Desde el Domingo otracancion.com.ar pondrá a dispocisión de sus usuarios un nuevo podscast. Enterate de qué se trata.
El Rock Argentino es el movimiento folklórico de la música popular argentina más joven y moderno de la historia. Nacido en épocas en las que el tango y la música de fusión tradicional sufrían una crisis de representatividad entre las nuevas generaciones, el Movimiento Rock Argentino supo surgir tomando lo más importante de las tradiciones locales para darle impulso a los sonidos que, en todo el mundo comenzaban a marcar la revolución estética de los jóvenes que se abrían a ocupar su lugar en el mundo.
Aquellos eran los complejos años de la postguerra y la Guerra Fría alrededor del globo. Eran años agitados, de persecusioes, proscripción de derechos y dictadura permanentes, en nuestro país. En esos contextos surgieron los pelos largos, los hippies, los intelectuales del anti-intelectualismo, las naufragos que, entre tantas otras, cosas dieron origen al movimiento. Un movimiento que englobaba, a través de la música y la poesía, todo un universo más amplio que tenía que ver más con una apuesta filosófica que con una simple elección estética.
Los acercamientos argentinos al rock pueden rastrearse desde diferentes ópticas y diferentes momentos. En la prehistoria del género, cuando Bill Haley y Elvis Presley invadieron el universo con sus ritmos frenéticos y sus bailes cargados de sexualidad, la Argentina tuvo sus imitadores locales. Eddie Pequenino se había alejado del jazz y llamó a su banda Mr. Roll y sus Rocks y, un poco más acá en el tiempo, un tipo llamado que decía llamarse Sandro voló cabezas y cinturas de señoritas y caballeros al frente de su banda Los de Fuego. Eran tiempo de primeros acercamientos. Con los Beatles y la revolución sonora venida desde Gran Bretaña, todo tomó otro color. La denominada música beat invadió el mundo, principalmente con imitadores de los ingleses promocionados por sellos discográficos que empezaron a ver (en el estilo y en los jóvenes) un nicho de mercado por explotar. A mediados de los 60 en la Argentina, una banda surgida en Rosario logró grabar un disco con versiones castellanas de algunos clásicos y con composiciones propias. El disco de Los Gatos Salvajes era la conquista del idioma, por sobre las imposiciones de la mera imitación. Faltaba algo. Y eso llegó unos años más tarde.
El consenso mayoritario de los historiadores del género señala como nacimiento oficial del Movimiento Rock Argentino el año 1966. Más precisamente, el 2 de Junio. Ese día, salió a la venta el primer y único simple de Los Beatniks, la banda liderada por Moris y por Pajarito Zaguri (por la que también pasaron Javier Martinez, Antonio Pérez Estévez y Jorge Navarro). El trabajó contenía la canción «Rebelde», un manifiesto de época que era el primer gran himno de los primeros roqueros argentinos que estaban pariendo el movimientos desde Plaza Francia, La Cueva, el bar La Perla, Villa Gesell y la calle Corrientes. Después vino todo lo demás, el primer éxito comercial con La Balsa, la resistencia a la dictadura, la explosión democrática, la masividad, el copamiento de la industria y todo lo que, algunos más otros menos, ya conocemos.
El año que viene, el Rock Argentino cumplirá 50 años de historia y desde otracancion.com.ar decidimos festejarlo desandando el camino de aquellas canciones que fueron marcando, a través de los años, hitos fundamentales para entender el movimiento. 500 canciones pueden parecer un montón, pero sepan que son muy pocas. Fue necesaria la escucha atenta y la arbitrariedad fina. Esa que obliga ser tan ecuánime como sea posible. A lo largo de todo el 2015, estaremos celebrando al Rock Argentino volviendo a hacer sonar sus canciones a tarvés de dos entregas semanales de microprogramas en formato podscast que servirán para ir caminando hacía el festejo definitivos del medio siglo de vida del género más jóven del folklore de nuestro país.
500 CANCIONES HACIA LOS 50 AÑOS DEL ROCK ARGENTINO
Miércoles y Domingos disponible en otracancion.com.ar
Idea, realización y conducción: César Pucheta y Gonzalo Puig
Locución artística: Gabriela Estofán