Las olas del futuro

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Pequeña historia de como los sellos cordobeses van ganando las calles y los oídos de la ciudad.
*Nota publicada originalmente en la Gaceta Cultural Deodoro del mes de agosto.

Una noche de viernes -cualquiera de julio del 2013- frío y húmedo en Córdoba. Esas noches que dan miedo de salir a fumar un cigarro a la calle o al balcón. Nueva Córdoba, como siempre, esta agitada a la medianoche. Pero el frío no frena a nadie. En calle Ituzaingo al 700, más o menos, un cartel reza que bandas de dos sellos independientes se batirán a duelo en un escenario. “Batalla de sellos, Ringo vs. Lo Fi”, presenta el afiche. Se han terminado los prejuicios y las envidias, y hace rato comenzaron a diagramarse salidas alternativas. “La Batalla” es solo un guiño irónico, por detrás está la camaradería y el reconocimiento a pares que van por el mismo camino. Los músicos actuales, entienden que el disco es solo el soporte, no es cultura en si mismo. La música y sus músicos pululando por la ciudad, eso es cultura.

Ahora vamos atrás en el tiempo. Vamos a forzar la situación y pegarnos un viaje por cualquier día de julio del año 2000. El mundo no había terminado aún, no existía Facebook, ni Twitter, ni Taringa. chateábamos por mIRC o ICQ. Buscábamos información por Altavista y Yahoo, en lugar de meternos a nadar a Google. Nuestro mail seguro era Latinmail. En esa época, locos primeros años de la internet, nos volvíamos locos con la posibilidad de bajar, uno o dos temas -dependiendo de la estabilidad del servicio telefónico- por internet. Había aparecido Napster, era super popular y podíamos bajar el último concierto de Metallica o Pearl Jam directamente de algún usuario de Nueva York, Londres o Nueva Delhi. La industria puso el grito en el cielo, como era de suponer.

Este siglo comenzó con gigantes, que parecían todopoderosos, tambaleando ante la apertura de una nueva etapa en la vida de la música. Casi como Gulliver al llegar a Liliput, la industria discográfica -a nivel mundial- se encuentra amenazada por pequeños problemas, que hoy pareciesen no tener respuesta. Las grandes empresas transnacionales aún permanecen atónitas ante la incomprensión de los tiempos y el desarrollo de los mercados. A diferencia de otros momentos de la historia, cuando al disco de pasta lo sucedió el de vinilo, y a este último el cd, hoy parece no haber respuesta por parte de la industria a la libre circulación de contenidos digitales a través de internet.
El nuevo milenio empezó con el mp3 y Napster atacando las corporaciones. Internet comenzaba a permitir que la gente compartiera libremente contenidos digitales, entre ellos la música. Eso despertó la inquietud de algunos músicos que se pusieron por delante en la batalla ante los grandes sellos a nivel mundial. Primero Sting, Prince y en Argentina Luis Alberto Spinetta y La Mona Jimenez colocaron sus discos en quioscos de revista, quitándole el protagonismo a las grandes disquerías. 2007 fue un año interesante para componer el nuevo escenario. Por un lado Trent Reznor, lider de Nine Inche Nails, le pedía a su seguidores que «robasen su música online en vez de comprarlo directamente”, desafiando así a su sello Universal Music. En esa misma época la banda Radiohead ofrece In Rainbows a través de internet y cada usuario decidía que precio ofertaba por el disco en formato digital. El gigante terminaba de trastabillar.

En Córdoba nunca apareció tal gigante acaparando la industria y el mercado, y de esto siempre renegaron muchos músicos y productores. Claro que estos artistas están por fuera de ese mega monstruo llamado cuarteto, la mayor industria cultural de la provincia y quizás del -mal llamado- interior del país. Y a la luz de la historia reciente, uno podría decir que es una suerte que esto haya sucedido cuando vemos desaparecer disquerias y fusionarse discográficas multinacionales, hasta monopolizar la industria de la música. Lo cierto es que ni siquiera estos pulpos son lo que eran. Hoy hay bandas que han firmado sus contratos con empresas multinacionales y deben gestionar algunos aspectos de su vida como músicos de forma independiente.

La no generación de una industria en Córdoba ha tenido aspectos positivos. Por un lado hay total libertad para la creación, no solamente musical, sino también para la diagramación de salidas alternativas para la gestión de los proyectos musicales. Por otro lado permite la articulación entre artistas, productores, gestores y prensa de una forma más directa y genuina -aunque claro hay excepciones-. Por otro lado firmar con una discográfica no asegura venta de discos, ni mayor rotación en las radios mainstream. Las herramientas para producir una escena que genere un mercado, hoy están del lado de los músicos y productores, y no de un grupo de empresarios que deciden que debe sonar por la radio.

