Recordando su expresión

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El estreno del film documental de Sergio «Cucho» Constantino revitalizó la presencia mediática de la figura de Federico Moura. Otra Canción encara entonces otro de sus recorridos arbitrarios, esta vez, por las canciones emblemáticas de Federico y de una de las bandas más importantes de la historia de la música argentina, Virus.

«Wadu Wadu» (1981)

Este tema fue el que le dió nombre al primer disco de Virus. La musicalidad, la lírica y la estética que la banda proyectaba desde los escenarios, las imágenes y los discursos marcaba una ruptura explícita con lo que en aquellos años expresaba la música nacional. La banda original estaba integrada por los tres hermanos Moura (Federico, Julio y Marcelo), Enrique Muguetti, Ricardo Serra y Mario Serra. Muchas de las letras de aquellos primeros años estuvieron trabajadas en conjunto con Roberto Jacobi y gran parte de la apuesta escénica del grupo trabajada a la par de Jean Francois Casanovas.

 

«El Rock, mi forma de ser» (1981)

Marabunta y Las Violetas eran las dos bandas de City Bell que se fusionaron para darle origen a lo que luego conocimos como Virus. En un primer momento utilizaron el nombre «Duro». Allí no estaba Federico y la cantante era Laura Gallegos, cuando Federico comenzó a cantar, a comienzos de 1981, la banda tomó su denominación definitiva.

 

«El banquete» (1982)

«Recrudece» es, posiblemente, el disco menos recordado de la trayectoria de los Virus. El sonido se solidificó con respecto al primer trabajo y las líricas ocuparon un lugar central. Marcado por la ironía de sus historias y una participación casi total de Roberto Jacobi en su composición.

 

«Agujero interior» (1983)

Tal vez por enmarcado en la explosión que significó el regreso a la democracia, el tercer disco de Virus es el que lo haría conquistar la masividad, allá por 1983. Estuvo producido por los hermanos Danny y Michel Peyronel (que por aquellos años, casi paradójicamente, eran centrales en el trabajo de Riff).

 

«Ellos nos han separado» (1983)

En «Agujero interior» Federico Moura (en compañia de Roberto Jacobi) hace explícita la historia familia Moura y la dictadura. El mayor de sus hermanos, Jorge, es uno de los tantos nombres que engrosa la lista de desaparecidos en nuestro país. Jorge era transportista y estaba casado con Perla Diez, tenía una hija que había nacido durante el cautiverio de la madre y fue secuestrado de su domicilio en City Bell.

 

«¿Qué hago en Manila?» (1983)

Esta balada fue uno de los grandes éxitos de «Agujero interior». Compuesta por Julio y Federico Moura, tuvo una edición especial para el mercado español que incluyó una versión particular para aquel país en la reedición puesta a la venta en formato de discos compactos.

 

«Me puedo programar» (1984) 

Hacia 1984, todo en Virus era crecimiento y maduración. «Relax» era un disco maduro que incluye un par de cambios importantes en torno al funcionamiento y al sonido de la banda. El más notable tuvo que ver con la partida de Ricardo Serra. El grupo perdió una guitarra y, entonces, los teclados comenzaron a tener un protagonismo mucho más notable en las bases compositivas del grupo. Otro cambio, tuvo que ver con la ausencia de Roberto Jacobi en la composición, lo acrecentó la impronta de Federico en el funcionamiento de la banda.

 

«Amor descartable» (1984)

«Relax» llegó a vender más de 40.000 copias solamente en Argentina. A la vez que fue el primero de los discos de Virus en editarse en otros países del continente. Comenzó, así, una historia que convertiría al grupo en uno de las formaciones paradigmáticas del género en toda América Latina.

 

«Tomo lo que encuentro» (1985)

Si «Relax» había sido un disco maduro y exitoso; «Locura» significó la explosión definitiva de Virus en toda América Latina. La banda lo presentño a lo largo y a lo ancho del continente y las ventas superaron las 300 mil copias.  Es considerado uno de los trabajos más importantes de la historia del rock en la Argentina.

 

«Pronta entrega» (1985)

«Locura» fue grabado en Nueva York y estaba plagado de éxitos. La masividad alcanzada por el grupo generó que la proyección y el interés de los seguidores en conocer el sonido del grupo en acción fuese observado por la banda y los productores que derivaron en la posterior edición de dos discos vivo y un primer «Grandes éxitos» oficial que aparecieron en 1986 y 1987, respectivamente.

 

«Una luna de miel en la mano» (1985) 

«Locura» es el disco preferido de Federico, que además lo considera «el más sensual de todos». Una de las canciones emblemáticas de la banda y del disco, tiene precisamente, esa característica. «Una luna de miel en la mano» hace referencia a la masturbación, para algunos de manera explícita, para otros con el uso de sugestivas metáforas. La discusión siempre aparece pero no interfiere en la factura de una gran canción. Tal vez, una de las más logradas del disco y de la historia de la banda.

 

«Superficies de placer» (1987)

El sexto disco en estudio de la banda iba a ser el último con Federico. El material fue grabado en Río de Janeiro y mezclado en New York entre abril y agosto de 1987. En medio del trabajo en torno a «Superficies de placer», el líder de la banda recibió la noticia con respecto a enfermedad (era portador de HIV) lo que hizo que la parte final de un trabajo relajado y distendido adquiriera ribetes con perspectivas diametralmente opuestas. De todas formas, el disco confirma la fortaleza y flexibilidad compositiva y estética de un Virus cada vez exitoso.

 

«Mirada Speed» (1987)

La enfermedad de Federico impidió que el disco pueda ser presentado como la banda lo había pensado alrededor del continente. La última presentación de la banda con Federico en el micrófono fue con motivo de la presentación de este disco en el Teatro Fénix, del barrio porteño de Flores. Federico Moura murió el 21 de diciembre de 1988.