15 grandes discos del 2019

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Recuerdos – Nicki Nicole

Si ya con Wapo Traketero su propuesta estética se presentaba como una fresca novedad dentro del universo urbano de la música de la generación centennial, las canciones de Recuerdos (2019) fortalecen ese perfil virtuoso ubicando a la rosarina entre lo más destacado de la escena musical del último año.

A pesar de la segmentación que todavía impone la industria musical, el primer trap (en la manifestación más explícita del género) se encuentra en el sexto track del disco, en el que la joven de 19 años comparte escena con Duki. Se llama Shorty y se destaca por la conjugación de voces que encajan a la perfección para una de las canciones con destino de himnos epocales del disco. Algo similar sucede con la otra colaboración destacada de Recuerdos. Se trata de Cómo dímelo, el tema en el que Nicki Nicole se encuentra con una de las referentes más importantes del trap en los albores del 2020: Cazzu.

La apertura a elementos identitarios alejados de la exclusiva veta actual se encuentra en dos puntos destacado del disco: Nos encontramos (que incluye un solo de saxo y una base rhythm and blues con aire clásicos) y el ochentoso Diva, que ya cuenta con un video que sirve para presentarse como el último corte de difusión para el material. Algo similar sucede con Me gusta, la anteúltima pieza del disco, que termina por completar una amplitud de influencias que exceden notablemente al universo urbano de la segunda década del siglo XXI.

Cabildo y Juramento – Conociendo Rusia

El proyecto encabezado por Mateo Sujatovich parece haber encarado su camino definitivo a la consagración, a partir de un trabajo que vuelve a poner al artista en un lugar diferencial entre las propuestas de la última generación de músicos que concentran su actividad en el submundo del rock made in Argentina.

Producido por Nico Cotton y editado por Geiser Discos, el trabajo está integrado por nueve canciones cargadas de un porteñismo característico en la escena histórica del rock argentino. El nombre, de hecho, remite a una de las esquinas más características de la otrora Capital Federal. El formato LP, además, logra volver a poner sobre la mesa la idea de disco conceptual, tan aparentemente demodé en los tiempos que corren, en los que el single parece volver a reinar en la producción musical.

Las canciones se estructuran formando un relato que nace con una espera en el punto de encuentro que nombra al trabajo y se desarrolla en un derrotero melancólico (Cosas para decirte, Otra oportunidad, Luces de Neón, o la furiosa 30 años) que finaliza con una especie de plegaria de amor con proyecciones de eternidad (Montaña infinita). El video dirigido por Ivan Pierotti, que acompaña el lanzamiento del disco, despeja todas las dudas al respecto.

Musicalmente, la evolución respecto al homónimo primer disco editado en 2018, se expresa en una notable ampliación respecto a las instrumentaciones, con una mayor presencia de arreglos de vientos respecto a la estructura más ligada al indie pop de su anterior disco.

Corredora del desierto – Rudy (*)

En este segundo trabajo, Rudy, se muestra menos naif, con un sonido folk rock más crudo y orgánico respecto a su predecesor (El Reino, 2014). Se notan las influencias de Jonni Mitchell, los primeros discos bluseros de Celeste Carballo y da vueltas por la lírica el espíritu de Patti Smith (que no es poco decir).

El cambio se ve fuertemente en el cambio de sonido que Pame Rudy y su productor, Tomás Ferrero, encararon en el disco y para el cual buscaron a músicos de las bandas Nautilus e Hijo de la Tormenta para darle más honestidad y densidad a ese sonido rockero.

En las composiciones también se ve que, sin dejar de lado ese halo juguetón que impregnó las canciones del primer disco, la lente se pone en otro lado. La metáfora cinematográfica no es gratuita ya que Rudy es una amante del cine, arte que siempre ha funcionado como musa para sus canciones.

Hay algo de desesperación, disgusto y soledad -claro-, en Corredora del desierto, que se matiza con lineas sugerentes e irónicas. Sigue apareciendo lo naif y lo instrospectivo, pero no deja de tener este disco las atmósferas de los tiempos difíciles que venimos soportando en el mundo cotidiano.

Corredora del desierto es un disco muy interesante si nos guiamos por los tiempos que vivimos donde se busca en el pop y las referencias trap, las fáciles salidas para vivir las mieles del éxito. En cambio Rudy ha optado por crear una obra de arte que expande su universo y le da nuevos caminos por recorrer en el futuro.

Xavier – Emmanuel Horvilleur

Llamar al disco con su nombre menos conocido quizás corra el velo a uno de los secretos que dan forma al que tal vez sea el álbum más rico de toda la discografía de Horvilleur. A medida que las canciones van sonando, casi todas las facetas del artista se descubren unas a otras y se combinan para construir una identidad siempre presente, aunque no permanentemente expuesta.

