Música, dibujos, televisión, disco andando, radio, creación y presente continuo del cancionista cordobés.
Encendimos la TV y, con el arranque de la nueva temporada de «Hoy no duermo en casa» nos volvimos a topar con la voz de Marcos Luc que se despachaba con una muy acertada creación que se hará habitual para los seguidores del programa que ya anda por su séptima temporada en la tele cordobesa y que, con el paso de los años, ha logrado sobrepasar ese nicho local para adentrarse en el sistema de contenidos de calidad que dan vueltas alrededor del país.
Pero volvamos al lugar en el cual comenzamos. Luego un intenso 2013, en el que Marcos Luc tuvo una movediza actividad en escenarios de diferentes tamaños y envergaduras, el artista cordobés decidió comenzar a dosificar sus energías en diferentes proyectos que van concentrando su tiempo y su capacidad creativa. Al trabajo en torno de la banda sonora de «Hoy no duermo en casa», Luc le suma, en lo que va del 2014 otras dos facetas expresivas que, si bien algunos ya conocíamos, muchos no asocian de manera directa a su persona. Una de ellas vuelve a sentarlo frente a la hoja en blanco pero con trazos y pinceladas encaminadas hacia otros rumbos. La otra lo para (o también lo sienta, para ser más acertados) frente a un micrófono, con un rol distinto al que imaginamos cuando pensamos a Luc frente a esa herramienta amplificadora y transmisora. Así, Marcos Luc se calza el traje de caricaturista, dibujante, de actor y periodista-conductor radiofónico.
Caminando esos rumbos, el trabajo gráfico que realiza para un matutino cordobés se suma a una pasión que él dice haber «redescubierto» hace un tiempo. Hacer radio. Dos horas de cada una de sus semanas lo sientan a la par de Marcelo Maldonado, Manu Funes y Damián Luc (estos último integrantes de la orquesta de cuarteto «Malatao») para la realización de «Santo Remedio», el programa que, con la producción de Carola Salas, se emite todos los miércoles de 20 a 22 por FM GEN (en el 107.5 del dial cordobés). Allí, Luc parece poder explayarse en casi todas las facetas que le conocemos sobre el escenario. El programa de radio, ese que él mismo se aboca a realizar, lo mantienen pegado a las canciones (muchas de las cuales interpreta y estrena en vivo), a su faceta actoral (explotada en radioteatros y columnas en las que los hacedores se reinventan a si mismos en un pintoresco número de personajes) y a sus intereses políticos y culturales que se manifiestan en encuentros y entrevistas que también hacen al sentido de la emisión radial.
Todo ese trajinar, a los que siempre se le suman colores y matices temporales, no deja a un costado el trabajo en torno a lo que seguramente va a ser su segundo disco. El único problema que parece presentarse en la inquietud permanente del cordobés que no le pone freno a la creación, más allá de haber tenido el disco prácticamente listo con un canciones y conceptos desarrollados con claridad desde hace un tiempo ya. Desarrollando el juego de las coincidencias y aprovechándose de él para cruzar palabras e ideas cada vez que los dados llevan al casillero correcto, hablar con Marcos Luc da la sensación de que, siempre, algo grande va a venir. Es que, pese a lo que el común de los mortales puede imaginar, Marcos no para, ni siquiera cuando decide parar.