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Desde el primero hasta el que será el último, cada nieto recuperado trae consigo un valor inconmensurable. Emocional y simbólicamente. Para la historia del país, para cada una de las historias familiares y personales que se comienzan a cerrar con cada abrazo de reencuentro. Todos los nietos son una victoria de la vida y de la justicia sobre el olvido y la muerte. Uno a uno, los nietos que recuperan su identidad, nos van demostrando que nos sobran los motivos para creer y para seguir peleando. Por la democracia, por la verdad y por el futuro. Cada historia de vida por detrás de ellos resuena en lo profundo de nuestra historia como país. Pero, hoy, hay una que lo hace con una melodía especial. La historia del nieto 114. La historia de Guido Montoya Carlotto, el nieto de Estela de Carlotto.

La historia de Guido, la que conocemos, tiene un aspecto público que se desarrolla en los últimos años a la par de un cambio de conciencia generacional en torno a lo sucedido en la última dictadura militar. Ignacio Hurban, tal como lo conocíamos hasta la actualidad, es músico, tiene 36 y a lo largo de su carrera ha estado muy cerca de los diferentes momentos de la lucha por la verdad, la justicia y la identidad. Desde hace tiempo, desde estas páginas y estos escritos, nos gusta señalar que a los músicos los cruza la historia y que, esa historia cruza las obras y las trayectorias. Y que, de un tiempo a esta parte, los músicos han comenzado a amigarse con la historia que los atravesó como parte de una sociedad y de un país. Ignacio Hurban forma parte de esa generación de músicos a los que la historia les fue marcando los modos de acción. Aunque, claro, hasta hace un rato quizás no se imaginaba la magnitud de su caso particular.

Guido, porque Ignacio se llama Guido, es un músico que a lo largo de su vida a acompañado a una gran cantidad de artistas de renombre sentado desde su piano. Artista con formación clásica e inclinaciones sobre la fusión del jazz con otros géneros, formó el dúo de tango “2xtango”, junto con Gustavo Angelini con quien grabó dos discos entre 1999 y el año 2000,  «2xtango»  y «Lamentablemente». Siguiendo en la sintonía de la música ciudadana, grabó el disco “Tiempo y Forma” con Buenos Aires Meridiano 58 y participó de numerosas expresiones colectivas ancladas en el tango y el jazz. En el terreno del Jazz, actualmente Guido es impulsor de  “Jazz del Sur”; una  asociación que , junto al percusionista Facundo Barreyra, dirigen en pos de la difusión y producción de eventos de Jazz a lo largo del país. La expresión colectiva, la otra pata de nuestro tiempo, que identifica a una camada de músicos con un gesto de particularidad histórica. 

El último 24 de Marzo, Guido (Ignacio Hurban) compartió desde su espacio bandcamp un tema al que nombró «Para la memoria». En uno de sus fragmentos, dice: «Fantasma viejo y roído, capullo de los rosarios/ cuando se postran las sombras detrás del abecedario/ si lapidando al poeta se cree matar la memoria/ que más le queda a esta tierra que va perdiendo su historia«. Hoy, la poesía empezó a tomar otras formas, las heridas pueden empezar a cerrarse y la tierra comenzar a reescribir su historia. Guido, el nieto 114, el nieto de Estela, es una parte importante de esos nuevos trazos. De los que se escribieron «enarbolando dignidad sobre pueblos vencidos» y se fueron abriendo «caminos entre sueño y horror» y «pariendo mucha más vida de la que se truncó».

* Las fotos de portada fueron extraídas del perfil facebook del artista.