Un disco de canciones de amor, a corazón abierto. Carnal, íntimo, meláncolico y, al parecer, sincero. Así es Besos en la espalda, el tercer disco de Indios, el sexteto integrado por Joaquín Vitola, Nicolás De Sanctis, Guillermo Montironi, Agustín Majdalani y Federico Pellegrini.
Trazando una línea imaginaria que los une inequívocamente con la segunda etapa de la discografía de Virus (esa que entre Locura -1985- y Superficies de placer -1987- metió un disco en vivo con un único estreno llamado “Imágenes paganas”), la banda nacida en Rosario vuelve a hacer florecer un bosque encantado de canciones en las que el amor, en su estado más puro (y por momentos inocente) se eleva hasta iluminarlo todo.
El pop rock que invita a las pistas de baile parece haber quedado en un segundo plano para dar lugar a baladas más intimistas, de esas aptas para susurrar al oído. Entonces, la vuelta a la sensualidad elegante como elemento clave para la composición se impone casi de modo natural. «Ritmo y percepción» y «Borracho en París», los dos temas que dan el puntapié inicial al disco, se entienden desde esa lógica a la que también se suman “Perdiendo la cabeza”, “Todo es cruel en el amor” o el propio tema que le da nombre a la placa.
El disco apareció a mediados de la segunda semana de mayo editado en formato cd y vinilo, aunque el mensaje directo de seguidores y escuchas ocasionales debe rastrearse en las plataformas digitales. Allí, “Ya lo sé”, tal vez la canción más fácilmente radiable de entre las doce que componen el disco, se impone como la preferida, la que enamora a primera escucha. Se trata de una de esas piezas imbatibles, que recoge la mejor tradición del pop-rock de nuestro país y la actualiza en clave Indios.
Con matices distintos, ese fundamento estético asentado en le presencia preponderante de una guitarra (que hasta cuando parece alejarse mantiene su rol estruturante) se sostiene también en “Tardes de melancolía”, “El sol ya estaba ahí” y “Se diluye”, la canción que más se emparenta con las composiciones que pudimos conocer en Indios (2013) y Asfalto (2017), los dos trabajos que inauguraron la discografía de la banda.
El disco se grabó entre septiembre de 2018 y enero de 2019 en Buenos Aires y fue mezclado por Jack Lahana y masterizado por Antoine Chabert en París.
Según la propia banda, las doce canciones de Besos en la espalda sirven para “conectar del modo más puro con el otro”. Y en el tránsito hacia ese estado aparecen las nuevas composiciones, herederas de un recorrido histórico solidificado y dueñas de un camino por descubrir.