaz te estabas perdiendo.
Vamos seguir por ese camino, nos queda mucho por aprender.
O.C: Decían recién que un show como el de Studio era un “paso que tenían” que dar en Córdoba. El 2018 cierra con la convocatoria al escenario del Lollapalooza del año que viene.
T: Uf, del Lolla te podríamos decir tantas cosas…una que nos tiene locos de alegría es compartir el line up con artistas como Kendrick Lamar, Rosalia, Alex Andwandter y tantos más. Muchos referentes actuales de la música joven. Hay artistas que escuchamos mucho y que nos enseñaron bocha de cosas. Y muy agradecidos con el público que nos viene a ver desde el principio y con el que se va sumando. Te hace ver un poco las cosas en perspectiva este tipo de noticias y la verdad que lo primero que pensás es en todos los recitales que diste hasta este momento. Si bien es una señal de que el laburo que venimos haciendo abre puertas, nosotros no lo vivimos como «ok, llegamos acá» sino más bien es algo así como “desde acá hacia donde”. Tenemos muchas ganas de dar este show.
*La foto de portada es de Santiago Navone Lier