El nuevo disco de Rod Stewart, «Swing Fever», celebra los sonidos de las grandes bandas de los años 30 y 40, y fue grabado en el propio estudio de Jools Holland. Este álbum sigue la serie «Great American Songbook», realizada entre 2002 y 2010, pero se siente más fresco y espontáneo.
En «Oh Marie«, Rod ofrece una interpretación interesante de la voz scat original del trompetista de jazz estadounidense Louis Prima. Se siente especialmente cómodo interpretando las melodías swing de finales de los años 40, que dieron origen al rock and roll temprano. «Good Rockin’ Tonight», una canción de blues de 1947 versionada en 1954 por Elvis Presley, está acompañada por una guitarra de rockabilly, mientras que los arreglos reconectan a Rod Stewart con su conocido sonido de los años 70. Temas como «Lullaby of Broadway», «Swing Fever» y el éxito de Broadway de Fats Waller, «Ain’t Misbehavin’«, también tienen su encanto, y en «Frankie And Johnny«, el piano de Jools se convierte en la estrella.
Como en otros trabajos, el virtuosismo de Jools se asegura de no eclipsar la interpretación de Rod Stewart. A lo largo de los años, Rod ha expresado su deseo de grabar un disco de standards de jazz. Ahora, a sus 79 años, el veterano rockero finalmente se da el gusto de hacerlo, y nada menos que con Jools Holland.
Cada canción del disco proviene de la primera mitad del siglo XX, es decir, anterior al rock and roll. No es ninguna novedad que algunos veteranos del pop o el rock se adentren en el mundo del jazz, permitiendo que sus voces desgastadas se relajen en la melodía y funcionen como un elemento más dentro de la canción. Un ejemplo de esto es el conocido «Great American Songbook», donde Stewart abordó temas como «It Had to Be You» o «Fly Me to the Moon».
En este nuevo trabajo, Holland nunca pierde la oportunidad de infundir su espíritu en cada una de las canciones. Como ha demostrado en varias ocasiones, es un verdadero estudioso de la música, especialmente del jazz, y su experiencia con la orquesta Rhythm and Blues es de destacar.
Es posible que para muchos aficionados los standards de jazz en este disco sean solo una colección de viejos éxitos, pero juntos, Stewart y Holland abordan estas melodías clásicas de tal manera que invitan a indagar en el jazz y, por qué no, también a bailar.
«Swing Fever» es un disco para disfrutar con un buen equipo de sonido, dejándose contagiar por el piano de Holland, acompañado por una excelente banda que incluye bajo, tambores que marcan el ritmo, un órgano Hammond y una fila de vientos que se entrelazan con los coristas. Sin duda, es un homenaje a aquellas canciones que se hicieron históricas bajo las voces de Bing Crosby, Doris Day, Billie Holiday y Frank Sinatra. La voz ronca de Stewart suena alegre