Semanas antes de su show en Mendoza, Solari se dirigió a quienes asistirán a ese encuentro.
Sabemos que Carlos Solari es un hombre particularmente meticuloso. Celoso de las formas y los conceptos que, a través de ellas, intenta expresar. Para referirse a eso no es necesario centrarse solamente a las canciones y el puñado de connotaciones que desde ella dispara, porque el «Indio» supo construir su mito más allá de esas letras.
Renegado de la cultura de la compra-venta, él supo transformarse en su mejor producto. Y uno de los puntos que siempre consideró central es la forma en que su voz repercute por fuera de las incógnitas de sus fraseos musicales. Saldada ya (o masomenos, o casi nada) la discusión en torno a su relación con la prensa, Solari busca la forma de comunicarse con su gente. Es que a veces, lo necesita. Y, si el afán de no traicionarse continúa como posibilidad en el libreto de su vida, y la escenificación de lanzar mensajes desde su celular también parece quedar relegada, ya no puede llamar a ese grupo de periodistas amigos que lo llevaban a las tapas de cada espacio roquero existente cada vez que a él le hacía falta convertirse en un producto «comerciable» (sin dobles lecturas).
El nuevo vehículo tiene que ver, también, con los nuevos tiempos. En los que los papeles y los formatos físicos parecen quedar en segundo plano. La última elección de Solari se concentra alrededor de un grupo de seguidores, cultores de la página web «Redonditos de abajo». Desde allí se anuncian sus fechas e informaciones, que luego los demás medios repetimos y puenteamos para el lado de los interesados alejados de la devoción.
Todo esto surge a partir de la información que señala que el «Indio» Solari (en una especie de tweet por encargo) dirigió un pequeño mensaje a quienes asistirán al recital del próximo 14 de Septiembre. Nada nuevo, sin gradilocuencias esta vez, casi una obviedad, que sirve (¿alguién se atreve a negarlo?) solamente para aumentar la expectativa pública en torno a su nuevo espectáculo.
EL MENSAJE:
«Parece que seremos muchos esta vez. Cuidemos la ciudad anfitriona respetando a los lugareños y manteniendola limpia. Estos comportamientos ayudarán a ser bienvenidos en futuros lugares de reunión»