El rosarino finalmente llegó con su gira 40/30 A córdoba para celebrar los 40 años de su primer disco, «Del 63», y 30 años de «Circo Beat». Sin duda, fue un show acorde a los seguidores de Fito de sus primeros tiempos.
Una de las características de Fito es festejar los aniversarios de sus discos, siendo el más destacado antes de este el de «Amor después del amor», que se considera el disco más vendido del rock y con el que realizó una de las giras más extensas de su carrera, llenando estadios como el del Instituto o Vélez Sarsfield. Siguiendo esa lógica, en medio de la grabación de su próximo disco, aún sin fecha de salida, el rosarino decidió celebrar los aniversarios de «Del 63» y «Circo Beat».
El show 40/30, como su nombre indica, consistió en la reinterpretación de «Del 63» y «Circo Beat», con un espectáculo muy ajustado para los amantes de las primeras épocas del rosarino. Pasadas las 21:30, Fito subió al escenario vestido de traje para interpretar, como era de esperar, «Del 63» y «Circo Beat» discos que tocó en su totalidad. La noche prometía estar llena de emoción y de disfrutar aquellas canciones que pocas veces interpreta en vivo, como «Cuervos en la casa», «Sable Chino», She´s mine o «Un rosarino en Budapest».
Mientras los fanáticos de la primera hora cantaban y disfrutaban, otros se preguntaban cuándo tocaría una que sepamos todos. Cabe preguntarse si aquellos que asistieron al festejo 40/30 sabían de qué se trataba; Fito ya había dejado claro al principio de la gira que se trataba de la reinterpretación de esos discos completos. Como era de esperar, hubo hits (porque no podemos negar que esos discos tienen grandes éxitos), pero tal vez no los superhits que muchos esperaban.
El concierto fue una muestra del poder de Fito para cronicar momentos de su vida y de la Argentina, como lo hacen «Del 63» o «Cuervos en la casa». Con una banda que sonó muy ajustada, donde los vientos y, por supuesto, Fito al piano demostraron que podría dedicarse al latin jazz, a la música clásica o incluso hacer un disco solo de piano al estilo de Dave Brubeck.
Las dos partes del show, dedicadas a «Del 63» y «Circo Beat», tuvieron sus momentos de alto voltaje rockero, acompañados por hits como «Lo que el viento nunca se llevó», «Tema de Piluso» y «Mariposa Tecknicolor», así como momentos de intimidad con canciones de «Del 63». Sin duda, uno de los puntos más emocionantes del concierto fue cuando rescató del baúl de los recuerdos «Cuervos en la casa», mientras se proyectaba el escudo argentino de fondo. Esta canción refleja su pensamiento actual. A diferencia de cuando ganó Macri, hoy Fito decide expresar su postura a través de la música y el repertorio que elige.
Por su parte, la más ovacionada y coreada fue «Mariposa Tecknicolor», generando tal vez el pogo más grande de la noche, seguido de «Normal 1», «Las tardes de sol» y «Las noches del agua».
Lo que está sucediendo en esta seguidilla de shows, que comenzó en Buenos Aires, continuó en Córdoba y ahora cerrará con un par más en Buenos Aires, deja en claro que si hay alguien que podría revisitar toda su discografía con gran acompañamiento del público, gracias a que cada uno de sus discos guarda un puñado de hits, es Fito Páez. Además, tiene el plus de revitalizar algunas canciones que en su momento fueron poco reconocidas y, por ende, poco interpretadas a lo largo de los años. Las giras de aniversario muchas veces sirven para eso: volver a poner en valor y dar nuevas identidades a esas canciones.
Es evidente que no estamos ante el mismo Fito de 1984 y 1994 (años en los que salieron «Del 63» y «Circo Beat»). Esto llevó al rosarino a revisitar sus canciones, bajando algunos tonos para que no pierdan brillo o dándoles un nuevo resplandor acorde al gran momento que vive vocalmente hoy. Tal vez esto se deba a que el músico sabe que es dueño de una gran parte de la historia de nuestro cancionero popular, y por eso la gente lo sigue, incluso cuando está lejos de alcanzar esosgudos que tanto nos gustaron de esos discos.
Un punto aparte merece la banda. Una Emme, a estas alturas, es indiscutiblemente una de las coristas más codiciadas del rock, lo que nos lleva a afirmar que es una de las mejores voces de la nueva generación. La banda, conformada por su compañero de años Diego Olivero (bajo, teclados), Gastón Baremberg (batería), Juan Absatz (teclados y voz), Juani Agüero (guitarra y coros), Vandera (guitarra, teclados, voces) y la sección de vientos Sudestada Horns (Ervin Stutz en trompeta y flugelhorn, Alejo von der Pahlen en saxos, Santiago Benítez en trombón), es la banda ideal para darle a estos shows sus toques de jazz, ritmos caribeños y música clásica, haciendo sonar cada una de las canciones de manera muy actual, incluso cuando cumplen 40 y 30 años.
Fotos: Mauro Bruno Kunath