Una de las figuras ascendentes de nuestro folklóre visita Córdoba. Nos tomamos unos minutos para charlar sobre su nuevo disco «La Madrugada», antes de tocar en Agua de Oro y Alta Gracia.
Tan natural como respirar o abrir los ojos al despertar, Luciana Jury camina el escenario. Luego de tomar el micrófono y tras los primeros repiques de bombos, abre su boca y deslumbra a todos. Estamos en Villa María, presenciando el show «Se trata de nosotras» y «la Jury» está haciendo su celebrada versión de Post-Crucifixión de Pescado Rabioso. Piel de Gallina.
En la voz de Luciana hay barro y asfalto, y las marcas de Mercedes Sosa y Miguel Abuelo. Cantora potente, Luciana viene de un hogar de artistas. Hija de Zuhair Jury (escritor, guionista, director de cine, pintor y músico) y sobrina del mítico Leonardo Favio, la imagen de Luciana Jury asoma fuertemente como una de las exponentes más importantes de canto en la nueva escena nacional. El año pasado editó un gran disco junto a Gabo Ferro y en esta oportunidad visitará Córdoba para presentar su nuevo disco, La Madrugada.
De este disco y otras cosas charlamos con Luciana, a días de traer su música por primera vez a Córdoba. La artista tocará el viernes 31 de julio a las 22:00 hs en Hora Libre (Urquiza 27, Alta Gracia) y el 1 de agosto a las 22:30 en Río Arriba (Costanera Alta s/n, Agua de Oro).
O.C.: Lo primero que quisiéramos preguntarte, Luciana, es: ¿Cómo aparecen el folklóre y el canto en tu vida?
L.J.: «Es la música con la que acunaron mis padres, escuchando de ellos mismos, de sus propios cuerpos. Mis padres, los dos tocan la guitarra y cantan».
O.C.: «La madrugada» invita a recorrer una noche de insomnio… ¿Es habitual en vos el insomnio?, ¿Es inspirador este estado o aterrador?
L.J.: No solía tener complicaciones con el sueño hasta que empecé a tener ciertos conflictos que me quitaban el sueño y entendí que el desvelo era necesario por que sería el único momento de mi vida en que encontraba tiempo libre para ocuparme de esto. Fue inspirador y por momentos desesperante.
O.C.: Te leí decir que «la música te salva la vida», supongo que esos insomnios sin música serían terribles, no?
L.J.: Si, escuchaba música con auriculares para no despertar al resto de la familia. Pero por sobre todo lo que abundó en esas noches de insomnio eran los recuerdos, pensaba muy mucho.
O.C.: ¿Cómo trabajas en la selección de repertorio, cuanto de ético y cuanto de estético?, ¿Qué te llevó a elegir las canciones de «La Madrugada»?
L.J.: No trabajo un disco con un concepto previo, sólo me dispongo a vivir y a que sucedan cosas. Cosas que quizá no tengan nada que ver con la música pero si con los sentimientos y los afectos. De acuerdo a lo vivido y transcurrido un tiempo en donde todo en mi se calma, echo un vistazo y me doy cuenta que todas las va canciones que elaboré tienen un sentido claro.
O.C.: Quedamos muy impresionados con tu versión de Post-cruxificción en el disco «Se trata de nosotras», y más impresionante fue verte interpretándola en vivo… ¿Cómo fue trabajar con esa pieza, particularmente?
L.J.: Ese tema abre mi segundo disco » En desmesura». Lo tomé después de que un productor me ofreció participar en un disco homenaje al flaco Spinetta. Como tardé mucho en elaborarlo no quedó para ese proyecto .Cuando lo terminé me había gustado tanto que decidí incorporarlo a mi disco. La idea era era rescatar la poesía de esa canción, darle teluria y quitarle de plano el famoso riff para que no distraiga el enorme drama que carga la obra.
O.C.: Nos gustarías que cuentes cómo nació «Me desprendes del suelo»…
L.J.: «Me desprendes del suelo» es una canción que hicimos con mi compañero, el Goyo Grasso, para nuestra hijita Mora que hoy tiene 5 años y es nuestra vida misma.
O.C.: ¿Cómo ves la actualidad cultural del país?, digo, hoy tenemos un ministerio de Cultura, algo que imagino debe haber soñado Leonardo Fabio…
L.J.: Tener un Ministerio de cultura en nuestro país era una de las deudas más importante que el Estado tenía con su pueblo. Considero que si un país piensa bien la cultura de su región, genera conciencia de identidad de ser, a futuro no se necesitaría ni educación ni Salud. Tener a Teresa Parodi al frente de esta revolución es más glorioso todavía y una inmejorable idea política: nuestro ministerio, hasta ahora, está en las mejores manos.