Ezequiel Borra: «La música como punta de lanza»

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El músico presenta las canciones de su disco «Lo peor» en Córdoba. 

Con quince años en el camino y cuatro discos editados, Ezequiel Borra se convirtió en uno de los cancionistas más elogiados desde la última parte del 2015 a esta parte. Tras girar por Perú, México y Costa Rica, con las canciones de su disco «Lo peor», Borra llegará a Córdoba a presentar el concierto “Borralopeor con amigos” a partir del cual cruzará alguna de las partes más celebradas de su repertorio con músicos locales con los que se encontrará el próximo sábado en El Vecindario (M.T.Alvear 835). Antes de su llegada, repasamos con él lo sucedido en torno su tiempo y su obra durante los últimos 10 meses.

Otra Canción: «Lo peor» ha sido un disco que, estimo, te trajo muchas satisfacciones. El disco ya tiene casi un año rodando. ¿Podés hacer un balance de eso?
Ezequiel Borra: Creo que por primera vez me acerqué con el disco a lo que pasa en vivo, donde la transmisión es directa y, sobre todo cuando toco solo, muy cruda, la canción más pura, sin sofismas. En mis discos anteriores, sobre todo en los tres primeros, aparece el laborarorio de sonidos, capas, trasfondos. Aquí, aunque también los hay, procuré presentar la canción de una manera más acertiva, sencilla si se quiere, tanto desde la composición como desde la grabación y producción, y hasta ahora siento que esa dirección que le di está volviendo desde la recepción de la gente. Está dándose una comunión mayor a partir de este repertorio. Primero lo sentí adentro mío, ahora lo puedo trasmitir más y lo siento con la gente que se acerca en cada concierto, compartiendo.

O.C: ¿Te acordás cómo surgieron las iniciativas de grabar con los artistas con los que grabaste en ese disco?
E.B: En general me pasa que empiezo a escuchar a alguien específico adentro de la canción, que sería perfecto que aparezca, intuyendo que le quedaría bien el tema y que es el personaje para esa letra, sobre todo con las voces invitadas, como Liliana Herrero o Leo Masliah. Pero también con los toques, los cueros, los instrumentos invitados. Es como que la canción los sugiere, y si después se da el encuentro, ese color expande e ilumina la canción. En este disco hay una banda sólida y un ecosistema de amigos musicazos invitados. Luego los coros del taller de música del frente de artistas del Borda, del hogar Padre Mugica de la Villa 31 y de la escuela primaria, surgen con la intención de generar a través de la música un encuentro con lo marginal, que muchas veces evadimos, y sanarlo al menos simbólicamente.

O.C: ¿Pensas que se pone demasiada atención sobre los internos del borda o sobre la villa 31 a la hora de analizar el disco? ¿Te jode eso? ¿O es efectivamente los que buscabas al hacerlo?
E.B: Ni una cosa ni la otra, entiendo que me pregunten acerca de eso porque es algo inusual. Intenté hacer una campaña colaborativa alrededor de estos coros pero no funcionó bien. Igualmente creo que es sólo el comienzo de algo que ojalá pueda desarrollar mejor con el tiempo. Tiene que ver con usar la música como punta de lanza de algunas movidas sociales que puedan volverse útiles, que puedan alguna vez ayudar a alguien concretamente. Hasta ahora mi experiencia personal fue más significativa que lo que siento que pude «devolver» a todas estas voces generosas que cantaron en el disco. Me siento agradecido y en deuda.

O.C: ¿En qué lugar andan tus canciones por estas horas? ¿Estas componiendo?
E.B: Estoy componiendo, sí. Trabajando poco a poco sobre canciones nuevas o inconclusas, arrimándolas, estudiando por primera vez un poco más en serio algunos de nuestros ritmos folclóricos, y mientras terminando un disco inédito del pasado, de data más bien rock. Trayéndolo al presente, digamos.

O.C: ¿Cómo anda el Borra productor?
E.B: Copado, asumiendo desafíos. Además de lo mío, estamos en pleno disco nuevo de Sofia Viola, quizá esté trabajando desde ese rol algunas canciones nuevas de Perotá Chingó, y aportando a la gestación de otros discos varios.


O.C: Hace poco que descubriste el público cordobés. ¿Qué impresión tenes al respecto?

E.B: Me encanta venir acá. Me hice amistades preciosas que espero saber cultivar, y esa buena conexión que tengo con estos pagos aparece también con la gente que viene a los conciertos. Del público siempre estoy enamorado, porque ellos arrancan poniendo: van hasta el lugar, pagan la entrada, se sientan en sus butacas o sus mesas… es un lujo poder cantarles, intento cruzar el río de cada canción agradeciendo la posibilidad del encuentro, y esa energía vuelve. Nos reflejamos mutuamente y entre todos construimos cada noche.

O.C: Bueno, estuviste con Gonza hace apenas unos días?
E.B: Así es. Gonza es un nuevo viejo amigo. Luminoso plateado. Me recibió en su casa. Cantamos y compartimos bastante en poco tiempo. Estoy justamente en estos días descubriendo su música y ya me fanatisé con estos nuevos videos que subió hace poquito. La banda que tiene es un dream team. No puede ser lo que tocan estos monos! Y con un gusto, a mi criterio exquisito. Lo asocio con algunos vuelos profundos de Spinetta Jade refrescados a hoy. Me parte la cabeza.

E.B: ¿Con qué nos encontramos el sábado?
E.B: El disco se llama «Lo peor». El concierto se llama «Borra lo peor con amigos». Van a venir los capos aliados: Gonza Sanchez, Rodrigo Carazo, Vivi Pozzebón, Lucas Heredia y Paola Bernal. Será una especie de exorcismo de canciones. Es un repertorio que a través del humor, describiendo el enajenamiento o la ausencia cotidiana del hombre urbano, tiene intenciones alquímicas. Las canciones del sonámbulo que quiere despertarse, borrar lo peor, volver al presente.

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