Los Besos y Feli Colina llegan a córdoba para presentar sus respectivas producciones discograficas, Nadie Duerma y Lxs infernales (Del Valle Encantado). La cita es el Sábado 17 de agosto a las 19:30hs en Studio Teather.
Hablamos con Paula Trama, líder de la banda Los Besos, sobre su último disco -libro «Nadie duerma«, Inspirado en la ópera Turandot y con influencias de Tom Jobim, este álbum invita a un viaje sonoro en compañía de Barbi Recanati y Santiago Motorizado. En este trabajo, Paula Trama se reinventa como poeta convertida en líder de un grupo de ocho talentosos integrantes, buscando consolidar su ascenso en la escena musical.
«Nadie duerma» surge gradualmente, fruto de un proceso de exploración, experimentación y selección meticulosa. Los Besos, acostumbrados a producir canciones de manera espontánea, logran un resultado auspicioso que se destaca como uno de los mejores de su discografía hasta la fecha. Con diez canciones y una duración de 38 minutos, este álbum se posiciona como el más extenso de la banda, superando a sus trabajos anteriores en duración y complejidad.
Este disco representa un giro en la propuesta musical de Los Besos, con canciones que se extienden más allá de los límites habituales, superando los cuatro minutos de duración y donde se hacen presente lo absurdo, lo surrealista hasta lo criptico.
Otra Canció: Vienen a presentar «Nadie Duerma», un disco muy apasionado hasta sentimental… ¿En qué momento nacieron las canciones?
Paula Trama: Las canciones del disco fueron compuestas del 2020 en adelante. Fueron tres años de canciones, la mayoría compuestas duranteel tiempo en que no nos vimos, salvo El cielo y pésima idea que fueron un poco las canciones de salida de la pandemia.
Yo coincido con que es un disco mitad sentimental, mitad apasionado. Sentimental en el sentido de cierta conciencia y novela en torno a lo que se siente, ese es un poco el modo clásico de nuestras canciones: armar el relato y la reflexión, las preguntas, la conciencia.
Sin embargo, coincido en que hay un poco de pasión también, tal vez “Un preámbulo” y “No vale” sean los temas apasionados. Digo, los más furiosos, impacientes, los que se dejan llevar por el calor, la bronca o la angustia del momento y no reflexionan tanto, sino que son una foto cruda del sentimiento.
O.C: «Nadie Duerma» es un nombre que se le puede dar múltiples significados… ¿Cómo surge?
P.T: Nadie duerma es una frase robada a “Turandot” una ópera famosa. En la canción que da título al disco hay dos grandes citas, la primera es la del bolero: “Historia de un amor”. La otra es “Nessun dorma”, o sea “Nadie duerma”, que es lo que canta el enamorado de Turandot. El sentido se completa con la intención de la audiencia, pero está aludiendo a una vigilia. Un llamamiento a la atención pública, a la presencia en un momento de zozobra.
O.C: En el libro que acompaña el disco haces una defensa del aburrimiento, de alguna manera diciendo que es necesario. ¿En momentos en los que vivimos, donde parece que todo tiene que ser productivo, en qué ayuda el aburrimiento?
P.T: No sé si tiene que ver con la productividad o improductividad. Tanto la diversión como el aburrimiento pueden ser improductivos o productivos. La diversión de estar con otros o el aburrimiento de estar con otros es igual de fundamental.
Pero a mí me interesa hablar del aburrimiento porque es algo muy subjetivo, como si fuera hablar del vacío. Para mí es la máquina que prepara el terreno para lanzarse a algo.
El aburrimiento es una bestia silenciosa, espesa, que en principio puede adormecer, generar sensación de inacción.
Pero ese tiempo de vacío es el que hace lugar, como en una cápsula, aguza los sentidos, permite pensar, o atiborrarse de una sensación, y es el trampolín a el estar con otras personas también.
Hace tiempo que estamos largas horas saturando nuestro disco mental, descargando y viendo una masa multicolor de imágenes y estímulos de una intensidad y volumen vertiginoso, que nos dejan la cabeza hecha un campanario.
Yo interpreto el aburrimiento como la creación de un espacio preparado para lo desconocido y para lo común al que hay que lanzarse.
O.C: El disco cumple un año a fin de año y para muchos críticos se transformó en el mejor disco de los últimos tiempos. ¿Cómo lo ven a la distancia? ¿Hay algo que cambiarían o mejorarían?
P.T: Creo que lo que yo cambiaría tiene que ver con el proceso de prepararlo, que fue demasiado exigente, vertiginoso. Fue un disco que llegó al estudio con canciones nunca tocadas, canciones de pandemia la mayoría, que nacieron con muy pocoensayo y show, pero que también se acumularon rápido y nos dieron ansiedad de sacar un nuevo disco para salir a andar.
Darles un poco de vida y escenario a las canciones es lo que siempre nos da más felicidad, mientras las vamos produciendo, para poder tenerlas en el cuerpo al estar grabando.
O.C: Para quienes escucharon el disco, pero no leyeron el libro, ¿podríamos decir que el libro es una continuidad del disco y viceversa?
P.T: El libro es una necesidad y un deseo gemelo del disco. Nacen en el mismo instante. Los dos son una tecnología. Solo que el libro a diferencia del disco se puede dedicar, se puede tocar, se puede marcar, y tiene entonces algo intensamente íntimo. También transporta esos pedazos de experiencia que fueron puro presente y ahora es muy extraño y especial revivir en la lectura. Porque lo que pasa en un estudio de grabación cuando estás sumergida y avocada a hacer música es algo muy difícil de describir, y sin embargo, ahora algo de eso está ahí. Son continuidades: las cosas y el laboratorio de las cosas.
O.C: ¿Qué papel juega el surrealismo, el absurdo y lo críptico en la banda? Creo que muchas canciones plantean disparadores que pueden ir en cualquier dirección…
P.T: Me identifico con esas tres palabras. Están en la escritura, también en cierta tradición musical con la que nos cruzamos y amamos, muy de la metafóra y el simbolismo: desde Cocteau Twins a Los Redondos, desde Os Mutantes a María Elena Walsh.
O.C: Para terminar, ¿qué nos puedes adelantar del show que veremos el 17 de agosto?
P.T: Vamos a seguir presentando Nadie Duerma, este gran viaje escénico y musical que es un poco nave, un poco fogón, un poco opereta, un poco carnaval…