Hace apenas unas semanas, Gaspar Benegas y su banda La Mono, que completan Ramiro López Naguil y Lucas Argomedo, pasaron por Córdoba (actuaron en Club Paraguay el sábado 28 de agosto) en el marco de una pequeña gira en la que empiezan a reencontrarse con un público que fue creciendo durante el parate de la pandemia. “La verdad es que La Mono creció con la pandemia porque cando nos volvimos nos dimos cuenta que la música siguió abriendo camino y que nos habíamos hecho de un público que nos empezó a seguir a todos lados”, señalaba el guitarrista en la previa al concierto cuando encendimos el grabador de Otra Canción para conversar un rato de la experiencia del regreso, los planes a futuro y, por supuesto, Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado.
Gaspar Benegas: Para los que amamos la música y nos gusta ir a los recitales, volver a los conciertos tal cual se presentan ahora es como una experiencia nueva. Es volver a sentir algo que añorabas mucho y que hoy se presenta de un modo distinto.
Otra Canción: ¿Cómo fue el laburo de la banda durante la pandemia y cómo es un concierto de La Mona en estos tiempo de pasaje hacia la pos pandemia?
G.B: Lo único que pudimos hacer mientras todo estuvo cerrado fue avanzar con los trabajos que teníamos en proceso. Hicimos una canción con Tayda Lebón (Fuk What They Said) que ya estaba armado y que había que terminarlo. Es la primera vez que grabamos algo con alguien porque nunca habíamos tenido a un invitado o invitada en la banda, así que eso estuvo bueno. También hicimos un par de videos de animación con nuestra músico y, cuando nos pudimos juntar, filmamos una performance en vivo con tres canciones que se llama Desde el limbo.
O.C: Vos tuviste más trabajo de todos modos. Contame la pandemia con Los Fundamentalistas.
G.B: Bueno, estar en esa banda es una gran suerte para mí. Lo que tuvieron esos conciertos es que requirieron de un gran trabajo y tiempo de pre producción. Me tuvieron bastante entretenido.
O.C: ¿Cómo fue que dijeron “bueno, vamos a hacerlo”?
G.B: Nosotros veníamos de hacer algunos shows con público y ya sin el Indio en la etapa previa a la pandemia. Habían sido momentos muy emotivos porque se habían motorizado para recaudar fondos y ayudar a Martín Carrizo (baterista original del grupo que necesita afrontar un costoso tratamiento médico en el exterior). Cuando nos encontramos sin la posibilidad de poder tocar en vivo, la verdad es que tuvimos que empezar a ver de qué se trataba un streaming y cómo se hacían esas cosas. Tampoco sabíamos cómo eso iba a repercutir en la gente. Así hicimos Desde los satélites (el primer streaming de la banda, grabado en el Estadio Malvinas Argentinas el 26 de septiembre del 2020) y tuvo una repercusión muy positiva. La devolución del público hablaba de gente que se juntaba en la casa a poder verlo y se emocionaba con las canciones. En ese sentimiento colectivo nos apoyamos para el siguiente streaming (A los pájaros, grabado localidad bonaerense de Villa Epecuén) que estuvo apuntado a buscar esa emoción a través de los temas, pero sumarle el plus del lugar, las imágenes y todos los condimentos que tuvo ese concierto. También nos queríamos emocionar nosotros, algo muy difícil sin el público presente. Hicimos todo lo posible para eso y creo que salió todo. Se recrearon hasta los problemas en la entrada.
O.C: ¿Los sorprendió esa respuesta tan masiva?
G.B: Estamos hablando de un concierto para el que habían pagado la entrada veintipico mil personas y lo terminaron viendo millones. Y eso sucedió sin que nadie se quejara, eso es algo muy positivo, me parece a mí. No te voy a decir que no nos sorprendió porque fue algo muy grande, pero también dejó al descubierto lo difícil que está la situación económica. Evidentemente había mucha gente que quería ver el show pero que no podían sacar la entrada. Pero también me pasó que me llegaron muchos mensajes de gente que estaba muy mal por la pandemia y ese concierto es como que los ayudó a levantar un poco el ánimo. Fue realmente una fiesta poder hacer eso. Esperamos no tener que volver a hacer otro streaming nunca más, pero nos alegra poder haber vencido el prejuicio por el formato y de una cosa fría como es una grabación poder haber emocionado a tantas personas.
