El temporal porteño agarró a Gabo Ferro -como a muchos desprevenidos- y el cantautor desato su furia en facebook.
El cancionista Gabo Ferro fue uno de los muchos daminificados que el temporal tomo desprevenido. Pero el no estaba en Brasil, como el Jede de Gobierno porteño, sino que lo sufrió en carne propia. Su casa fue golpeada, como muchas por el agua. Agua Zarpada. Y por la tarde noche de ayer, describió en facebook el triste panorama.
«La colección de discos de Gardel de mi viejo flotando entre los míos y los de mis amigos. La casa levantada sobre una correntada. Entre la somnolencia de la madrugada, el asombro y la impotencia. Sacar el agua y tragar saliva. Seis horas sacando agua. En su casa, mi vieja eligiendo entre sus cosas guardadas durante 79 años que tirar y que secar para salvar. Una vecina triste como un fantasma pues el agua le arrebató una foto; lo único que le quedaba de su hijo. Otros vecinos sin muebles, sin heladeras, sin remedios. Todos se atienden como pueden. Pienso en estos gestos frente a las seis víctimas fallecidas – de los cuales el jefe de gobierno no quiere emitir palabra, se corre hacia atrás y pone a Crescenti a hablar – los evacuados y la gente que se quedó sin casa y todo duele de todas formas. Por Mataderos, mi barrio, no se atienden nunca los sumideros, ni los desagües, ni las cámaras, ni las bocas de tormenta. Rejas en los parques, policía metropolitana, balas en la Alberdi, metrobus, bolsas negras… la tragedia es climática; la comedia es tuya Mauricio Macri.»
En el 2010 Ferro cantaba canciones compuestas por el escritor Pablo Ramos, y una de ellas -paradojicamente- se llama Agua Zarpada. En las primeras estrofas pinta lo que ayer vivieron los porteños.
«Se vino fuerte zarpada el agua
a esta tierra mía
que había ganado
paleando al río
en cien noches de fríome está dejando como un chiquero
esta casita mía
que tambalea
que se resiste
no sé por cuánto tiempo…»
Y justo cuando la furia -y las curiosidades del destino- me hacian encontrarme con los pensamientos y sentimientos de Ferro, comence a preguntarme qué hubiera pasado si Córdoba, esta ciudad sin mar, hubiera sentido un temporal así. Y creo que en ese momento decidí irme a dormir.
Se vino fuerte zarpada el agua y esa agua es botón de muestra de un modelo de país. Así como pensamos los desagues, también pensamos la cultura. Se vino fuerte zarpada el agua y como canta Ferro: «la mitad de mis cosas flotan / en lo marrón del agua / las cacerolas / las cucarachas / y las promesas vanas»