Después de haber alcanzado algunos de los puntos de reconocimiento más altos en su vida como banda, Las Diferencias comienzan a dejar atrás la etapa de Al borde del filo (2016) y empiezan a abrirse camino para lo que vendrá.
Hasta el año pasado el disco fue replicando sus cortes de difusión, el último fue Emoción y velocidad (2018), que también tuvo su versión en portugués y una versión en formato acústico. “Es muy raro que nosotros abordemos ese formato. Seguramente lo grabamos de esa manera porque algún programa necesitaba eso para alguna entrevista o algo por el estilo”, aclara Andrés Robledo, en la previa de una nueva llegada a Córdoba.
Será el próximo sábado 12, en la primera fecha del Leviathan Fest, el festival de música que durante dos días estará orientado a la canción rockera y a la psicodelia, compuesto de dos días temáticos. Además de Las Diferencias, también serán de la partida Jvan, Rudy, Mamvt, Los Tábanos Expereince y SuperSilver, estos últimos tres actuando el domingo 13.
“Nuestra faceta acústica están más arraigada a los ritmos de nuestro país» dice Robledo mientras la banda acaba de hacer público su nuevo single: Las idas y vueltas; una chacarera que parece sorprender a propios y extraños. «También hay una zamba dando vueltas, que sí va a estar incluida en el trabajo que presentaremos el año que viene”, anticipa, en exclusiva, a Otra Canción.
Respecto a la forma del repertorio que comienza a dar forma a ese próximo larga duración, Robledo señala que “la búsqueda se va dando en cuanto hacemos las cosas que nos gustan». «Podemos estar tocado rock and roll y meternos en una zapada de jazz. La verdad es que no tenemos ningún prejuicio a la hora de abordar diferentes estilos y las nuevas canciones salen según lo que vamos curtiendo en cada momento particular. Festejamos lo que escuchamos y hacemos lo que nos gusta”, afirma.
-Hay una parte de la actual generación de músicos abocados al rock que parece abrevar en una gran fuente de inspiración que encuentra su referencia en los años ochenta y otra, en la que están ustedes, que apuestan a una corriente mucho más setentosa, por definirlo de un modo muy general. ¿Dónde ven que están parados?
-Yo soy un pibe de esta generación. Nosotros no hacemos música de los setenta, pero decidimos hacer música con nuestras propias manos. Nos gustan muchas cosas de las que están sonando en la actualidad pero no usamos sintetizadores, ni computadoras, ni metrónomos, ni nada de lo que se asocia a la tecnología. Nuestros toques pasan más por poner de manifiesto la carne y el instrumento. Es decir, hacemos música de ahora pero con cosas viejas.
-¿Abordar otros universos es algo que tienen totalmente descartado?
-Mirá, hace una semana tocamos con Fede Wolman, que en ese concierto tocó el sinte. Ahí, pasamos de ser Manal, a ser Pink Floyd. Mañana, vamos a tocar con un rapero y pasaremos a ser una banda del 2030.
*La foto de portada es de Lucas Paiva