Pop, funk, rock, psicodelia, linkeos expuestos a su pasado, a la misma historia de la música nacional, al presente que mira al futuro y una poética que llega a tocar los puntos más altos de su devenir como letrista son algunos de los elementos (no pocos) que explican las razones existenciales de un álbum que le habla, al menos, a dos generaciones de escuchas. Y las seduce.

Sin demagogia, y con un socio artístico siempre certero como lo es Rafa Arcaute, Emmanuel se posiciona como una de las referencias musicales del presente argentino. Como lo ha hecho a lo largo de toda su carrera, coquetea con la música urbana pero no se abraza a ella como un síntoma de época sino que elige cruzarse con quienes, como él, transitan los caminos paralelos que se reconocen y se espejan en los sonidos más modernos de la industria, pero no los adoptan como excluyente forma expresiva.

Polvo – Paula Maffia (*)

Paula Maffía es una cantautora cuidadosa y meticulosa y Polvo es una clara muestra de ello. Acompañada por Lucy Patané y Nahuel Briones (quienes conforman su banda Sons), Maffia regala un disco ecléctico, con pulsión rockera y con un gran énfasis en lo que dicen sus composiciones.

Diez canciones conforman este nuevo trabajo en el cual Paula confirma el estado de madurez en el que se encuentra. Su voz y su pluma denotan esta condición.

El disco comienza con una cruda guitarra grunge, en la canción Otros Animales, una composición centrada en desencuentros amorosos, que coronada con un saxo toma niveles épicos en el tramo final. En este tema Maffía parece poseída por Cobain y Joplin, en el climas central del tema.

PolvoPeces Muertos y La espesura siguen el camino rockero y en Caballito o Canción para bañar la luna encontramos hermosas historias en formato canción. La ultima mencionada es una hermosa canción de cuna con aires de huayno.

Polvo es un disco para guardar entre los de Flopa y Acorazado Potemkin, heredero del camino abierto a principios de este siglo por Gabo Ferro o el germinal Flopa-Manza-Minimal.

Besos en la espalda – Indios

El pop rock que invita a las pistas de baile parece haber quedado en un segundo plano para dar lugar a baladas más intimistas, de esas aptas para susurrar al oído. Entonces, la vuelta a la sensualidad elegante como elemento clave para la composición se impone casi de modo natural.  Ritmo y percepción y Borracho en París, los dos temas que dan el puntapié inicial al disco, se entienden desde esa lógica a la que también se suman Perdiendo la cabezaTodo es cruel en el amor o el propio tema que le da nombre a la placa.

El disco apareció a mediados de la segunda semana de mayo editado en formato cd y vinilo, aunque el mensaje directo de seguidores y escuchas ocasionales debe rastrearse en las plataformas digitales. Allí, Ya lo sé, tal vez la canción más fácilmente radiable de entre las doce que componen el disco, se impone como la preferida, la que enamora a primera escucha. Se trata de una de esas piezas imbatibles, que recoge la mejor tradición del pop-rock de nuestro país y la actualiza en clave Indios.

Con matices distintos, ese fundamento estético asentado en le presencia preponderante de una guitarra (que hasta cuando parece alejarse mantiene su rol estruturante) se sostiene también en Tardes de melancolíaEl sol ya estaba ahí y Se diluye, la canción que más se emparenta con las composiciones que pudimos conocer en Indios (2013) y Asfalto (2017), los dos trabajos que inauguraron la discografía de la banda.

Rosa china – Negramarta

Multiritmico, colorido, folklórico, introspectivo y compartido, Rosa China está compuesto por diez temas que navegan por diferentes estilos relacionados con el rock, el pop y el folklore de nuestro continente.

Marcado por un trabajo fino en los arreglos y una delicada ejecución interpretativa (de lo mejor que se ha escuchado en Còrdoba durante el 2019), el material fue producido por Juan Pablo Theaux, y grabado y mezclado en Islandia Estudio, bajo la atenta mirada de Sebastián Palacios.

José Figueroa, Gonzalo Bissón, Mario Rodríguez, Andrés Theaux, Seba Palacios, Federico Seimandi y el propio Juan Pablo Theaux, son los invitados que acompañan a la artista nacida en Oliva, a lo largo de todo el disco. En la gran sopa de Rosa China (un nombre que surge como homenaje a su madre) Negramarta posiblemente no identifique qué puso cada uno de los artistas que la acompañaron durante tantos años en cada compocisión particular. Pero si reconoce que el secreto del trabajo sigue estando en el quehacer colectivo y hermano con su pares.

Error 93 – Cazzu

Producido por Yael González y La Paciencia, Error 93 sirve como muestra de toda la avalancha creativa de Cazzu. Del #ModoDiablo de La clase (que se compra todos los pases para consagrase como himno generacional), la cadencia melódica de Visto a las 00:00 o Penas y problemas, pasando por el rap de Mucha data, el reggaetón (en un exquisito estado de pureza) de Nada y el trap latino (bandera) de Al revés y Te va doler, se compone el material aparecido a mediados de este 2019.

