Juan Carlos Ingaramo jugará de local el próximo sábado. Más bien, será el anfitrión. Es difícil imaginar que su participación en casi un centenar de obras discográficas puedan hacerlo sentir visitante en algún campo de juego. Sentado frente a su teclado, el cordobés fue uno de los miembros fundadores de la legendaria banda Los Músicos del Centro, la banda con la que se consagró en su tierra natal, y estuvo presente en las grabaciones, en las compocisiones y en las giras de músicos de la talla de Fito Paez, Pedro Aznar, Mono Fontana, Rubén Rada, Facundo Cabral, Dino Saluzzi, Santiago Feliú, Litto Nebbia y Osvaldo Piro. Hace apenas un par de años, terminó de editar su trilogía compuesta por los discos «Imaginario», «Dúo» e «Improvisaciones» y está a punto de publicar «Palabras cantadas y contadas», un trabajo que cuenta con la participación de Litto Nebbia, Fito Páez, Hugo Fattoruso y Claudio Cardone.
Para él «editar un disco , mas allá de las «facilidades» o «comodidades» que existen ahora, siempre es algo maravilloso. Obvio que si lo haces desde un lugar en que vos sentís la libertad de poder expresarte. Eso es algo que es principal, lo grabes en la luna o en tu casa» dice a Otra Canción al ser consultado por las formas, las facilidades y las escuelas siempre presentes a la hora de encarar una obra discográfica. «Antes no existía la independencia que el músico tiene ahora , tenias que pasar por el filtro de los productores de la compañía discográfica, entre otras tantas cosas. Por suerte nunca nos sucedió y siempre grabamos lo que quisimos. Por supuesto que coincido en que era una travesía hacerlo, pero ahora lo sigue siendo pero en un contexto diferente. Hay otros códigos en cuanto al «protocolo» que significa grabar tu música. Antes en una multinacional y ahora en tu propio estudio, lo importante es que sea un hecho artístico noble y serio«.
Otra Canción: Venís de una generación a la que los betales le cambiaron la forma de ver el mundo y, desde ahí, comenzaron a indagar en otras músicas como el jazz y las fusiones con lenguajes más anclados en lo folclórico. A casi todos los músicos del rock argentino de tu generación un poco le pasó eso. ¿Cómo fue tu proceso? ¿Dónde estás parado hoy?
Juan Carlos Ingaramo: Sin duda alguna que en la música la aparición de Los Beatles ,Jobim , Zappa o el Cuchi Leguizamòn ,Spinetta ,Nebbia, por nombrar solo algunos , pertenece a una época dorada en el arte. Sus influencias son infinitas. Lo bueno de todo eso fue y es de que manera lo haces entrar en tu propio mundo y viceversa, es un aprendizaje, un crecimiento. Ahora casi todo se rige por el éxito instantáneo y mediático. Yo no creo en eso. A mi me encanta la música que no tiene fecha de vencimiento .
O.C: Hace unos días veía a Mingui compartir escenario con su hijo. Tengo entendido que José será de la partida el sábado. ¿Qué te pasa con esas cosas? ¿Por qué crees que esa relación de los Ingaramo con la música ha sido tan importante?
J.C.I: Esto que sucede con Juan y Josè es algo totalmente natural. Ellos hacen lo que les gusta, no se puede negar que desde chicos han estado en un ambiente de mucha música y eso no solo viene de nosotros sino de mis padres que siempre nos apoyaron incondicionalmente. Nosotros con Mingui seguimos produciendo nuestras propias músicas y ellos igual. Me encanta que eso suceda de esta manera .
O.C: Claudio y Guillermo son dos músicos que, en cierto modo, tienen una trayectoria por caminos que se cruzan de modo permanente con tu obra ¿Qué significa para vos este tipo de cruces?
J.C.I: Para mi es un placer compartir esta empatía con ellos y a la vez la diversidad, ya que cada uno toca, compone y produce con propio estilo. La música te da esa libertad y mucho más. Bienvenidas son estas experiencias y creo que los tres coincidimos en esto que te menciono.
Y va a quedar claro el sábado cuando toquemos músicas de nuestros últimos discos solistas en duos, en trios, y tambien versionemos a otros compositores que nos gustan como Fattoruso , Nebbia, Spinetta, Paez, Ryuichi Sakamoto. Estamos muy contentos con este encuentro.