Alberto Rojo: «A mí me sigue asombrando todo»

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El músico y físico tucumano, regresa a Córdoba para repasar su discografía en Cocina de Culturas. 

Alberto Rojo

En el ambiente musical casi todos lo saben: además de músico, Alberto Rojo es reconocido por su formación académica como físico. De hecho, actualmente da clases en la Universidad de Okland y tiene publicados más de 80 trabajos, papers que le dicen, en revistas internacionales dedicadas a la materia. En cuanto su carrera como músico, grabó a dúo con Mercedes Sosa y la acompaño en numerosas giras por el mundo. En el 2006 debutó como orquestador en el Teatro Colón de Buenos con su obra «Ní sí ni no» que trabajó a la par de Luis Gurevich. Actualmente muchas de sus obras solistas se usan en varios conservatorios de Argentina y Latinoamérica como material de estudio. Compuso a dúo con Pedro Aznar, Luis Gurevich y Víctor Heredia. Fue invitado a participar del festival guitarras del mundo y creó la primera guitarra decafónica del mundo.

A pocos días de su presentación en Córdoba hablamos con el músico y físico sobre su relación con la música, su admiración por Borges , como llegó a grabar con Charly García y, por supuesto, de la conexión entre la música y la física.

Otra Canción: ¿Qué faceta nació primero de Alberto Rojo: el músico o el físico?Alberto Rojo: Medio que las dos a la vez. Mis padres me expusieron a la ciencia y al arte desde muy temprano y me enamoré de los dos. Empecé con piano de muy niño y de adolescente con la guitarra, medio al mismo tiempo en que me empezó a interesar la física.

O.C: A lo largo de la vida, a veces, uno tiene que optar entre dos profesiones. Vos hacés convivir las dos. ¿Cómo se hace?
A.R: En lo logístico es, a la vez, desafiante. A veces un poco complicado. Pero me resulta apasionante, no solo tener estas dos profesiones sino aplicar metodologías análogas y encontrar puntos de contacto entre una y la otra que acepto el desafío.

O.C: Creo que si bien tenes dos profesiones el corazón debe tirar para un lado… ¿Se siente más músico o físico hoy?
A.R: No lo se. Depende de a qué hora del día me lo preguntes. Es que en realidad yo no me considero una cosa o la otra. Me considero una persona que le interesa mucho algo que tiene puntos de contacto con la física y con la música. La división entre una y la otra es artificial , útil por supuesto, pero artificial. El universo no se organiza como las universidades.

O.C: ¿En qué punto se unen la física y la actividad musical?
A.R: Parece más difícil de lo que es: hay mucha estética en la ciencia y mucho rigor en el arte.  Si uno hace ciencia con compromiso profundo, preguntándose cosas todo el día, asombrándose de que el mundo sea como es, en el fondo está siguiendo el pensamiento de un poeta, de un artista.

O.C: Vamos hacerla más compleja. También sos amante de la literatura sobre todo de Borges. Cruzame las tres carreras.
A.R:
Mirá, yo soy un curioso constante y pienso a esas tres “carreras” como una sola, como una manera de ver las cosas, una especie de triple frontera donde no sabés en qué país estás. Por fortuna, o por desgracia porque a veces ser un especialista tiene sus ventajas, tengo pasaporte en las tres. Si leés a los grandes científicos ves que tenían un sentido de la belleza en la ciencia, o en la física que es lo que más exploro, muy parecida a la que tienen muchos escritores. Y tienen párrafos, pienso en Galileo, en Feynman, en Newton, en Einstein, con profundo lirismo. Y, a la vez, Borges tiene textos con gran precisión, con ideas que pueden ser ideas científicas. Aaunque el diga que no sabe nada de ciencia.

O.C: Muchos sostienen que el arte es más emocional, mientras que la ciencia va más por el lado de la razón. Es decir la música se siente, aunque a veces no la entendamos siempre sentimos algo, mientras que la ciencia es racionalidad pura. ¿Qué pensas?
A.R: No adhiero a esa visión. Hay muchas subjetividad en la ciencia. Hay muchas instancias en la historia de la física, por ejemplo, donde el avance se hace persiguiendo un horizonte estético. La búsqueda de la simetría, la elegancia, la belleza de una teoría más que la explicación de un experimento que no se entendía. En muchos casos, la búsqueda de la verdad es la búsqueda de la belleza, y la sensación de belleza es más “emocional” que racional. Todo lo así llamado racional está impregnado de emociones. Lo que quizás nos engañe es que la física usa un lenguaje matemático, que puede resultar rígido, y no por eso menos bello, y que el “libro del mundo” esté escrito en ese lenguaje. Pero la emoción que produce entender algo, la dicha de entender como dice Borges, es mayor, o equiparable que la de pensar y la de sentir.

