Arnaldo Antunes y su Novo Mundo: entre la distopía, la ternura y la resistencia

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El próximo jueves 2 de octubre, Arnaldo Antunes presentará Novo Mundo en Deseo Club (Av. Chorroarín 1040, CABA), marcando su regreso a los escenarios porteños con una banda eléctrica y un repertorio que recorre su nuevo álbum y clásicos de su trayectoria. El show en Buenos Aires se inscribe en una gira que refleja la potencia crítica y poética del disco, que aparece como un manifiesto contra el desamparo contemporáneo.

En su vigésimo disco solista, Antunes vuelve a encarnar al poeta inquieto que observa el presente con lucidez y contradicción. A los 64 años, tras una gira con los Titãs y una etapa íntima junto al pianista Vitor Araújo, el paulista se reencuentra con el formato de banda y con una sonoridad nerviosa, híbrida, que mezcla rock, MPB, spoken word y electrónica sutil.

Política del algoritmo y poética del caos

La canción que da nombre al disco, compuesta junto al rapero Vandal, abre con una diatriba distópica que retrata un mundo hiperconectado, vigilado y desmemoriado: “Cada vez mais plástico e menos água / cada vez mais casca e menos substância”. Antunes denuncia el avance de la extrema derecha, la crisis climática y la violencia digital, pero lo hace desde una lírica que no renuncia al juego sonoro ni a la ironía: “Bem-vindo ao novo mundo / que vai se desintegrar no próximo segundo”.

En “Tire o Seu Passado da Frente”, el discurso se vuelve más frontal: “Não é porque foi oprimido que vai virar opressor”. La canción interpela al trauma como excusa y propone una ética de la transformación.

En “Tanta Pressa Pra Quê?”, el ritmo acelerado de la vida moderna se vuelve objeto de crítica, con una musicalidad que recuerda al samba-rock y al funk político de los años 70. Pero más allá de la crítica al vértigo cotidiano, la canción plantea una reflexión filosófica sobre la hiperopinión y el colapso del sentido en la era digital. “Todo mundo tem uma opinião o tempo todo”, canta Antunes, señalando cómo la sobreproducción de juicios y discursos vacíos erosiona el diálogo y la escucha. En clave política, el tema interpela la lógica de la inmediatez, la polarización y el narcisismo algorítmico que domina las redes, proponiendo una pausa como gesto de resistencia frente al ruido.

En “Pra Não Falar Mal”, la colaboración con Ana Frango Elétrico despliega una atmósfera lounge y una cadencia de spoken poetry que, lejos de ser mero juego estético, se convierte en una estrategia de resistencia afectiva. La canción celebra lo cotidiano como refugio, pero también como trinchera: en tiempos de polarización y discurso violento, Antunes y Ana proponen una ética del cuidado en el decir. El título mismo —“Para no hablar mal”— funciona como declaración política: elegir el silencio, la pausa o la ternura frente al impulso de la agresión verbal. Desde una lectura filosófica, el tema interpela el lenguaje y su capacidad de construir o destruir vínculos. En un mundo saturado de opiniones, juicios y cancelaciones, la canción sugiere que no decir puede ser más revolucionario que gritar. La voz suave, casi susurrada, se vuelve gesto político: una forma de habitar el lenguaje sin replicar sus violencias.

Historia, memoria y colaboraciones intergeneracionales

Novo Mundo es también un mapa afectivo de la trayectoria de Antunes. Reencuentros con Marisa Monte (“Sou Só”) y David Byrne (“Body Corpo”, “Não Dá Para Ficar Parado Aí na Porta”) evocan momentos clave de los Tribalistas y del diálogo con la world music. La participación de Ana Frango Elétrico y del hijo del artista, Tomé Antunes, señala una voluntad de tender puentes generacionales.

La canción “Viu, Mãe?”, escrita junto al fallecido Erasmo Carlos, es un homenaje a la figura materna y a la ternura como forma de resistencia. En “Acordarei”, la bossa se vuelve introspectiva y luminosa, como si el amor fuera el último refugio ante el colapso.

Antunes, que ha publicado más de 20 libros y ha incursionado en la poesía concreta, el videoarte y la performance, reafirma en este disco su rol como artista de la palabra. “Eu sou o fogo ancestral / o avesso da escuridão”, canta en “Sou Só”, y esa frase podría sintetizar el espíritu del álbum: una búsqueda de luz en medio del ruido, una afirmación de lo humano frente a la desintegración.