En Córdoba, hablar de música popular es hablar de cuarteto, de rock, de folklore… pero también, inevitablemente, de Los Cocineros. Esta banda —que desde sus inicios en 2006 supo mezclar géneros, romper moldes y ponerle sabor teatral a cada canción— se convirtió en un emblema de la escena cordobesa. Con su estilo irreverente, su apuesta por reversionar clásicos y su presencia femenina en tiempos donde eso era excepción, Los Cocineros marcaron una época y dejaron huella.
Hoy, tras años de pausa y recorridos individuales, Los Cocineros regresan con la misma chispa que siempre los hizo únicos. El reencuentro, impulsado por una invitación de Sol Pereyra a su show, reavivó el fuego creativo y dio lugar a una serie de ensayos que despertaron, naturalmente, las ganas de volver a juntarse. Este regreso no es solo musical: es emocional, colectivo y profundamente cordobés.
La formación actual reúne a músicos con historia y oficio, que le dan nueva vida al proyecto:
Mara Santucho en voz, Fonsy Denaro en bajo y coros, Matías Acosta en guitarra y coros, Alejandro Monteoliva en teclado, coros y acordeón, y Emiliano Serradell en batería.
El jueves 2 de octubre, con entradas agotadas, y el domingo 5 —aún con algunas disponibles— Los Cocineros vuelven a escena en Pez Volcán, en formato café concert. La propuesta combina baile y contemplación, con shows que comienzan temprano para que el disfrute sea completo. Prometen que nadie se quede afuera: habrá espacio para sentarse, para bailar, para brindar y para reencontrarse con canciones que ya forman parte del repertorio afectivo de la ciudad.
En esta entrevista, Mara Santucho —voz constante y corazón del grupo— repasa el origen de este regreso, la historia compartida con Sol, Alfonso y tantos otros, y reflexiona sobre el lugar que ocupa la banda en la memoria musical de Córdoba. Porque si hay algo que Los Cocineros han sabido hacer, es cocinar canciones que se quedan. Y hoy, vuelven a servirlas.
Otra canción: Me gustaría saber cómo se dio este regreso de los cocineros. Regreso de que a muchos nos sorprendió, aunque ay que decir que después del show de Sol Pereyra uno podía soñar con ese regreso.
Mara Santucho: La verdad que estamos chochos. Venimos ensayando desde hace más de un mes y viene muy bien, con muy buena recepción. Yo ya percibía que venía bien, porque cuando salía a la calle o estaba en alguna situación con otra gente, todo el mundo preguntaba qué pasaba, por qué no tocábamos más. Y finalmente, cuando vino Sol a tocar, nos invitó, tuvimos un encuentro y de vuelta aparecieron las ganas. Tomamos la decisión de darle una vuelta de tuerca, así que en eso estamos.
O.c: De alguna manera Sol Pereyra fue la artífice de juntarlos y que vuelvan las ganas…
Mara: Fue así, fue así. Justo hace un ratito estaba hablando con el baterista de Los Cocineros, con el que arrancó y hablamos de eso. Si bien veníamos charlando y siempre pensábamos “ya vamos a volver”, la verdad que fue a partir de ese llamado de Sol que nos encontramos. Se armó un silencio, hubo respeto, y después la gente empezó a ir, a cantar las canciones. Y fue en la siguiente semana que ya empezamos a barajar esa posibilidad.
O.c: Es muy hermoso eso de ustedes.
Mara: Sí. Y bueno, después algunos de los compañeros están en otros trabajos y no pueden. Pero empezamos a hablar y a sumar otros integrantes, los que estuvieron en la última parte de Los Cocineros antes de la pandemia. Dijeron todos que sí, y marchamos para empezar a ensayar. En el primer ensayo salieron quince temas de una, porque ya teníamos lista armada. Nos pusimos a ensayar y fue increíble, estaba sonando muy bien y con mucho entusiasmo.