 

O.C: Me imagino la vida de un cinetífico muy parecida a la vida de un músico. Un poco cerrado en si mismo, en lo que está estudiando y tratando de descubrir algo nuevo. A algunos músicos los veo disfrutando de la soledad, o por lo menos con la necesidad de estar solo un momento, en comunión con uno mismo.. ¿Cómo es la vida en general del músico y científico Alberto Rojo?
A.R: Y… tiene mucho de lo que decís. Del trabajo solitario, de la reflexión, de la búsqueda, de tratar de resolver problemas y encontrar algo nuevo. La creatividad, el acto creativo, es la resolución de un problema. De nuevo, ahí hay un punto común ente la física y la música. Me levanto a la mañana, me hago un mate, y pienso y toco. Claro que también  disfruto mucho, muchísimo, de hablar con amigos, con colegas, tirar ideas, cranear cosas entre varios, tocar en grupo. Pero cuando tengo que pensar algo, ya sea un teorema o uno motivo musical que ando buscando, cierro la puerta y trabajo solo. A veces varias horas seguidas.

O.C: A lo largo de tu carrera trabajaste con Mercedes Sosa, Víctor Heredía, Pedro Aznar…pero el que más me llama la atención en Charly García porque no es de grabar con muchos artistas y menos de otro palo, de hecho creo que grabó con Mercedes, Peteco y no sé si alguno más ligados al folclore. ¿Cómo fue esa experiencia?
A.R:
Uf, extraordinaria. Todo gracias a Maricel López (un ser extraordinario que era mi manager en esos días y  que había trabajado con Charly) y a Pedro Aznar, que por supuesto lo conoce muy bien. Pedro estaba produciendo mi disco y se nos ocurrió invitarlo, Te imaginas, yo por mi cuenta jamás lo hubiera encarado. Pero Pedro le explicó el estilo del disco, y que yo tenía formación de guitarra clásica. Charly propuso «Desarma y Sangra» y luego, para mi deleite infinito, Charly vino al estudio, me trató como a un par, hicimos unas cuantas tomas en vivo bajo las instrucciones de Pedro y salió lo que salió, una versión acústica, con un piano hermoso de Charly. Lo cuento, lo recuerdo y casi no creo que lo viví,

O.C: Estuviste de gira con Mercedes Sosa ¿Qué recuerdos tenes de ella? ¿Tuviste relación hasta los últimos días de vida?
A.R: Si, eso fue extraordinario también. Toqué con ella en Chicago, en Nueva York, y en varias ciudades de Europa. Tengo recuerdos hermosos de largas conversaciones con ella en el cuarto donde ella veía tele, en su departamento de Carlos Pellegrini. Era súper inteligente, con una percepción sobrehumana. Estoy tan agradecido del aliento que me daba, de su insistencia de que componga más.  Y recuerdo (yo estaba en Michigan) su último llamado. Yo, quizás en mi negación, no me daba cuenta de que era su despedida. Y me dijo «Albertito sos un gran artista».

O.C: Me voy un ratito de la música. Existen muchos científicos que hablan de la relación entre Borges y la ciencia. ¿ De dónde surge esa fascinación de los científicos?
A.R: Borges es el escritor que mejor combina el lirismo con la precisión y ahí está parte de la clave. El mundo es sutil y complejo, y por más científico que seas, mucha de esa sutileza y esa complejidad es inexpresable en palabras. A veces la matemática ayuda, pero no del todo. Pero en las palabras de nuestros idiomas es, como digo, inexpresable. Y el poeta es el que se acerca más a expresar lo inexpresable. Y Borges es en mi opinión el que más se aproxima a ese fin inalcanzable. Quizás por eso es que lo citamos tanto.

