Clara Presta y Fede Seimandi editaron su disco conjunto.
Uno puede sumergirse o elevarse a medida que las canciones del disco que acaban de editar Clara Presta y Fede Seimandi avanzan en el reproductor. Sea cual sea la acción, el movimiento posterior consiste en formar parte del viaje que convidan dos de los músicos más virtuosos entre los muchos que habitan la fauna cordobesa. Es un viaje intimista, alejado de velocidades voraces y gestos de ampulosidad innecesaria. Es un fluir, un dejarse llevar.
Clara y Fede se conocen hace tiempo. Y andan juntos desde largo rato. A medida que las actuaciones en conjunto comenzaron a hacerse habituales, los sonidos de algunas composiciones fueron tornándose familiares. Y no sólo en los conciertos en vivo, sino a través de producciones que habían visto la luz vía YouTube y alguna que otra grabación de esas que antes se denominaban «piratas». «La idea de hacer un disco viene desde antes de comenzar con el dúo» cuenta Clara a Otra Canción, con el disco recién salido a la luz. «Siempre tuvimos ganas de hacer la experiencia de grabar músicas propias y de generar un camino extenso de aprendizaje. Ahora que veo los resultados agradezco haber comenzado ese camino, ya que es la forma de crecimiento mas amplia para cualquier músico; la de escuchar«.
Otra Canción: Algunas canciones las conocíamos. “Vino viniendo” por ejemplo. ¿Cómo fueron surgiendo y reuniéndose esas canciones que terminaron en el disco?
Clara Presta: Muchos de los temas fueron compuestos de antes, y en distintas etapas de la vida. Cada uno tuvo un proceso diferente, pero al compartirlos con Federico tomaban un rumbo particular por la sonoridad del dúo, pudiendo explotar al máximo cada instrumento. Es interesante la transformación que fueron atravesando las composiciones a lo largo de los años; como el recorrido de uno en la vida que va atravesando y madurando, lo mismo en la música y en la interpretación de la misma. Ahora estamos en una etapa nueva y comenzamos a hacer composiciones juntos, música de Fede y letra mía, por ejemplo.
O.C: A lo largo de todo el disco se respira una libertad muy latente en las formas que van tomando las sonoridades desde el piano y el contrabajo. Por momento, claro, eso es mucho más notorio. ¿Así aparecen todo el tiempo o hay una especie de trabajo minusioso previo que los hace sonar de esa manera?
C.P: Hay un entendimiento muy particular entre los dos, que hizo que desde un comienzo pudiéramos “conversar” tocando; esto es muy valioso y nos ayudó a hacer una grabación muy espontánea, con improvisaciones y fragmentos de libre interpretación. Claro que hay un mapa al cual seguimos y a partir del cual salimos a recorrer lo que propone cada canción. Y el dúo piano y contrabajo también permite que esto suceda, ya que el piano abarca las armonías y el contrabajo sostiene desde la base; distinto es cuando hay dos instrumentos armónicos por ejemplo, donde es más trabajo complementarse y generar un espacio para cada cual. Debo decir que Federico es un gran abrazo para animarse a saltar, un gran compañero musical.
Las canciones van pasando. Son 11 recorriendo 41 minutos de gloriosa entrega musical. Promediando el disco se comienza a evidenciar un concepto circular en torno al movimiento y los cambios que se producen a partir de estos. Una idea que cruza el concepto lírico de “Casa” que puntual y paradójicamente sí se asemeja a la idea de refugio estático, quieto y seguro. El movimiento está en el cambiante río, en la nube que te va llevando por diferentes estados, en el venir viniendo ya mencionado. «Claro, el movimiento está muy presente en las letras y en la música de estas canciones casi como un componente compositivo más. Lo circular de este movimiento también viene de la mano del estado que propone cada música con cada letra, contando sobre la vida y la muerte, los ciclos, la transición» explica Clara, que no esquiva a la advertencia proferida en torno al título del disco. «La idea de Casa es un refugio que nos contiene y nos permite volver, sí. Casa la música, Casa uno mismo (adentro) y Casa en los abrazos amorosos de los seres queridos. Como cuando jugábamos a la mancha, que nos salvaba estar en “casa”, ja«.
O.C: Hay dos canciones con letra de Guadalupe Gomez, uno de hecho está interpretado por ella («Algo así»). También aparece la voz del Chori (Rodrigo Carazo) por ahí, está Juan Pablo (Theaux). Están los compañeros de ruta. ¿Cómo fue la decisión de invitarlos y cómo se fueron sumando? Es una pregunta que tendría que tener una respuesta simple pero, bueno, también estimo que es un proceso la toma de decisión.
C.P: Es muy significativa la decisión de cada invitado, porque no se trata solamente de que son excelentes músicos y artistas, sino también de que han sido parte de la gestación de las canciones y del proceso humano. Son amigos, compañeros de ruta como dijiste, y personas con las cuales ha sido perfecto encontrarme en el momento justo. Juan Pablo fue profe mío en La Colmena y para un trabajo de sus clases compuse “Quién”; era muy motivador ir a sus clases y mucho más cuando nos hicimos amigos y comenzamos a compartir la música como si charláramos de lo que nos pasa. Con Guada tuvimos un encuentro hermoso que nos llevó directamente a hacer canciones juntas, a pasarle melodías para que ella escriba una letra, y luego salir a tocarlas; una de mis primeras experiencias. Con Rodri estoy agradecidísima porque fue un empujón necesario para salir a hacer, para defender lo que uno es y lo que uno ama. Y con Laicha (saxo) pareciera que nos conocíamos desde antes, cuando tocó lo que tocó sobre el tema Febrero, así como quien respira.
O.C:Hablame de “Haikus”. Uno conoce el formato poético pero no se encuentra muy seguido con artistas llevándolo a la canción. A la vez, este tema tiene un sonido distinto al del resto del disco. Por momentos más denso, por momento más experimental.
C.P: Este tema que siempre lo sentí como un vuelo distinto al resto, terminó siendo una instancia experimental que nos encantó. Esto de la mano de mi compañero, Pablo Granja, con quién tuve el regalo de conocer la música electrónica y el arte del sonido; descubrir que hay colores, combinaciones, estéticas y paisajes sonoros. Pablo se metió en la canción y sumó mucho a las imágenes que dispara este tipo de forma poética. Debo aclarar que gran parte del viaje de esta canción nace con esa poesía, creada por Irene Presta (mi hermana mayor), que despertó en mí un mundo imaginario distinto al resto.
O.C: ¿Qué planes hay de aquí en más con el disco bajo el brazo? Debe ser difícil coordinar con Seimandi.
C.P: Lo más interesante y difícil en realidad es estar dirigido, con los planes y objetivos claros. Un objetivo claro es que la música circule y vuelva de distintas formas como saliendo a tocar, vendiendo los discos, haciendo más canciones y más discos, y así…Repito, hacer más canciones, grabar más discos y ampliar el panorama de sitios donde salir a tocar, otras provincias, otros países. Y por Seimandi no te preocupes. Él tiene algún poder especial. No me refiero solamente a que es un tremendo contrabajista; tiene algún poder especial para poder estar en todos lados a toda hora tocando increíblemente la música que se te ocurra.
*La foto de portada es de Sergio Manes