El músico cordobés parte a Brasil para su “Gira Vambora”.
Podríamos afirmar que Martin Marassa es un hombre de mundo. Sus inquietudes y su espíritu aventurero lo han llevado, más de una vez, a sumergirse en latitudes ajenas a las que lo vieron crecer y a las que transita habitualmente. Así lo expresa su música y, en un costado más explícito, así lo demostrará su próximo material. Esas canciones, que pronto conocerán la luz pública, serán antecedidas por la «Gira Vambora», una nueva aventura por el nordeste de Brasil, que comienza el próximo 16 de Julio.
«La gira comienza el mismo 16 de Julio, en Natal. Es una gira especial, ya que la idea es tocar en un escenario montado en el techo de un colectivo antiguo, que ya esta allá, y que conduce mi hermana que partió hace 6 meses. Por supuesto también va a haber fechas en otros lugares como pubs, y centro culturales. En esta ocasión me voy solo, pero como en todos los viajes y giras que ya realice, estoy contactando músicos de los lugares donde estaré tocando, que por el momento son: Natal, Fortaleza; Belem, y los pueblos que unen estas ciudades. Es un mes y medio de gira, como mínimo, con posibilidad de que se estire mas» cuenta Marassa a Otra Canción al describir el formato de una travesía que tendrá mucho de artístico pero también, algo de aventura familiar.
O.C: Sos un tipo que ha viajado mucho. ¿Qué representa cada viaje para vos y qué tiene este de particular?
M.M: Si, he viajado mucho y siempre haciendo música. Viajar para mi significa no despreciar la inmensidad, es una forma de vivir que he adoptado, porque me brinda conocimientos y sentimientos, que no podría obtener de otra manera. Es una forma de romper el estancamiento, que propone el modelo sistemático, y el viaje (creo) es un lugar propicio, para completarnos y “desinformarnos”, es decir, formarnos desde una visión sin prejuicios inyectados. Este viaje es especial porque une un deseo común con mi hermana, que también es muy viajera, y que ya arrancó sola con sus dos hijos con la misma intención. Yo voy a acoplarme, como una suerte de banda de sonido de ese sueño. Tiene la parte de oficio como músico, porque la intención es tocar mucho, cosa que en general me pasa en los viajes y la parte sentimental de hacerlo junto a mi hermana, con la cual compartimos algo en común, que es la literatura, ella en textos y yo en canciones.
Uno de los puntos de encuentro que unen esa inquietud corporal y espiritual con la obra de Martín Marassa lo expresa el trabajo de su próximo EP que está trabajado, no sólo a partir de lo aprendido y encontrado a lo largo de sus viajes por el mundo, sino también en colaboración con artistas y amigos que fue encontrando en el camino. «Estamos terminando la mezcla del disco nuevo, y antes de irme lo voy a subir a una página completo, y acercar el material a los medios de difusión, para que ya valla sonando acá, la presentación será a la vuelta de la “Gira Vambora” dice con orgullo y ansiedad.
O.C: ¿Qué va a tener ese nuevo disco?
M.M: Es un EP, “En el Aire” , basado en un trabajo que hicimos junto a Sergio Panigo y Jose Gentile, donde grabaron músicos de distintos países del mundo, grabados y filmados por Sergio en sus respectivos países. También participaron grandes músicos de Córdoba, todo documentado en video, y que va a ser presentado, en un proyecto multimedia, (Música “EP”, video y fotos de las grabaciones y paisajes en el exterior).
Marassa parte con la intención de encontrar nuevos horizontes pero deja la semilla, una semilla «en el aire», cuyos frutos quizás sean recogidos en su regreso, de aquí a un par de meses. Será tiempo de espera y de encuentro local con algunas de sus canciones que serán presentadas oficialmente al regreso de la «Vambora». Mientras tanto, Martín parte al país en el que el fútbol parece dominarlo todo por estas horas. Él lo sabe y cuando piensa en eso, ríe y toma sus precauciones. «El mundial termina el 13 de Julio y yo llego a Brasil el 16, para los festejos, que si gana argentina, por las dudas llevo un pasaporte falso que acredita que soy de Chipre.«
* Las fotos del cuerpo de la nota pertenecen a Manuel Bomheker y la de portada a We Photography.