Don Olimpio presenta «Dueño no tengo»

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El ensamble folclórico compuesto por nueve músicos y dirigido por Andrés Pilar llega Córdoba para presentar si primer disco «Dueño no tengo». La presentación será el día viernes 3 de Agosto a las 22 en Cocina de Culturas. Don Olimpo también se hará presente el sábado 4 de Agosto en Icho Cruz y el Domingo 5 en Villa de las Rosas.

Nombrar a Don Olimpio es hablar de una de las renovaciones folclóricas de los últimos años, al hacer referencia a una agrupación que busca recrear clásicos del cancionero popular de antaño como «Dueña no tengo» (vidala anónima recopilada Leda Valladares), «Maldigo el Alto Cielo» (Violeta Parra) con algunas composiciones contemporáneas como «Rodar la vo»z (Andrés Pilar y Juan Falú) o «Arbolito del querer» (Coquí Ortiz /Aledo Meloni).

La agrupación está formada por Nadia Larcher (voz) Juampi Di Leone (flautas, voz), Federico Randazzo (clarinete), Milagros Caliva (bandoneón), Juan Manuel Colombo y Leonardo Andersen (guitarra), Diego Amerise (contrabajo), Agustín Lumerman (percusión) y Andrés Pilar(piano). «Dueño no tengo», tiene varias cosas para destacar desde el repertorio elegido hasta la formación que consiguió ensamblar Andrés Pilar. A los largo de las de las once canciones que componen el disco se puede apreciar las distintas posibilidades sonoras de cada uno de sus integrantes. Por su parte, Nadia Larcher, al igual que sus otros proyectos (Proyecto Pato y Serárrebol), muestra una vez más ser una de las cantoras más destacadas de las ultimas décadas mostrando distintas.

Otra Canción: Me gustaría que nos cuentes un poco como nace Don Olimpio que hace referencia a un personaje y revindica una forma de pensar la música sobre todo algunas que me atrevería a decir no son tan conocidas…
Andrés Pilar: Durante algunos años anduve con la idea de armar un ensamble grande y fue hacia fines de 2016 cuando sentí más fuerte el deseo, lo encaré. Una de las experiencias motivadoras fueron las clases que vengo dando en las carreras de Música Argentina del Manuel de Falla y de la Universidad de San Martín. En ambos lugares estoy al frente de los Ensambles de Folclore, escribiendo arreglos y haciéndolos sonar cada año con diferentes formaciones y músicos. Me empezaron a dar ganas de armar una formación así, un grupo donde además de hacer arreglos, pudiera tocar el piano y compartir la música con otros, que finalmente es una de las experiencias más lindas de hacer música. El nombre reivindica la figura de mi abuelo en particular, pero de cualquier persona que haya sentido el deseo fuerte de hacer música y por diversas razones no la haya podido realizar. Y un abuelo también es un símbolo de lo que nos es legado. Leda podría ser una figura similar, alguien que dejó un legado de recopilaciones increíbles de músicas de todo el país. Escuchando esos “manantiales” como los llamaba ella fue tan sólo elegir algunas canciones y coplas y arreglarlas para el grupo. Luego hay repertorio de autores contemporáneos y otros que ya no están.

O.C: Teniendo en cuenta que sos parte de varios proyectos. ¿Cómo definirías a Don Olimpio? ¿Qué es lo que tiene que lo diferencia de los demás?
Nadia Larcher: Don Olimpio es un proyecto musical que busca indagar en la belleza y profundidad de obras del cancionero argentino y latinoamericano. ¿De qué manera? A través de una interpretación basada en el trabajo arreglístico que lleva adelante Andrés y en las sonoridades de cada unx de lxs músicxs que integramos el noneto. La riqueza de este equipo es poder encontrarnos adentro de una idea musical aportando nuestra manera de sonar, que es una manera de mirar. Los proyectos que integro son muy distintos en sus objetivos artísticos y eso me permite experimentar y crecer en muchas direcciones. En Don Olimpio este crecimiento se da en el objetivo de conformar un equipo sonoro en el que cada instrumento determina una poética y la comunión, un sonido que destaca la fuerza y hondura de la canción que es lo que más importa.

