Diez postales de la 60° edición de Cosquín

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Pasó la edición 60° del festival de Cosquín Folklore. Con un buen marco en general de público, pero con una grilla que apostó todo a tres noches con entradas agotadas, mientras que otras noches estuvieron regular aunque notablemente por debajo de las más convocantes que fueron el sábado de apertura con el Chaqueño como figura central, viernes con Abel Pintos y Jorge Rojas y la noche extra con La Mona Jiménez.

Algo sorpresivo para quienes esperaban una jugada más arriesgada sabiendo que el festival cumplía 60 años y teniendo como precedente la histórica edición cuando cumplieron 50 años. Claro está que el contexto económico hoy es otro y traer artistas internacionales en muchos casos se vuelve inviable. Aun así está edición como se esperaba dejo algunos momentos históricos como el cruce de Abel Pintos y Jorge Rojas o la presencia de Fito Paéz, que a pesar de algunos inconvenientes y críticas de algunos defensores del folklore tradicional tuvo buena concurrencia y emocionó a los presentes en la plaza.

Algo para destacar es el reconocimiento que se hicieron a cada uno de las comisiones que pasaron a lo largo de los 60 años y a algunos artistas por su trayectoria e importancia en elf estival como Juan Carlos Saravia recientemente fallecido con el Carmín Legendario entregado a su familia.  

Una deuda pendiente en Cosquín como en la mayoría de los festivales es la escasa participación de las mujeres músicas. Algo que con la ley en marcha están obligados a reveer el año que viene.

A continuación le dejamos los 10 momentos más destacados.

Víctor Heredía y Teresa Parodí: Como dijimos esta edición era la de grandes encuentros arriba del escenario y la quinta noche se hizo eco de eso apenas empezada la velada cuando el binomio subió al escenario para repasar sus clásicos dejando en claro la vigencia que todavía tienen sus canciones y cuanta falta hacen en tiempos como los que corren. Dos momentos históricos dentro del show del dúo fue El otro país y el cierre con una plaza cantando Todavía cantamos.

Pachi Herrera: El músico jujeño radicado en Córdoba cautivo a la plaza con el charango a ritmo de bailecitos y tinku. Tal como lo dijo el propio músico al salir del escenario, fue la mejor presentación en lo que va en su desembarco en el festival.  Dos momentos a descartar sin duda son el homenaje a Atahualpa interpretando solo con el charango Piedra y Camino y el cierre presentando por primera vez  Carnavalito Riojano compuesta junto al riojano Mariano Luque.

Yamila Cafrune: Existen cruces que a muchos les hubiera gustado que se hubieran hacer realidad arriba de un escenario. Uno es sin duda el de Jorge Cafrune y Atahualpa, ese cruce que se encargaron sus hijos de darlo simbólicamente durante la actuación de Yamila Cafrune invitando al Kolla Chavero (hijo de Atahualpa) para interpretar Coplas de Juan Prisionero y darse ese abrazo que a más de uno les hubiera gustado ver de sus padres.

Fito Páez: El rosarino fue sin duda la novedad de esta edición generando criticas tal vez por lo más ortodoxos y aceptación por un público que pedía novedades en esta edición número 60. Más allá de todas las críticas y desacuerdos lo que quedó claro es que el Fito Páez trascendió el rock. El músico arrancó junto a Fabiana Cantilo  recordando a Cuchi Leguizamón con Me voy quedando, seguido por Yo vengo a ofrecer mi corazónD.L.G. de su propia autoría. Tres temas que daban señales de ser  los primeros minutos de una noche histórica con un set lista lleno de clásicos rcokeros pero que tuvo un comienzo con tintes folklóricos que hicieron emocionar y que los presentes. Si hay algo claro es que el rosarino supo apelar a las emociones de la gente aún cuando la condición de su voz no haya sido la mejor.

Abel Jorge: El viernes se dio sin duda el encuentro histórico entre Jorge Rojas y Abel Pintos. Todo sucedió cuando finalizando su set el salteño pidió aplausos para el encargado de la idea de juntarse que no es otro que el mismo Abel. Juntos interpretaron No Saber de ti, Piedra y camino (el mismo día del aniversario de Atahualpa Yupanqui), La llave, Para cantar he nacido y Al Son de la vida.

Luis Salinas: El guitarrista arribo al Atahualpa yupanqui para apelar a la excelencia musical con un repertorio folclórico pero con una impronta jazzera que coronaron una noche histórica cargada de emoción con Fito Paéz y de excelencia con Luis Salinas, esa que cuando se siente también emociona. En está ocasión y como lo vienen haciendo desde hace un tiempo estuvo secundando por Juan Salinas, Juancho Farías Goméz, Alejandro Tula y Javier Lozano. También contó con un invitado Franco Luciani para realizar un majestuoso contra punto y sellar una noche llena de emociones y excelencia.

Cuarteto karé: El cuarteto junto a Bruno Arias rindieron homenaje a los grupos vocales con dos invitados de lujo. El primero Pancho Cabral músico riojano miembro de los Huanca Hua y andariegos para interpretar coplas atadas con Chala. El segundo fue  Nahuel Porcel Peralta nacido en Santa fe con quienes interpretaron pájaros de rodillas. En un momento donde los grupos vocales están casi desaparecido de los festivales el trabajo del Cuarteto Karé es elogioso.

100 años de Chabuca Granda: Los cordobeses Mery Murúa, Juan Iñaki y Paola Bernal fueron los encargados de llevar a cabo  un exquisito homenaje junto a una banda potente que tuvo como invitado al Mono Izarrualde. Acertado repertorio para una plaza predispuesta a escuchar canciones como El Surco, el Puente de los Suspiros, Fina stampa entre otros. Todas ellas con la impronta de cada uno de los intérpretes.  Vale destacar la apuesta audiovisual que fue sobria y mu efectiva a cargo de Kirka mientras que el baile estuvo a cargo de Ramón Torres y Isadora Zerbini.

La mona Jiménez: Los 60 años de cosquín de manera excepcional contó con una décima luna que tuvo a La Mona Jiménez como figura central. El músico cordobés se hizo presente para cerrar la última luna del festival ante una plaza con entradas agotadas. El astro hizo bailar a la plaza que terminada la novena luna se transformó (ya sin butacas) en un pista de baile repleta de familias que bailaron clásicos como El Marginal, Beso a Beso, Ramito de violeta entre otros.