Puñal: el disco de un Dante a corazón abierto

Share on whatsapp
Share on facebook
Share on twitter
Share on telegram
Share on pinterest
Share on email

Hace unos meses Dante Spinetta decía a la edición argentina de la revista Rolling Stone que «el desamor» lo había hecho tocar fondo y que a partir de eso, se encontró con un montón de cosas «que estaban ahí, olvidadas.» A finales del 2017, una de las cabezas creativas de IKV había editado un disco que sorprendió al grueso de la crítica y el público que, en estado de gracia, celebró el viaje de Dante hacia las regiones más profundas e íntimas (también oscuras) de su propia existencia, escarbando en esos lugares en los que las luces frenéticas del fenómeno kuryaki no dejaba ver.

El encuentro de Dante con las cosas olvidadas se corporizan en «Puñal», su cuarto disco solista que tendrá su presentación cordobesa el próximo viernes 13 de Abril en Club Paraguay (Pasaje Agustín Pérez 99). A pesar de lo dicho por el propio artista, las canciones no giran exclusivamente alrededor del desengaño amoroso o el proceso que se sucede tras el fin de una relación. Obviamente que ese tópico aparece una y otra vez como un marca central del trabajo  («Soltarte me cuesta la vida») pero deja espacios para que se desanden los caminos a esta altura clásicos en la obra del mayor de los Spinetta, aunque la clave urbana aparece también con colores de climas hostiles. Canta «Esta es mi ciudad, la que me duele ver caer/ llevo a Buenos Aires hasta abajo de la piel/ ya nada importa en este juego/ sabés, vas a caer primero» en «Pesadilla» y cuestiona «¿Cuántas veces me miraste mal sin conocerme?/ ¿Cuántas veces me juzgaste por mi apariencia? / Tanto disimulas y hablas mierda a mis espaldas/ tanta mierda que tiraste y no sirvió de nada» en «Supremacía».

Dante se hizo cargo de la producción total del disco, que sólo contó con la colaboración de dos laderos (a esta altura históricos) como Rafa Arcaute y Mariano Domínguez. Con una presencia tan grandiosa como inédita de guitarras acústicas al servicio de las canciones, la musicalidad del disco también se enriquece a partir del trabajo de Leo Sujatovich que se hizo cargo de los arreglos interpretados por la Orquesta Filarmónica de Praga.

Las cosas guardadas de Dante tienen mucho de Luis Alberto, hay que decirlo, allí el ADN. Y en ese lugar también hay una urdimbre poética y estética de pop latino y música urbana que terminan por cerrar el combo identitario en la base de la obra de Spinetta. Por lo demás, hay algo de furia contenida que logra expresarse con dulce resignación, por esa senda se imponen las baladas que también abren el camino al soul, al hip-hop y al rock de guitarras que explotan.