El talentoso cantautor bonaerense, actualmente radicado en Los Ángeles, Estados Unidos, se encuentra en pleno lanzamiento de su más reciente obra musical titulada «33». Este álbum representa un proyecto sumamente personal y espiritual para él. Rodrigo nos invita a embarcarnos en una travesía introspectiva que revela su madurez y evolución artística.
A lo largo de esta narrativa musical, Rodrigo Siamarella explora de manera profunda temas universales como la vida, el amor, la identidad y la búsqueda de significado en un mundo en constante transformación. El número 33 ha desempeñado un papel significativo en la vida del artista en los últimos años, manifestándose en momentos cruciales como una guía y un presagio positivo.
Para Rodrigo, el número 33 está cargado de simbolismo y misticismo, representando un camino hacia la iluminación y la conexión con lo trascendental. A través de este álbum, busca compartir con su audiencia un viaje emocional y reflexivo, llevándolos a explorar su propio mundo interior.
¿Cómo ha influido vivir en Estados Unidos durante los últimos dos años en la composición de tu disco?
Ha influido bastante, ya que el ida y vuelta de las canciones al tocarlas en vivo no es el mismo que tenía viviendo en Purmamarca y probando las canciones en giras por Argentina. La mayoría de estas canciones salen de algo muy profundo e introspectivo y recién ahora estan conectando con el mundo exterior y con la gente.
Otra Canción: Me llamó mucho la atención el nombre del disco, tiene un aire místico y esotérico. ¿Cómo surgió ese nombre?
Rodrigo Siamarella: El número 33 me ha estado guiando desde que llegué a Estados Unidos, como una señal de que estoy en el buen camino. Aparece cada vez que me conecto con mi camino y con lo que debo hacer. Me aferro a esta señal como una condición humana en la cual uno se apega a ciertas cosas ante la adversidad y la incertidumbre. También tengo entendido que este número tiene mucha importancia y significado, según lo que he averiguado y lo que me han dicho. Pero, personalmente, sentí que debía honrarlo, ya que me ha estado acompañando durante todo este tiempo. Por eso, decidí nombrar así el disco que contiene las canciones de este último periodo compositivo.
O.C: He escuchado que también estás trabajando en un documental sobre Purmamarca. ¿En qué etapa se encuentra ese proyecto? ¿Qué nos puedes adelantar al respecto?
R.S: Sí, es cierto. Estoy trabajando en un documental que transcurre en Purmamarca. Este documental nos muestra un poco mi paso y algunas de mis vivencias en este querido pueblo del norte argentino, donde tuve la posibilidad de vivir por más de 10 años, compartiendo música, encuentros, aprendizajes y la conexión con una cultura que atraviesa todas mis canciones, en conexión con la Pachamama y con la cultura andina. Serán tres capítulos de entre 5 y 10 minutos, mostrando un poco dónde vivía, dónde cantaba y los músicos con los que compartí momentos y aprendizajes. Seguramente se estrenará a finales de este año
O.C: Has viajado en bicicleta por Latinoamérica y has mencionado que la música comenzó en ese viaje. ¿Cómo crees que esa experiencia se refleja en tu disco?
R.S: Este viaje por Latinoamérica ha sido un antes y un después en mi vida, ya que me marcó tanto en lo musical como en lo personal. Esa experiencia marcará para siempre todas mis canciones, porque es un viaje del que considero que no he vuelto, del que aún sigo, más allá de la bicicleta. Es un viaje que continúo y que tiene que ver con todo lo que hago. Este disco, sin dudas, como los dos anteriores, está atravesado por la experiencia del viaje en bicicleta por Latinoamérica.
O.C: Considero que este disco es muy introspectivo y reflexivo. ¿En qué aspectos crees que se diferencia de tus dos trabajos anteriores?
R.S: Definitivamente, este disco es introspectivo y reflexivo, y creo que se diferencia de los anteriores por tener una búsqueda que prioriza las letras. Tiene raíz folclórica y utiliza materiales del folclore tradicional como el bombo, el leguero, el charango, la guitarra criolla y los vientos andinos, pero a la vez incorpora texturas de sintetizadores, guitarra eléctrica y algunas programaciones. En mi primer disco logré plasmar 10 canciones de mi autoría con una sonoridad muy cercana a lo tradicional, respetando cada compás y siendo fiel al estilo, logrando así canciones con la estructura de zamba, chacarera, huella, huayno y bailecito. En mi segundo disco pude sumarle fuerza con la incorporación de batería y bajo, y en este disco, como mencioné antes, incluyo otras sonoridades sin descuidar la raíz folclórica argentina.
O.C: En la canción «Con vos» mencionas: «Alguien a mi lado va camino al sol, no se llega solo». ¿Quiénes te acompañaron en la producción de «33»?
R.S: En la producción de este disco me acompañó principalmente Ezequiel Castro, desde Buenos Aires, en un trabajo a distancia, ya que yo me encuentro viviendo en Los Ángeles, California. Además, cada músico que participó aportó ideas, sugerencias y mucha música que también sumó a la producción del disco. Por otro lado, en lo que respecta al arte de tapa, mi hermana Romina, como siempre, me acompañó con el diseño gráfico, y en esta ocasión Graciela Goncalves hizo el dibujo que lleva este arte de tapa y representa artísticamente el contenido musical.
O.C: En la canción «Cuando vine al mundo» mencionas: «Comenzando un nuevo invierno / en el siglo del invento de lo artificial / Sigo sin una respuesta / De la humana convivencia con la oscuridad / Y me pierdo de a ratos / y me encuentro cantando». ¿Qué importancia crees que tiene la música en un momento donde todo parece estar dominado por lo artificial y las grandes plataformas?
R.S: La música tiene una importancia muy grande porque creo que la música en sí es inmensa, es como una deidad con la que los músicos debemos conectarnos, sintonizarnos y poder canalizar. Simplemente debemos ser un puente para mantenerla viva. Por otro lado, está la industria de la música y del entretenimiento, pero también es parte de lo mismo, porque la música es una sola. Como todo en la naturaleza, existe la luz y la sombra, y la música, que no excede a la naturaleza, también puede expresarse de esta manera. Lo artificial es una herramienta mas, que también puede utilizarse en ambos sentidos!
O.C: En la canción «Las paces» parece que guardas, o al menos al momento de hacer el disco guardabas, un poco de ira contra el mundo. ¿Qué aspectos cuestiona Rodrigo Siamarella de este mundo al que, según mencionas, amamos?
R.S: Sí, es cierto. Al componer la canción «Las Paces», sentí que perdoné algo internamente con el mundo cercano: personas con las que uno tiene diferencias y cosas de uno mismo que también decidí perdonar. Creo que es muy importante estar en paz. Siempre habrá diferencias, distintas formas de ver las cosas, distintas formas de ser, de expresarse, de vivir el amor, de vivir la amistad, y diferentes conceptos. Pero lo importante para mí es estar en paz con todo eso, que esa paz viva dentro de mí para poder relacionarme con el mundo y con la vida de otra manera. Esto incluye, sobre todo, el mundo de las relaciones sociales y la relación con uno mismo, con sus sueños y con la vida.