Crónicas de Otra Canción desde la capital nacional del folklore.
El festival de Cosquín ya lleva 3 lunas, pero el equipo de Otra Canción está instalado en la ciudad hace 4 días, circulando por una ciudad que se viste de fiesta cada enero para recibir músicos de todo el país. “Uno viene a Cosquín sabiendo que va a pasar siempre lo mismo, pero esperando siempre sorprenderse. Muchas veces las sorpresas no están dentro del festival puntualmente, sino en las peñas y en las calles”, nos contaba el periodista Santiago Giordano (La Voz del Interior, Nacional Folklorica). Y eso es sinceramente una observación certera sobre un festival que parece ajeno a los nuevos tiempos, a las canciones hermosas y a una perspectiva de futuro. Dentro de la plaza Próspero Molina, uno sabe que no va a haber mucha sorpresa, ni mucha cosa nueva. Todo pasa en las calles y en las peñas (en algunas, otras siguen el ritmo conservador del festival).
La peña el Sol del Sur, es un lugar de encuentro que traslada el espíritu del encuentro de San Antonio, por ejemplo. Un lugar que blanquea lo que los músicos muchas veces viven detrás del escenario, eso de juntarse y zapar un rato, sin stage manager apurando para el armado o corridas de horario. Rodrigo Carazo, La Viajerita, Pao Bernal, Clara Cantore, Maru Chamella y Armando Flores circulan por esa peña y por la ciuduad regalando su musica. El río también tiene su escenario y en unos días entre otros tocará Raly Barrionuevo.
Dentro de las pocas cosas destacables que tuvo el festival, vale la pena destacar el tremendo show de Bruno Arias. Pese a quien le pese, la consagración del Cosquín pasado, dio un show increíble que contó con bailarines y músicos extra que el cantautor recluto en su Jujuy natal. “Todo a pulmón logramos que esto suceda, vendimos comida, hicimos peñas y pedimos dinero a algunos municipios jujeños, para posibilitar la llegada de estos cumpas al escenario del festival”, contaba Bruno. Mariana Carrizo fue otros de los puntos fuertes en el festival, llevando al escenario Atahualpa Yupanqui la ceremonia de El Topamiento, que llevo a escena a más de 100 copleros generando un encuentro del canto ancestral de la Copla, con miembros de las provincias que llevan este acervo cultural: Salta, Jujuy, Tucumán, Santiago del Estero, Catamarca, Chaco, Formosa y La Rioja. Obviamente, Peteco Carabajal, fue de lo más destacable del festival hasta el momento, aún teniendo que esperar para verlo hasta las 6 de la mañana del lunes.
Muchos puntos flacos ha tenido el festival. Artistas que con contrato firmado para ser televisados fueron privados de ese posibilidad, por ejemplo, La Yunta e Inti Huayra -quienes estan estrenando su cuarto disco, “4 cuerdos”-. Es una locura que un festival programe más de 30 números por día, como este Cosquín, que al promediar la madrugada se convierte en una picadora de carne. Emiliano Zerbini, la Bruja Salguero, el mismo Peteco Carabajal, por mencionar algunos números interesantes, subieron al escenario al alba, incluso sus tiempos fueron recortados. Una torpeza de los programadores. Y en el medio decenas de músicos, intrascendentes por convocatoria y por lo que dejan artísticamente.
Lo interesante realmente sigue estando en otros lugares, aquí en Cosquín. Hace 10 días María Paula Godoy, una muchacha tucumana que vivió 20 años en San Pablo, y que mixtura zambas y sambas esta tocando en las peñas coscoínas. El año pasado hizo lo mismo y a fuerza de aplausos, es uno de los pocos casos que por perseverancia, talento y presencia escénica se ganó un espacio genuino este año para tocar en el festival este martes. Esperemos le den un horario decente, a una de las más importantes apariciones emergentes del folklore.