Marilina Bertoldi. Consagración y después…

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La santafesina reivindica laureles en Club Paraguay.

El 2016 no será un año fácil de olvidar para Marilina Bertoldi. «Sexo con modelos» elevó su nombre al sitial privilegiado del rock contemporáneo, en donde la identidad de sus canciones comienzan a reconocerse a la primera escucha.  El disco, caracterizado por el rock de guitarras al frente, aires funkys, cadencia melódica, estallidos de oscuridad fue celebrado por la crítica entre las mejores producciones del año y eso le abrió el camino a un público que volvió a experimentar un crecimiento notable. Sus canciones, las nuevas y las eternas, empezaron a meterse en lugares en los que antes no entraban. Ella misma define lo sucedido como “Un salto inmenso”. “Uno espera siempre lo mejor de los discos en el momento en que los saca porque siente que es lo mejor que puede dar en el momento en que los edita, pero cuando cuando tienen una repercusión tan grande como pasó el año pasado es como que te abruma un poco. Uno se tiene que adaptar a esos crecimientos porque más allá de que uno siempre sueñe con eso, ver que eso se realiza significa toda otra historia que es nueva” dijo cuando conversamos con ella en el programa «Quien paga la cuenta» de Radio Nacional Córdoba.

Luego de un tiempo de rodar con ese disco, Marilina volverá a Córdoba el sábado 8 para continuar defendiendo esas canciones que la llevaron al lugar en el que hoy se encuentra. “Nos estamos presentando con el set eléctrico con varios músicos en escena ha mutado muchísimo en comparación a la última vez que estuve en Córdoba» advierte Bertoldi, «la idea es ir jugando con otras dinámicas, otros instrumentos a partir de los cuales vamos rotando. Eso no sólo genera un gran efecto visual sino que también los cambios se van notando en lo sonoro y rompen esa cierta monotonía que suele aparecer cuando los formatos son más tradicionales” dice.

Cuando los discos maduran en vivo, muchas veces las canciones van tomando otras formas. El movimiento es lógico. Las inquietudes comienzan a mutar hacia otros rumbos, los sonidos se van cruzando y el movimiento va pariendo canción. La expresión de ese trance se presenta, por estas horas, en los conciertos en vivo de Marilina Bertoldi, el sábado, será una buena ocasión para ir espiando por dónde va la cosa. “Yo estoy armando otro disco ya, por eso toda la tensión y las cosas que van surgiendo las voy canalizando en esas nuevas canciones que van apareciendo” asegura.


 Otra Canción: Tengo entendido que si bien tus viejo no fue músico profesional siempre las  incentivo a que se dediquen a la música tanto vos como Lula…
Marilina Bertoldi: Fueron tres adultos los responsables: mi papá, mamá y por supuesto la abuela Potota, que es quien aportó la parte genética y los primeros instrumentos con los que conectamos.

O.C: ¿Quienes son tus referentes musicales?
M.B: Es difícil hoy en día encontrar puntualmente a alguien. Escucho muchas cosas, variado y todo nuevo. Me intriga mucho lo que deja una marca, los que rompen sutil o claramente con algo. Los que aún me siguen sorprendiendo y enamorando son Thom Yorke, Fiona Apple, Björk y Jeff Buckley.

OC – Luego de haber formando Marilina Connor Questa te decidiste por ser solista. ¿Por qué esta decisión?.
M.B: La razón fue artística, de hambre por hacer algo distinto y nuevo. Sentía que ya la banda había hecho todo lo que había venido a hacer.

O.C: Si repasamos tu discografía existen como dos facetas, una acústica y otra más eléctrica. ¿Hay alguna con la que te sientas más cómoda?
M.B: Actualmente la eléctrica, y si me pongo más puntual, con la experimental. Ya hice acústicos, ya está. Si le vuelvo a encontrar algo desafiante vuelvo.

O.C : Me pongo a pensar en cantantes de rock mujeres y me da la sensación que hubo como una camada en la que están Fabiana Cantilo, Celeste Carballo, María Rosa Yorio, por ejemplo. Pero después existió como un impass hasta que en los últimos años vuelven a tomar protagonismo entre las que estás vos, Eruca entre otras. ¿Por qué crees que se da?
M.B: A esta pregunta me la hicieron mil veces y aún no encuentro una respuesta. Creo que no soy la persona para determinarlo. Lo que sí puedo decir es que no hago música para mujeres. Tampoco para hombres. Por lo cual que me pongan en un lugar artísticamente hablando por mi género me parece un despropósito.

O.C: Cada disco que llevas editado hasta el momento está atravesado por una temática. El primero diría que habla más de la presencia de uno, mientras que este último más sobre la sexualidad. ¿Cómo elegís las temáticas de los discos?
M.B: Definitivamente me gusta provocar, ese es mi momento personal ahora. Ya trasciende incluso a la sensualidad aunque a veces se hermanan. Me parece que es momento de romper todo y de hacer enojar a mucha gente. Las temáticas que elijo más bien suceden, son fotos de quien soy en ese momento.

O.C: Recuerdo algunas notas que hacían eco de vos como una chica abierta, transgresora en cierto modo dentro del rock. ¿Cómo te definirías?
 M.B: Creo que eso me define bastante bien. En lo que hago y busco no existe la monotonía, ni las certezas. Todo cambia todo el tiempo. Hago música para mi, no para el público. Así que no tengo mucho interés en sostener algo que «funcionó», al contrario, si funcionó ya está, ya lo hice, a otra cosa.

O.C: Leí una declaración tuya que decía que «Sexo con modelos» no buscaba la comodidad, como así tampoco que gustara sino que generen más emociones. ¿Cómo explicaría?
M.B: Eso debería ser un evento artístico. Una obra que despierta emociones en quien lo ve, escucha, degusta, toca, etc. Quizás mi momento es más adolescente en algún punto, queriendo romper, siendo bruta, pero estoy en ese camino y búsqueda. Querer gustar es hacer otra cosa. Gustar por haber generado una emoción ya es definitivamente algo mucho más hermoso de lograr, pero no es el fin.

O.C: Una vez que dijiste que hacías rock, pero que tu manera de ver el rock era distinta a la del resto ¿Cómo es esa manera de ver el rock de Marlina?
M.B: El rock fue un género revolucionario en su momento y eso es lo que nos enamoró a todos. Era salvaje, no le importaba que piense nadie de él, era joven y jugado. Hoy nos volvimos repetitivos de una fórmula que no respeta las bases de ese género, hoy el rock es predecible y se esfuerza mucho por gustar. Me gusta pensar que estamos formando las bases de un nuevo género o subgénero, que están los conservadores y los que queremos que el cambio siga. Obvio, quiero aclarar, honrando a los grandes del rock que nos hicieron amar tanto al género. Pero evolucionar sobre sus bases es, me parece, una forma mucho más hermosa de honrarlos que copiando y repitiendo.