Seis años después de la haber lanzado su último disco con canciones originales, Los Tipitos volvió a dejar fluir su caudal compositivo para dar vida a Los días por venir, que presentarán oficialmente el próximo 11 de junio en Teatro Broadway porteño.
Producido, por primera vez, por la propia banda en compañis con Tomás Vigo, que también se hizo cargo de la ingeniería, el material se ubica entre lo más destacado de la discografía del grupo. Por su sonido, es uno de los que mejor suena, pero también por un tracklist cargado de melodías contundentes y estribillos con destino de hit, algo que sirvió a la banda para convertirse en una de las más destacadas de la escena rockera autóctona, sobre todo durante la primera década del nuevo siglo.
Luego de trabajar en las nuevas canciones durante el 2020 y el 2021, Los Tpitos se reunieron en el Estudio Eclectic de Villa Urquiza y comenzaron a demear mientras se avanzaba con la producción. Según cuentan, la idea fue grabar un disco netamente de estudio, sin ensayos previos. Todo ahí en el laboratorio, donde las ideas sobre las músicas y las letras se fueron haciendo audibles y concretas. Una nueva forma de trabajar que anteriormente no habían probado.
El resultado es un disco con una identidad original que se corre de lo que comúnmente podría llevar a pensar en “otro disco de Los Tipitos”. A lo largo de las once canciones que componen el trabajo, hay un corrimiento de las referencias históricas al sonido “tradicional” de la banda, aunque algunos de los perfiles sonoros ya habían sido abordados a lo largo de la docena de trabajos que Walter Piancioli, Raúl Ruffino y Federico Bugallo crearon a lo largo de sus más de 25 años de trabajo compartido.
El disco abre con Ex, el corte que sirvió para adelantar el trabajo y se continúa con Chico malo, un rock con sonido de big band con un destacado arreglo de vientos. Hay dos baladas profundas que podrían dividir al trabajo en tres partes. Los últimos movimientos públicos de Los Tipitos aparecen conjugados en el tercer tema del álbum, Asintomático, un tema pandémico (¿cuál no le es, si todos nacieron en esa época de cerrazón mundial?) en el que se mete el aire folklórico expuesto en el disco De mi flor (2019).
La otra se llama Mientras todo siga en pie, otro tema en el que la idea del final se asoma siempre amenzante. Ambas se continúan con las versiones más rockeras del disco, Ya lo verás y Malos vecinos. Dos canciones veloces con guitarras al frente y pulso rítmico que habilita pogo y brazos en alto.
Mientras una tercera balada (Miércoles) es la que anticipa un cierre bien Tipitos (Labios Mercenarios) y la que ofrenda la línea desde donde sale el nombre del LP; entre los destacados asoma Llévame, la canción en la que participa Valen Acevedo (la única voz invitada del disco) y parece tender una puente entre las pistas travoltianas de finales de los setentas y el reino del pop nacional de la última década.
En ese juego, que se aleja de la comodidad de la receta con efectividad probada, se inserta el nuevo material de Los Tipitos. Una vuelta que se corre de lo esperable y da un paso adelante. Si en los discos anteriores las ideas originales parecían haberse agotado y los estrenos tenían pinta de ser excusas para darle tiempo a la inspiración, las más de 40 canciones que sirvieron de base para Los días por venir hacen honor a su nombre y abren un nuevo camino para una banda que sin perder su esencia, decide arriesgarse, barajar, dar de nuevo y renovarse luego de un silencio que, para muchos, pareció demasiado prolongado.