Juan Farré – Segunda foto al mundo

Share on whatsapp
Share on facebook
Share on twitter
Share on telegram
Share on pinterest
Share on email

Si uno se dejase empujar por la cultura del etiquetado, si todavía existiesen las bateas, las disquerías y los géneros musicales, Juan Farré sería definido como un cancionista. Una de esas personas nacidas para gritar sus verdades al mundo con una guitarra sonando desde la intersección de sus manos y pecho. Así nacen sus canciones y así se expresaron sus ideas a lo largo de sus dos primeros discos (Roquestuera, de 2009, y La indecisión del mestizo, de 2015). Sobre esa base se asienta su sonido actualizado, que se abre camino al mundo desde Segunda foto al mundo.

Como se sugiere desde el nombre mismo del disco, el repertorio compuesto por nueve canciones que se extienden durante casi 40 minutos suma elementos al sonido del músico mendocino enriqueciendo el costado cancionero pero también empujado al oyente a climas en que el rock se encuentra con el pop más tradicional de nuestro país. Obviamente, todo parece surgir de una guitarra y un par de ideas brillantes. El primer mono que le puso precio a una banana, Desirala, Todo lo que se vende miente, Inosinte, algunos ejemplos destacados del track list.

Esta última canción quizás sea la que resulte más paradigmática a la hora de poder observar la incorporación de sintetizadores y máquinas de ritmo en la vida de canciones que siguen teniendo a la guitarra como principal razón estilística. Lo que no y En la vidriera, otros dos grandes temas que se mueven en ese universo, el que cierra el disco, tiene pasajes que parecen haber salido de alguna zapada de Spinetta Jade.

Con la participación de Lula Bertoldi en el tema Mentes, Farré grabó el disco acompañado por Leo Costa en sintetizadores, Lautaro Camacho en bajo eléctrico y coros, Mariano López Díaz en guitarra, Darío Larrondo en bajo, teclados y sintes, y Romina Rojkes Tellarini en coros.

Una foto al mundo con un Farré renovado, que mantiene firme sus formas de pararse en la tierra pero eleva su propia vara resignificando su maneras de hacer las cosas. Un gran disco que, posiblemente, abra caminos nuevos y empuje al artista nacido en San Rafael a conocer nuevos públicos y nuevos mundos.