El fin de semana estalló en internet la noticia de que la banda britanica editará un nuevo disco 20 años después de «The Division Bell». El disco se llamará «The endless river».
Por filtración o por estrategia de marketing este fin de semana nos enteramos gracias a Polly Sampson, dramaturga y esposa del guitarrista David Gilmour (juntos en la foto de la izquierda), acerca de la aparición de «The endless river», un nuevo disco de Pink Floyd 20 años después de «Division Bell». Lo hizo el sábado, a través de la red social twitter donde a además anunciaba que el nuevo trabajo se editará en octubre. La novelista además definió el disco como «muy maravilloso”, sumando que es “el canto del cisne de Rick Wright”, en referencia al tecladista y miembro fundador del grupo, fallecido en el 2008.
Luego de esto, Durga McBroom-Hudson, vocalista que ha girado con Gilmour y con Pink Floyd y que visitó nuestro país hace solo un par de semanas también confirmaba la noticia con una foto. The endless river se trata de remanentes del 93, cuando el grupo pasó por varios de estudios de la ciudad de Londres, elaborando junto con el productor Bob Ezrin lo que al año siguiente se publicaría como The división bell (precisamente ahora relanzado por cumplirse 20 años de su salida).
Hay que viajar entonces a 1994 para explicar el nacimiento de este nuevo -o no tan nuevo- disco de Pink Floyd. Mientras se grababa The Division Bell y con Waters fuera de la banda -y ya habiendo perdido distintos juicios respecto a la banda-, en simultaneo surgieron algunas canciones con una atmosfera salida de las fiestas rave y especialmente por el ambient techno, que por ese entonces deliraba a Gilmour. Para esa aventura ambient, necesitaba imaginativos colchones de teclados que le permitieran desarrollar su guitarra más lírica. Eso lo aporto Rick Wright que volvia definitivamente a Pink Floyd luego de haber sido «expulsado» durante un periodo de la banda. Algunas de esas creaciones fueron editadas en el disco solista de Gilmour de 2010 «Metallic Spheres», pero mucho otro quedo en el archivo. Nick Mason, baterista de Pink Floyd, bautizó esos resultados como The big spliff (literalmente, El gran porro) y comento que era un satelite de «The Division Bell».
20 años después, Gilmour y Mason se han reunido para construir canciones a partir de los fragmentos instrumentales y Polly Sampson ha agregado letras (algo que también había hecho en The division bell).
Así las cosas, habrá que esperar hasta octubre para descubrir lo nuevo de Pink Floyd que, como vemos, tuvo un nacimiento hace 20 años. También habremos de esperar en las próximas semanas la palabra de Roger Waters implicado indirectamente en este proyecto.