O.C: No te convence la idea de la virtualidad.
G.B: Creo que habría que pensar de qué manera se pueden seguir haciendo estas cosas pero no creo que esté bueno acostumbrarse a que todo pasa por las pantallas. En el pueblo de donde yo vengo no hay internet, a ese concierto no lo vio nadie en El Bolsón. En la cordillera, vos te moves dos metros y no tenes señal. O sea, hay que saber que un show por streaming no llega a todos lados, puede ser un servicio, pero a mí me gusta que la gente se movilice y se junte y que no se pierda todo ese espíritu que tenían las cosas cuando tocábamos con el Indio.
Gaspar Benegas es hijo de María José Cantilo (y sobrino de Miguel Cantilo), nació y creció en el sur del país cuando la idea de vivir en comunidad y a kilómetros de las grandes urbes convocaba a miles de jóvenes que entendían que era el momento de cambiar las formas de organización en el país, y también en el mundo. Esa situación familiar, social y comunitaria le permitió una formación particular en la que fue creciendo a la par de algunas de las figuras más importantes del rock argentino y de la música popular de nuestro país. Como una especie de autodidacta permanente y ladero con formación en las grandes ligas, desde hace años hace convivir su rol en la banda que acompaña al Indio Solari y su proyecto particular. Él sabe dividir sus roles, entiende qué le aporta a uno y qué papel juega en el otro sin que nada se mueva y haga peligrar el equilibrio.
G.B: Para mí es una gran suerte que el Indio nos confíe su repertorio para ir y presentarlo con la banda. Eso es algo que asumimos con toda la responsabilidad del mundo porque sabemos que esas canciones son parte del inconsciente colectivo de todos nosotros y de todas las personas. Las frases están en las pieles, en las paredes y en los encabezados de las noticias, nosotros tenemos que poner todo lo mejor que tenemos para poder estar a la altura de semejante desafío. La Mono es otra cosa, estamos componiendo una música propia y avanzando en la historia en los comienzos de una banda. Estamos haciendo nuestro camino.
O.C: Alguna vez dijiste que la música te había salvado la vida. ¿Qué representa para vos volver en medio de una situación tan tremenda como la que estamos viviendo?
G.B: Para un músico, poder tocar en vivo es como volver a respirar después de mucho tiempo. Yo tengo la esperanza de que el año próximo sea de total normalidad y poder avanzar de otra manera. Yo quiero aprovechar el tiempo, en la gira voy a aprovechar para hacer algunas clínicas de guitarra para tratar de compartir las cosas que aprendí arriba y abajo del escenario. Compartir la data y volver a relacionarse cada vez con más gente a partir de la música es algo que siempre está bueno.
O.C: Va a hacer dos años del último disco de La Mono. ¿En qué andan respecto a eso?
G.B: Estábamos empezando a trabajar en un tercer disco pero entre la pandemia, primero, y esta vuelta a los shows, lo dejamos medio como pausado. Estimo que lo retomaremos para tenerlo terminado a comienzos del año que viene.
O.C: ¿Y ya tienen idea por dónde va?
G.B: Va a ser un disco más cancionero. Cada vez más fácil de escuchar y menos pretencioso desde lo musical. Tal vez el primer disco tenía algunas complejidades que, personalmente, me persiguen cuando las tengo que tocar en cada show (risas) y eso cambia un poco. También hay otras cosas, otros ritmos y algunos lugares en los que nunca incursionamos pero nos gusta meternos un poco. Más allá de eso, es más de lo mismo, es un tercer disco de Lo Mono.
O.C: ¿Con Los Fundamentalistas hay algo en el horizonte?
G.B: Por lo pronto, queremos seguir haciendo música junto al Indio. No sabemos qué es lo que tiene pensado hacer en el futuro, pero sabemos qué es lo que hace en el presente: está haciendo música todo el tiempo. Entonces seguimos trabajando a distancia con la banda en algunas canciones que van avanzando. También nos quedó un compromiso en Rosario, que iba a ser antes de la pandemia y fue reprogramada pero sin fecha, posiblemente podamos hacerlo este año.
Foto de portada: KVK Fotos