Cazzu costea todo su abanico de formación musical y reconfigura la pista de baile tradicional con oscuridades temporales y seducciones de ocasión. No le escapa a ninguno de los trajes que son posibles de calzarse y se mueve con cada uno de ellos con una naturalidad que envidiaría (podría obviarse el potencial) cualquier artista que se propone a forjar una carrera con un sello propio fresco y auténtico.

Politicari – Sara Hebe (*)

Sara Hebe no pudo haber elegido mejor momento para sacar su nuevo disco. La rapera oriunda de Trelew lanzó Politicalpari a horas de haber prendido fuego uno de los escenarios principales del Festival GRL PWR, en Córdoba, demostrando que está en un momento altísimo.

En Politicalpari encontramos el cierre de esa grieta que durante mucho tiempo primo en nuestro país allá por los 60, 70 y parte de los 80, esa premisa que enunciaba que era imposible bailar y hacer pensar. Politicalpari te sacude en todos los aspectos de la escucha del disco. Este disco es una fiesta con contenido político, en sintonía con los tiempos que corren

Muy afianzada la dupla con Ramiro Jota, explota al máximo en Fuck the PWR, Urgente o Movimiento Social el deseo.

En el disco hay voz, corazón y cabeza en función de 12 canciones arrolladoras. Algunas con altísimo contenido social y politico, y otras que pueden leerse en clave más introspectivas de la artista.

Politicalpari es un disco que seguramente será, para muchos, la banda de sonido de las calles ganadas.

Lucy Patané – Lucy Patané (*)

Lucy Patané es una de las artistas más celebradas de la escena under bonaerense de los últimos años. Ya sea acompañando a Paula Maffia, Diego Frenkel, en dupla con Marina Fages o como integrante de Las Taradas, entre otros -vaya a saber bien cuántos- proyectos, Lucy se ha ganado el respeto de sus colegas como música, compositora y productora

 “Antes de mirar el mundo me puse a oírlo” dijo alguna vez Leda Valladares, y eso parece haber hecho Lucy Patané antes de encarar la producción de su primer disco. Con su guitarra como arma elegida, una guerrera de la canción rock argenta se para ante el público para desafiar las zonas de confort auditivas. En su disco debut, la muchacha oriunda de Bernal y con pasado hardcore y punk, arriesga con un disco fino, de arreglos quirúrgicos y canciones rockeras con aires folklóricos en tono vidalero accidentales, ya que, afirma, “no es el folklore una música que escuche mucho”. Pero por sobre todas las cosas este disco de Lucy tiene épica, mucha épica.

Lebón & Co. – David Lebón (**)

Lebón & Co., el trabajo que estuvo producido bajo la tutela de Gabriel Pedernera, logra actualizar el repertorio clásico de Lebón de un modo concreto y, por momento, sorprendente.

Son doce canciones que arrancan con una versión de Puedo sentirlo que parece estar hecha a medida de Julieta Venegas y que, gracias a ese empuje, se convirtió en una de las grandes piezas del material. Le siguen las dos simbiosis más «novedosas», en las que Emanuel Horvilleur y Lisandro Aristimuño ponen su caudal interpretativo al servicio de Casa de Arañas y Hombre de mala sangre, y suman a las “sorpresas” del disco junto a Llorar de amor, a la par de Carlos Vives.

Pasan Ricardo Mollo (Mundo agradable), Andrés Calamaro (Parado en el medio de la vida), Eruca Sativa (Dos Edificios Dorados) y Leiva (Tu llegada). Todos logran una perfecta combinación sonora y emotiva que cierra con un cálido abrazo entre Lebón y Fito Páez que sobre el final de El tiempo es veloz repite, casi como un susurro, “no vez que todo va creciendo hasta arriba” mientras que David le responde “te quiero”. El rosario cierra el material con un “yo más”.

El posdata de este material, que estuvo nominado al Grammy Latino en la categoría Mejor Álbum de Rock, queda para la reunión de Polifemo. Si hubo encuentros históricos a lo largo de la grabación del material, la más importante parece ser la del grupo que tuvo su resplandor durante 1975 y 1977. David volvió a llamar a sus compañeros Juan Rodriguez y Rinaldo Rafanelli para volver hacer una versión de Suéltate Rock & Roll. Muy parecida a la grabada en 1975, pero con un plus de contundencia en el sonido que da cuenta de que el tema merecía ser grabado de nuevo en el 2019.

Dejar de perseguir – Nauel

El sucesor de Relajando Jaulas (2016) es poseedor de un sonido de época con el que se abraza a un universo sonoro en el que la canción pop marca el camino para el coqueteo con los ritmos urbanos y la experimentación con vuelos propios de un artista en proceso de deconstrucción.