O.C: Me parece que el disco atrae a públicos que no son «del palo» del folclore. Una virtud que, creo, tiene la copla que por ahí al no tener un dueño, uno se identifica siempre con lo que está recitando. Algo que marca una diferencia con otros trabajos donde por ahí se elijen canciones que son más conocida y nos identificamos más con el autor que con la obra. ¿Ustedes que creen?
Andrés: Puede haber algo de eso, pero pienso que si una persona conecta con la copla es porque esa poesía le resuena en algún lado más allá de si es conocida o no. La letra de “por seguir” por ejemplo, es impactante y resuena mucho en la gente en general, y sin embargo es un tema bastante conocido de uno de los grandes referentes de nuestra música: Raúl Carnota. Luego hay coplas anónimas como las bellísimas “Viditilla” o “Adiós pueblito de Iruya”. La palabra tiene un peso importante en el grupo y la elección del repertorio apunta a una belleza tanto en lo musical como en lo poético.
Nadia: Si. Es cierto que estas coplas han atravesado muchos siglos de olvido y aún hoy nos interpelan a través de su fuerza poética. Esas coplas resistieron y forman parte de nuestra memoria cultural -aún cuando se buscó negarla-. Creo que ese eco, esa resonancia en los cuerpos es una batalla ganada al olvido y la muerte, la dura lucha de una sabiduría que era nuestra y que intentaron quitarnos pero que cada vez que se encuentra con el hombre le recuerda que es su memoria y también su destino.

O.C: Al escuchar esas coplas me surge preguntar cuán necesario es seguir esa herencia que nos dejaron los viejos copleros anónimos y que Leda Valladares supo transmitirnos como ahora lo hace Mariana Carrizo entre otras…
Andrés: No sé si es “necesario”. Simplemente surgió el deseo de difundir estas músicas y poesías, por el simple hecho de que me fascinó el repertorio. Luego, si esa difusión hace bien o es necesaria, es algo que nos excede. Pienso que un trabajo como el de Leda Valladares sí fue más pensado como herramienta de difusión, porque ella lo encaró de esa manera, y es muy valioso lo que llegó a nosotros a través de sus recopilaciones.

Nadia: Si, poder cantar y tocar estas músicas es una consecuencia de ese trabajo, de ese compromiso de Leda Valladares por conservar una memoria. Aunque la difusión de las músicas no sea el objetivo final, si considero que hay un gesto político en hacerlas, en convocarlas al escenario. Cada vez que nos toca presentar estas obras aparecen en la escena conceptos que distan bastante de la idea de un autor o discuten la forma en que hoy escuchamos o transmitimos música. Estas canciones nos hacen pensar de otro modo. Hablan de otro tiempo, de otra manera de hacer y eso discute lo que hoy somos como músicxs. Pareciera ser que estas canciones son más necesarias para nosotrxs que nosotrxs necesarixs para la canción.

O.C: Podríamos decir que sos el creador del ensamble y también el arreglador. ¿Cómo fue la búsqueda de los integrantes y el trabajo del grupo?. Me imagino que debe ser un ardúo, más teniendo en cuenta que son 9 personas…
Andrés: A cada uno de los integrantes los conocía de diferentes lugares, y de cada uno me gustaba su musicalidad y personalidad, entonces fue tan sólo imaginar esa interacción entre los 9 y convocarlos. Por suerte la química grupal funcionó inmediatamente y la música fluyó de entrada. Ensayamos unos meses antes de salir a tocar y luego sostuvimos ese trabajo en el tiempo. Claro que implica un esfuerzo de todos, pero también un gran disfrute por la energía y la música que se va generando.

O.C: ¿Algo que nos puedan adelantar sobre lo que veremos en los shows que darán en Córdoba?
Nadia: Antes que nada, podemos decir que tenemos tantas ganas de ir, tantas ganas de tocar en estas provincias que amamos, que no deseamos otra cosa que todo suene hermoso, suene como lo imaginamos y se viva el ritual, el de la magia de la música en vivo. Nosotrxs desde acá llevaremos todas nuestras canciones de “Dueño no tengo” y sumaremos canciones nuevas con invitados que parten la tierra: Mery Murúa y José Luis Aguirre, dos artistas cordobeses que queremos y admiramos mucho, maestrxs de este tiempo.