O.c: Me decías del baterista anterior y pienso en Sol Pereira que estuvo en su momento, Alfonso Barbieri también. Ha sido una banda que ha ido mutando los integrantes, Pero que aun así trasciende. Excepto vos, que creo que estuviste siempre, si no me equivoco.
Mara: A mí siempre me cuesta que se vaya algún compañero, la verdad. Pero no porque no tengan reemplazo, sino por lo que se queda ahí. Yo quisiera que todos pudiéramos quedarnos en el proyecto, pero a veces no se puede. En algunos casos, como Sol, se fue porque tuvo una propuesta en México con Julieta Venegas. Alfonso se fue a Buenos Aires, pero también ya estábamos en otro momento, queriendo hacer otras cosas, no teníamos la misma visión.
Siempre, por distintas cuestiones, se ha desprendido algún integrante. A mí siempre me afecta, pero después se vuelve a tomar algo relindo. Y siempre estamos en contacto con esos viejos compañeros que nos tiran buena onda. Estuve hablando con Alfonso, hace un par de semanas con Sol, hablé con Nicolás Arrieta, que fue el primer baterista de la banda. Siempre estamos en contacto porque yo siempre como que les pido permiso, y un poco los abrazo también.
O.c: Cuando uno habla del rock de Córdoba, de la movida cordobesa, siempre están Los Cocineros. ¿qué crees que tuvo los cocineros en su momento y que aún lo tiene para decir a esta altura que son una banda histórica?
Mara: Mirá, yo creo que caímos en la escena un poco “cara de piedra”. Veníamos de otras experiencias: del teatro con Sol, Alfonso venía de otra banda, pero también éramos nuevitos. Me parece que esa cosa de ir para adelante, de tener aciertos como el nombre, de buscar clásicos y renovarlos, reversionarlos… En ese momento generamos algo que rompió desde la música. No había tantas voces femeninas ni tantas mujeres en la escena como ahora. Por suerte hoy hay un montón de cantantes mujeres en todos los géneros. Antes estaban más en lo folclórico. Creo que eso ayudó a que el proyecto se desarrollara rápido. También la mezcla: hacer algunos tangos a nuestro estilo, clásicos del cuarteto llevados a algo más vinculado al rock o a la cultura del rock. Varias cositas se alinearon.
O.c: Nombraste el cuarteto llevado a Los Cocineros, y se me viene el de Pelusa. Creo que “Ella es un amor” se ha vuelto un clásico.
Mara: Sí, ese tema tiene que estar siempre. “Cuando llegue el alba” también. Armamos una lista, y la gente empezó a comentar en redes qué querían escuchar. Nos dimos cuenta de que esa lista era la que la gente quería bailar. Está buenísimo eso.
O.c: También me parece que, por ejemplo, Cuando llegue el alba le quita cierta solemnidad propia del tango o del folklore, y la transforma en un rock enérgico. No llega a ser cuarteto, pero sí es un rock que invita al movimiento, al baile.
Mara: Es un guiño a la música popular que nos gusta, pero además nos sentimos parte de esa música. Hemos escuchado esa música, ha sido parte de nuestro recorrido. La Mona, por ejemplo. Buscamos temas que nos llegan, y también los que la gente nos pide: “Me gustaría escuchar este tema por ustedes”.
O.c: ¿Y cómo elegían esos temas?
Mara: Muchos son de los sesenta, de los setenta. Algunos son visualmente muy teatrales. Me acuerdo de haber escuchado uno por primera vez en un trabajo práctico de una actriz, una ayudante de una profe de teatro. Después lo escuché en vinilo, porque mi mamá lo tenía. Ese proceso por donde pasan las canciones y terminan en uno… uno se vuelve dueño y les da una vuelta de tuerca. Cuando pasamos el pesimismo del tango a una cumbia, por ejemplo, hay una transformación. Es el lugar al que queríamos llegar: recorrer la canción, pero también darle fuerza, renovarla, hacerle una vuelta.
