El músico, integrante de Tomates Asesinos, dialogó con Otra Canción sobre la salida de su disco solista «El medio del mar».
Una tarde suena una alerta del Face, Santiago Guerrero me invita a su bandcamp a escuchar sus nuevas canciones, su nuevo proyecto. Me pasa el link y después me dice: «disco nuevo» y en el párrafo siguiente del chat: «canciones». Ahí me fui a navegar mares desconocidos y me encontré con un disco tremendo con un cruce entre atmósferas electrónicas y folkloricas, que logran muy buenos climas de confort. Disfrute total y letras craneadas dan vida a muy buenas canciones. Pero es mejor que Santiago cuente de que va este trabajo, «En el medio del mar».
O.C.: ¿Contanos de que se trata «El Medio del mar»?
S.G.: El medio del mar es una instantánea del día de hoy, de mis capacidades y limitaciones como compositor. Venía de muchos años de una búsqueda de mi propia voz en la que no dejaba entrar las influencias. Si me salía algo medio parecido a algún artista referente, lo descartaba al toque. Dentro de Tomates Asesinos existe un poco ese «dogma» de romper nuestros propios prejuicios y evitar deliberadamente todo yeite, toda estructura preconcebida. Es muy excitante, riesgoso y divertido ese camino, pero de esa manera también dejaba inconclusas muchas canciones. Creo que fue cuando murió el Flaco que me entristecí mucho y sentí que yo era también mis influencias, asi que empecé a componer canciones sin filtrarlas, y me dí cuenta de que ahi en el medio de toda la música que me gusta, estaba mi propia voz…
O.C.: Córdoba es una ciduad sin mar, ¿Cómo es tu relación con el mar?
S.G.: Quizás la falta del mismo genere esa añoranza. El mar me conmueve. Cuando pasan muchos años que no voy al mar me entra una especie de desesperación…
Pero la idea del tema y el nombre del disco tiene que ver con la sensación de estar remando, buscando la otra costa, con fe y angustia al mismo tiempo. Creo que es una metáfora de situaciones tanto personales como musicales.
O.C.: ¿Por que decidiste y como fue laburar canciones de Ricardo Cabral?
S.G.: Con Ricardo hay una empatía desde hace muchos años, y desde hace un par, somos parte de un colectivo de músicos, poetas y plásticos, de Córdoba, Rosario, Capital, Mar del Plata… llamado Esta Vida No Otra, que intenta cruzar esas actividades. Hemos hecho muestras y shows de poesía leída y musicalizada en vivo. Uno de los proyectos fue componer canciones a partir de textos de compañeros de EVNO, y yo elegí dos poemas de Ricardo de su libro Escuchando al sol, que me inspiraron música al toque. Esas canciones fueron a un compilado muy ecléctico y bello que está online en www.estavidanootra.bandcamp.com
O.C.: En algunas canciones como Aliento Exquisito hay una atmosfera folklorica, ¿De dónde sale eso?
S.G.: En varios temas del disco hay «aires de folclore»… algunos son como zambas deformes, en el sentido que no respetan completamente la estructura armónica, ni la temática del estilo. Me parece que mucho de la «proyección folclórica» se dedica a yuxtaponer estilos o re versionar temas folclóricos aagregándolesyeites del rock o del jazz, pero en realidad respetan al pie todos esos estilos. Creo que mi búsqueda va mas hacia el híbrido real, donde se cruzan los límites del estilo. Siento que mi deber es mirar hacia el futuro y eso tiene que ver también con las letras que son mas bien surrealistas. Yo vivo en la ciudad, mi realidad está cruzada por la tecnología, los ruidos, una angustia existencial mas cercana al estrés que a la contemplación del horizonte. Para ser sincero como compositor, tengo que poder contemplar ese cambalache que es hoy nuestra vida diaria…
No soy un conocedor profundo de nuestro folklore, pero al intentarlo me dí cuenta de que el sólo hecho de ser argentino hace que hayas mamado la cultura de tu lugar, aunque sea por «ósmosis». Hay un entendimiento de base que un extranjero nunca tendría. De igual manera que por mucho blues que estudies, cualquier nativo de New Orleans te va a llevar una ventaja insalvable. Es por eso que me aburren mucho bandas argentinas que hacen rock como estilo, no como actitud rupturista.
Por otro lado, es necio desconocer el avance que ha tenido la música anglosajona (la parte menos mainstream) en los últimos 20 o 30 años. Hay un viaje hacia lo abstracto, la inclusión de la tecnología… todo eso es parte de la banda de sonido de mi vida también, así que para mi resulta bastante natural la mezcla de sonidos que hay en el disco. Glitches y legüeros conviven en armoniosa neurosis! ja!
O.C.: En que momento crees que se toca el Santiago Guerrero diseñador gráfico y el músico…
S.G.: Componer música es diseñar, y el diseño busca ritmo y estructura en la comunicación visual. Ambas disciplinas manejan conceptos comunes, y creo que eso está presente cuando compongo. A veces, veo una canción como un cuadro, con bloques o áreas de distintos colores y formas. Pero en la práctica son muy distintas. La música es mucho mas misteriosa e inasible.
O.C.: Te tiro dos afirmaciones vos decime que pensas: «Ser indie es una pose» y «Mañana será un buen día»…
S.G.: Al igual que el primer rock, el Indie comenzó como una actitud rebelde frente a los productos pasteurizados del mercado discográfico. Luego se convirtió en un estilo, una pose estética que tenía un porqué político, pero al estancarse se puso aburrido. De todas formas algo del estilo Indie me identifica o fue parte de mi vida, muchas banda Yo interpreto esa preciosa letra de Ricardo como un adiós a lo anquilosado y previsible, y un abrazo al futuro, un salto al vací ¡Mañana será un buen día, y capaz ya vea la otra costa!