Como respuestas alternativas en Córdoba, han aparecido sellos independientes que son manejados por los propios artistas que aportan sus musicas para alimentar los discos y escenarios. Sellos atendidos por sus propios dueños, que indagan y ensayan nuevas estrategias que permitan la subsistencia de proyectos musicales y la escena cordobesa. En la provincia de Córdoba hay seis sellos con alta y creciente actividad. La capital cordobesa alberga a Lo Fi Records, Ringo Discos, Mocena Música y Blue Reno, mientras que la creciente Villa María alberga a Basura Discos y Discos del Bosque.

El caso de Ringo Discos es quizás el más visible en la ciudad y es donde nos detendremos en primera instancia. Una casa/estudio/sala de ensayos alberga a los músicos de este proyecto que surgió en 2010 intentando destruir las barreras que los caminos de la individualidad, la receta y el mercado tradicional levantan a su paso. La Cartelera Ska, Un día Perfecto para el Pez Banana, Ent, Benigno Lunar, Lautremont, Ent, Moo, Bosques de Groenlandia, Nash Coll y Anticasper forman parte del sello, que no solo cranéa como editar un nuevo disco de alguna de las bandas, o comparten recursos y manos de obra, sino que tejen redes con otros sellos del país. Ringo tiene hermanos como Polvo Boreau en Rosario, Mamboretá Records en Formosa o Concepto Cero en La Plata. Además participan del Mercado de Industrias Culturales de Argentina alimentando proyectos que permiten la circulación de las músicas y bandas por todo el país. Estos músicos entienden y descubren que es necesario discutir políticas públicas en materia de cultura. Lejos quedaron los noventa y esa percepción de que todo lo estatal es una mierda. Los tiempos han cambiado, la ley de medios y la ley de la música son muestras de lo importante que son las políticas publicas en materia de comunicación y cultura, y la inclusión de los actores principales en estas discusiones. Ringo Discos está ahí tejiendo redes, armando proyectos, soñando sueños que hoy son posibles. Editan discos, pero además los comparten digitalmente por internet. Saben que la venta de los discos no es hoy el mayor ingreso de un artista, pero esto no es solo en Córdoba, sino en todo el país. Hay artistas consagrados que venden más discos en sus presentaciones en vivo que en las disquerías – Q.E.P.D-.

Lo Fi Records es otro caso a prestar atención en esta Córdoba de 440 años. La mano viene así: luego de lidiar con las grabaciones de sus discos, algunos músicos pusieron manos de obra para armar un estudio de grabación que permita el desarrollo de estos proyectos. Graban discos que utilizan como recurso de prensa y de difusión, y al igual que Ringo suben todo el material a internet. Entienden que por allí está el secreto de difusión de estos tiempos, en la buena circulación y buen uso de Redes Sociales. Gracias a estos recursos, sus discos llegaron a Asia y hoy se plantean sacar una cuenta PayPal -que permite el comercio electrónico por internet- para saltear los mediadores en este sector. Lo Fi está formada por MCTP, Fonez, Ultrasuave, Martinez, Clochard, Kimberly Pink Ranger, Ayudante Walpen y Blasto Flüss.

Foto: Manuel Funes
Foto: Manuel Funes

Los sellos cordobeses están más vivos que nunca y alimentan una escena bien rica y atractiva a los ojos de todo el país. Pero por sobre todas las cosas, los músicos entienden que juntarse es el camino hacia la construcción de un nuevo orden de cosas y a la conformación del tan ansiado mercado cordobés de la música. La propuesta que a partir del 2005 tiro UPA! Músicos en Movimiento y que sirvió para agitar el avispero, es retomada por estos nuevos actores y modelada a los nuevos tiempos que vivimos. Otra señal de buena salud, es la aparición de sellos, que vienen de otros puntos de la provincia, marcando hoy fuertemente en el mapa a Villa María, cuya carrera universitaria de música es escenario formador de muchas bandas y músicos que musicalizan la ciudad y que comienzan a llegar a la capital cordobesa con mayor fluidez, trayendo otro aire y nuevas sonoridades e ideas a la escena.

Los sellos de música independientes son una de las más importantes noticias del mundo cultural de Córdoba, de los últimos tiempos. Son una muestra de que los gigantes pueden ser atacados desde cualquier punto del mundo. Ahí están nuestros músicos apuntando sus flechas a las grandes transnacionales que parecen no encontrar respuesta para el momento actual. Por primera vez la respuesta pueden tenerla los artistas, los que hacen la música y la cultura, y no los que negocian con ella.