O.c: Pensando en todo esto, ya tenés varios años dentro de la escena musical. En 2006 salió el primer disco de Los Cocineros, pero después, aunque la banda no estaba activa, vos seguiste con otros proyectos. ¿Cómo ves hoy la escena comparada con aquel 2006?
Mara: La escena ha ido mutando año a año, momento a momento. Lo que te decía recién: cada vez hay más voces femeninas, y eso me pone muy feliz. Me pone feliz que el cuarteto por fin haya incorporado mujeres como figuras. Me parece una avanzada, desde muchos puntos de vista. Córdoba tiene una diversidad musical muy hermosa, con bandas que se escuchan en todos lados y que viajan mostrando un pedacito de esta música. El cuarteto asciende por toda la provincia. Más allá de cómo le esté yendo a los músicos, que es otro tema, me parece que se está haciendo muy buena música: distinta, variada y representativa. Es un buen momento para la música.
O.c: Recién pensaba en eso que decías de las mujeres y me vienen a la mente Euge Quevedo llenando el Movistar en Buenos Aires. ¿Sentís que el cuarteto está empezando a ser aceptado como una música más, y no como una música “de negros”, como se decía antes o por lo menos es vista con otro ojo hacía otras provincias o Buenos Aires?
O.c: Sí, totalmente. Antes quedaba como encerrado el cuarteto. En el rock hubo algunas mujeres, como Eruca, que marcó mucho con su impronta. Pero en el cuarteto no pasaba eso hace diez años, ni siquiera cinco. En estos últimos cinco años explotó con tantas cantantes. Está Lore Gómez en chébere. Está Euge Quevedo, Lore Jiménez —la hija de Lisandro Márquez— y muchas más que no conocemos, que son reconocidas en los bailes del cuarteto. Me parece que por fin despertó el género, que por fin hay lugar para las mujeres. Antes no eran las voces, quizás había alguna música mujer, pero no eran cabezas. Ahora sí.
O.c: ¿Este regreso de los cocineros es por un par de shows o tienen pesando seguir tocando, armar otro disco?
Mara: Tenemos muchas ganas de que suceda. Pero vamos con piel de plomo. Tenemos estas fechas por delante que nos interesan. Hay propuestas para ir a Buenos Aires, a Rosario. Hemos viajado mucho con Los Cocineros por toda Argentina. Ahora se vuelven a abrir esas posibilidades, pero estamos enfocados en esta primera fecha. Y después veremos cómo seguimos.
También encarar un disco. Siempre es lindo tener esa perspectiva, ese lívido de un próximo disco. Es lo que te hace marchar, lo que te hace caminar cuando tenés una banda. Estamos esperando todo eso, pero todavía estamos en veremos.
O.c: Vienen agotando las fechas…
Mara: Sí, es muy loco y nos pone muy contentos. No son momentos fáciles, y la gente compró anticipadas. En una semana ya había un montón de entradas vendidas. Fue buenísimo. Como habíamos percibido en aquel momento, cuando la gente nos decía “che, Los Cocineros, ¿cuándo vuelven?”. Había muchas ganas, y se nota.
O.c: ¿El regreso se da un formato café concert?
Mara: Sí, decidimos dejar las mesas porque somos una banda de gente grande, y también para que el público tenga un espacio cómodo. Que se pueda sentar, comer algo, tomar algo tranquilo y ver a la banda. Estamos en ese plan. Ya que es jueves, que la gente pueda disfrutar, quedarse en el lugar, estar con la banda. No como en otras épocas.
O.c: Lo bueno también es que pueden tocar temprano, ¿no?
Mara: Sí, eso está buenísimo. Ya no pasa que alguien te pregunte por qué tocás a las cuatro de la mañana. Son nuevas formas que nos vienen bien, cosas buenas que quedan. creo que en un Café conocer se disfruta distinto. Cuando estás parado bailando es una cosa, pero cuando estás sentado viendo, se disfruta de otra manera.