Nacho Vidal y Nadia Larcher presentan en Córdoba Halo Bestia, el Sábado 14 a las 22, en el Centro Cultural Graciela Carena.
«Halo Bestia» es el primer trabajo discográfico del dúo compuesto por 10 canciones que invitan a un viaje inspirada en la poética y la resignificación de la palabra por medio de paisajes sonoros inspirados en distintos momentos y paisajes recorrido por Nacho Vidal, el autor de todas las obras que dan forma al disco. Por su lado la cantora catamarqueña Nadia Larcher oficializa de interpreté poniéndole el cuerpo sonoro a las canciones. O como ella misma define su trabajo al lado de Nacho, a «ser la caja de resonancia, el cuero donde vibra el sonido que trae a la tierra estas músicas.»
Otra Canción: ¿Cómo nace el proyecto y porque decidieron ponerle Seraarrebol?Nacho Vidal: Seraarrebol nace luego de varios años de amistad. Habiendo compartido con Nadia innumerables encuentros de mucho intercambio. Entre Andalgalá, Merlo (San Luis) y Buenos Aires. Disfrutábamos mucho escuchando y pensando a Spinetta, Leguizamón, Gentillini, Valladares, Dúo Salteño, Hermanos Nuñez, Trealilo, Luis Frnaco, Castilla, Galán, por nombrar algunos. En 2013 decidimos abordar un repertorio propio e ir en busca de su sonido. Respecto del nombre que llevamos puesto, a veces nos gusta pensar que la palabra Seraarrebol es en sí misma una canción, y con eso sobran motivos.
O.C: ¿Cómo definirías este «Halo Bestia»?
N.V: Pienso este laburo como una búsqueda, en lo personal muy intensa, plagada de preguntas y ausente de concesiones.
Nadia Larcher: Lo definiría como una apuesta a una canción nueva. Es un disco que concebimos desde cero. Una idea musical que se concretó y que nos ayudó a crecer mucho. Nos dimos cuenta que muchas influencias convergieron en este trabajo. El folclore, claro, pero también obras de otros géneros y momentos, como Luis Alberto Spinetta y Grizzly Bear, por ejemplo. Y eso ayudó a que el disco sea este inclasificable. Al hacer nuestras canciones, todo nuestro mundo musical quedó expuesto y este fue el resultado. En relación a la interpretación, creo que varía porque la música requiere otra sonoridad. En ese sentido, considero que la interpretación no puede cristalizarse porque inmediatamente comienza a ser reproducción. Nace una nueva manera de interpretar cuando nace una obra. La canción siempre desatormentándonos.
O.C: Tengo la sensación de que Serarrebol de algún modo busca resinificar de algún modo la palabra como sustrato de la canción. ¿Qué lugar ocupa la palabra en ustedes como músicos?
N.L: En el laboratorio de Seraarrebol entendimos que la palabra abría dos posibilidades. Por un lado, la construcción semántica de los textos poéticos y por el otro, posibilidades sonoras en sí mismas, es decir, los sonidos. Así, «Pindapoi», por ejemplo, nace de la atención que llamó esa palabra en Nacho y luego se completa con esta suerte de historia de amor que terminamos de esbozar juntos en una terraza de Victoria. Pero lo primero fue la palabra con su sonido, como si fueran onomatopeyas exquisitas, complejas. La palabra es sustrato de la canción porque sin ellas la canción no existe. Lo difícil es conseguir que habiten en un mismo tiempo y espacio la profundidad del sentido y la belleza del sonido.
O.C: Nacho, aparte de músicos sos dibujante, de hecho hiciste las tapas de los álbumes como «El aire», de Juan Falú ¿Si tuvieras que decirme en qué punto se juntan el dibujo y la música cuál sería?
N.V: Me gusta pensar que es posible un relación sinestésica, para nada explícita, entre las dos disciplinas. Ésto puede resultar en una portada de disco.
O.C: ¿Cuál crees que es tu aporte a las composiciones de Nacho y cual crees que es el aporte de Nacho a tu trabajo como Interprete?