Ya en Ta que quema, el tema que abre el disco, Nauel saca chapa de hitmaker de la mano del rapero cordobés Deivbeat. Ese perfil se agudiza a lo largo del disco y encuentran su punto más alto con Anoche y Dime si no, dos de sus canciones más reproducidas en Spotify. La segunda, compuesta a dúo con Bernardo Ferrón, el guitarrista de Telescopios que vuelve a incursionar con creces en su rol de productor artístico.

Dejar de perseguir, la canción que le da nombre a la placa, es otra de las grandes muestras de un disco que no escatima en el oficio del decir, sin caer en los lugares comunes de la comodidad declamativa. En ese terreno, quizás, en la canción Qué nos cuenta se toqué un punto más alto del trabajo. “Nada que ver la de buscar donde no hay emoción/ hasta mirarnos preguntando “donde mierda voy”/ somos tan solos, eso tiene que decirte algo” canta el riotercerense sobre el final de un disco que se convirtió en una de las grandes novedades musicales de este 2019.

Feroza – Feli Colina

El segundo disco de Feli Colina irrumpió en la escena musical argentina con una expectativa extra, producto en parte de su participación en el concurso Camino a Abbey Road (lo que le permitió grabar el material con producción de Juanchi Bailerón) pero también de su nombre cada vez más presente en el mundillo emergente de nuestro país.

Feroza es, tal vez, el nombre que mejor podía definir a la artista nacida en Salta, que puso de manifiesto el enorme universo artístico que convive en cada uno de sus movimientos. El que haya visto a Feli en alguna de sus tantas performances, podrá dar cuenta de lo que el disco sugiere, y lo que explicita.

Teatral, orgánico, contundente, folklórico y oscuro, rockero y luminoso. Todo eso confluye en el disco que pone a Feli Colina a jugar en las primeras ligas de la música nacional, ya no como acompañante estelar de artistas que asoman al masivo sino a partir de una obra propia construida en base la originalidad y la sinceridad estética.

Manu Figuerero, Diego Mema, Baltazar Oliver y Fran Saglietti la acompañan en esa aventura. “Una melodía que al salir de mí, me deje tranquila”, canta Feli en Mentira; “No puedo estar siempre escondida para no incomodarte”, grita en De dónde salió todo esto. “Vas a verme caer para resurgir desde cero” dice en La Familia. De todo eso está hecho su disco, una verdadera revolución personal, dentro de un sacudón colectivo del que Colina es una de sus nuevas partes fundamentales.

Epica y Fantástica – Marina Fages (*)

Marina Fages parece un personaje sacado de una serie de anime japonés. La muchacha de pelo turquesa puede ser sutil, frágil y sensible como un personaje de Hiyao Miyazaki o una letal guerrera de katana en mano.

Las dos facetas de la artista se conjugan en su ultimo disco: Épica y Fantástica. En este trabajo Marina, regala los sonidos que la caracterizan y que encuentran en el cruce entre lo pop, post punk y experimental, a una guerrera guitarrera con muchos recursos a su alcance.

En el cruce de PJ Harvey, Bjork, Patti Smith y Saint Vincent, este disco bien podria guardarse al lado del Be The Cowboy de Mitski, editado el año pasado. Fages demuestra que es una artista total -basta ver su Instagram para confirmarlo-.

CARAVANA – WOS

El disco que afirma el definitivo cambio de época en la música nacional. El disco debut de Valentin Oliva es el desembarco definitivo del artista a la cultura popular de nuestro país. Lo hace con siete canciones que amplían de sobremanera el universo freestyler por el que se había hecho conocido en la escena nacional y latinoamericana. Además, lo hace sin perder alguna de las mañas propias de ese mundo que lo vio crecer, por ejemplo la que consiste en asentar golpes certeros. La aparición de Canguro en la previa a las primarias del mes de agosto da cuenta de esa capacidad que pareciese innata y que se aprovecha con la misma pulsión con la que se celebra.

«Nosotros en la nuestra, goce y plenitud/ y vos fichando el estilo que trae mi crew«, canta en Fresco, uno de los temas con destinos de hit en un disco que no sólo combina sino que hace nacer un estilo en el que todo convive en una gran sopa que hace de Wos uno de los artistas integrales más originales de la escena argenta.

El hipercomentado y para nada inocente linkeo a Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota de Luz delito es otro de los puntos destacados de un puñado de gestos que ponen al joven músico en la bisagra entre aquellos que que unifica lo contracultural con lo masivo y «juventud maravillosa» con la resistencia al macrismo. Wos es de esos artistas que vuelve a unir generaciones frente a la canción y al grito que representa desahogo.

(*) Por Gonzalo Puig
(**) Por Mauro Bruno Kunath