O.C: Escribiste un libro de Borges y su conexión con la física. Tengo entendido  que vos mismo le explicaste a él esa relación. ¿Qué dijo Borges?
A.R: Te aclaro que no es mi teoría. Es una teoría del físico Hugh Everett III que tiene ideas anticipadas por físicos.  En un encuentro circunstancial que tuve con Borges una mañana de julio de 1985, le comenté que muchos físicos lo citaban. Y él me dio una respuesta que yo la sigo repitiendo (te imaginás, me lo dijo Borges cuando yo era estudiante) : «¡No me diga! Fíjese qué curioso, porque lo único que yo sé de física viene de mi padre, que me enseñó cómo funcionaba el barómetro«. Lo dijo moviendo las manos como si dibujara el barómetro en el aire. Y luego agregó: «¡Qué imaginativos son los físicos!«.

O.C: Si hablamos de Borges no puedo dejar de preguntarte como surgió la canción que Bonito que tengo entendido que surgió un poco de tu pasión por Borges…
A.R: Si, claro.  La canción surge de una frase que Borges tiró en una conferencia en la Escuela Freudiana en Buenos Aires «Que el lector sienta que está en un mundo muy extraño, que él mismo es muy extraño, que el hecho de vivir es rarísimo, que el hecho de que haya tres dimensiones es raro, que el fuego y el tiempo son rarísimos. Si un poeta consigue eso, ha conseguido todo». Mi canción es una versión pedestre de esa intención de comunicar asombro por cómo es el mundo

O.C: Cantas al asombro al encontrar cosas nuevas. Algunos sostienen que vivimos en un mundo donde la tecnología y la vorágine de la ciudad está dejando de lado la posibilidad de asombro… ¿Vos qué pensas  y qué cosas te asombran en la actualidad?
A.R: A mí me sigue asombrando todo. No hay hecho del día que no sea extraño y milagroso. Quizás si uno piensa en metas y objetivos puede olvidarse del asombro, pero si uno piensa la vida como un camino hecho de pesentes, cada momento es asombroso.

O.C: Hablábamos de que Borges hace convivir la ciencia y literatura. ¿Existen algún otro autor donde hayas encontrado una convivencia entre las dos ramas? ¿En la música pasa lo mismo, pudiste identificar algún caso?
A.R: No en la medida de Borges. Hay cosas en Paul Valéry, en John Donne, en Whitman. Quizás Poe o Lewis Carroll o Swift sean sus pares en ese sentido. Pero yo algo más encuentro en Borges. En la música yo creo que el análogo a Borges es Bach, por esa combinación de lirismo intenso y a la vez esa construcción rigurosa, esa ingeniería de precisión que tienen sus composiciones.

O.C: Pensando un poco como escritor y como músico que opinión tenes sobre los derechos de autor y esa idea de que tienen los músicos de regalar su música y hasta en algunos casos hasta las partituras..
A.R: Bueno, yo lo hago. Pero por otro lado es un trabajo y está bien cobrar por los derechos. Dicho esto, estoy convencido de que el logro máximo de un músico, al menos de un escritor de canciones como yo, es que tu canción se convierta en un anónimo.

O.C: «Ni sí, ni yo» es una canción que está basada en el método poético de los japoneses, el Haiku ¿Podrías explicar en qué consiste?
A.R: El Haiku es una métrica de 5-7-5 sílabas. A mí me gusta mucho. Según los japoneses tiene que tener un sentido de naturaleza. Eso también me gusta. Basho es el escritor japonés más famoso por sus haikus. Y vi que usaba 5 – 7 -5 símbolos. Y medio como un juego decidió escribir haikus usando solo monosílabos. Y me gustó el resultado. La seguidilla es una métrica española parecida de 7-5-7-5 (Ejemplo: A Sevilla caminan/Dos peregrinos/A que los case el Papa/Porque son primos).  En japonés, el tanka es parecido a la seguidilla, en lugar de 7-5-7-5 es de 5-7-5-7-7. Borges tiene unos tankas hermosos. Mirá este: Bajo la luna/el tigre de oro y sombra/mira sus garras./No sabe que en el alba/ han destrozado un hombre.

O.C: Para terminar… ¿Algo que nos puedas adelantar del show en cocina?
A.R:
Bueno, voy a tocar repertorio de mis tres discos. Y, de algún modo, a ponerle música a lo que te dije en esta entrevista.

El músico y físico tucumano Alberto Rojo regresa a Cocina de Culturas el día sábado 26 dde Agosto a las 22:00hs para para recorrer parte de sus tres discos editados hasta hoy: «De Visita», «Para mi sombra» y «Tangentes». En está ocasión lo acompañará el percusionista Horacio Cacoliris.