N.L: Seraarrebol nos ha enseñado que dentro del dúo nuestro aporte siempre será ser el cuerpo sonoro que da vida a estas canciones, que son lo más importante. Entonces, creo que mi aporte es ese, ser la caja de resonancia, el cuero donde vibra el sonido que trae a la tierra estas músicas. Cantar y trabajar a la par de un músico como Nacho es fundamental para mi trabajo como intérprete. Y considero que en Seraarrebol sucede algo hermoso con este asunto: nos convertimos en un sólo intérprete con dos gargantas. En una sola voz, con conciencia doble.
O.C: ¿Qué nos podes contar de «Halo Bestia», canción que además lleva el nombre del disco?
N.L: «Halo Bestia» es una canción que nació de otra canción y que tiene letra de un poeta puntano llamado Juan Andrés Despouy, un gran escritor y amigo. Ese poema presenta la bestialidad como un sentido primigenio, como una posibilidad. Hacia adentro, hacia el sueño, hacia el amor, la bestia va sin razón, la bestia galopa hacia la sangre. Ese es su torrente, su vía. Aquí, ambos, quitan el peso despectivo y prejuicioso a la palabra bestia y la proponen como un sexto sentido. Un halo que compone nuestro ser y que se manifiesta cuando la razón se descuida, duerme, ama o extraña . El ritmo, que trae reminiscencias de zamba, aporta a una atmósfera atemporal. Queremos mucho a esta canción. Fue una de las primeras, una de las más antiguas de Seraarrebol. En el disco, está interpretada junto a Jordy Rossi en vibrafono.
O.C: ¿En qué momento fueron compuestas las canciones que integran el disco?
N.V: Los momentos son también lugares. Y éstas canciones crecieron en un momento muy distinto al que transitamos hoy. Entre 2012 y 2014, para ponerlo en términos cronológicos.
O.C: «Será Pindapoy» hace alusión a una de las localidades de Misiones. Además de contar una historia bastante particular ¿Cómo surge esa canción?
N.V: Surge como quién pinta un cuadro sin copiar. Imaginando ese paisaje y haciéndolo propio. Con la pulsión del amor romántico de esos días. Por fuera de lo cantado, Pindapoy es un barrio popular en torno a la fábrica homónima que cerró hace varios años. Una postal amarga de nuestro país. Hoy quedan las vías abandonadas por una empresa extranjera (ALL) que compró las líneas de carga Buenos Aires al Pacífico San Martín SA y Ferrocarril Mesopotámico Gral. Urquiza SA. Hoy la mayoría de sus habitantes, ex empleados, volvieron a la tarefa y changas para carpir.
O.C: «Poeta Squimal» tiene algo de surrealismo, de hecho ya el nombre lo dice.. ¿Cómo surge esa canción?
N.V: Surge de un dibujo inconcluso y la posibilidad de continuarlo en una canción. Recuerdo con mucha emoción esos primeros versos y acordes. Después de unos años, se la mostré a Nadia y empezamos a cantarla.
O.C: ¿Qué significó grabar el disco en la iglesia de San Telmo? ¿De quién fue la idea?
N.V: Fueron dos jornadas de varias horas nocturnas. Era el sonido que buscábamos. Fue realmente mágico. Y en compañía de Constanza Sanchez que fue quien hizo los registros.
Fue todo un desafío. Mas allá de de quién fuera la idea, era algo que estaba ahí adelante nuestro, esperándonos, como parte de la búsqueda de un sonido que definiera un espacio. Ahí cantamos, vibramos y sonamos. Pusimos mucho amor y compromiso y estamos contentos con el resultado. Ahora hay que seguir buscando… en medio de tantas preguntas inquietantes, como dónde está Santiago Maldonado.
O.C: Personalmente soy de escuchar algunos discos en momentos especiales. ¿En qué momento podrías a girar «Halo Bestia»?
N.L: Es un disco para escuchar con tranquilidad. Hay muchos climas y espacios. Las armonizaciones de las voces se disfrutan mucho con un par de buenos auriculares o en una habitación con una buena acústica. También es un buen disco para viajar. El diseño del arte -que ideó Nacho- acompaña la escucha e invita a jugar. Nuestro anhelo es que las personas encuentren en este disco un pequeño universo al que puedan llegar porque les pertenece. Un planeta de sonidos al que son muy bienvenidos.