Noelia Sinkunas es una de las pianistas y compositoras más singulares de la escena actual. Nacida en Berisso, su obra transita entre el tango, el chamamé y la música popular argentina, con una impronta que desafía los límites entre tradición y vanguardia. Su cuarto disco solista, Unión y Perseverancia, confirma esa búsqueda: una obra que mezcla géneros, improvisación y colaboraciones con artistas como Ricardo Mollo, Mocchi, Daniela Herrero y Leo García.
Luego de una gira por Europa, Sinkunas llega a Córdoba para presentar Unión y Perseverancia en vivo el domingo 21 de septiembre en Puerta 276, junto a su cuarteto de piano, bandoneón, violín y contrabajo.
En esta entrevista con Otra Canción, habla sobre sus cruces musicales, la dimensión política de sus discos, la resignificación de lo tradicional desde lo colectivo y lo queer, y el modo en que cada canción se convierte en un manifiesto sonoro y emocional
Otra Canción: lo largo de tu discografía elegís colaborar con otros músicos, y muchas veces son ellos quienes te convocan. ¿Cómo se da ese cruce? ¿Qué buscás en una colaboración?
Noelia Sinkunas: En una colaboración busco en general que sea un poco disruptivo con el discurso que vengo armando. Entonces si hago un chamamé busco alguien que no cante chamamé y así. En un tango, a alguien que no estemos acostumbrados a escucharlo en un tango pero que le podría quedar bien. La idea es poder conectar diferentes mundos.
Y los cruces, la mayoría de las veces, se dan de forma natural; se trata de artistas con los que he trabajado como pianista o como productora musical. Nos encontramos por diversas circunstancias en estudios de grabación o en conciertos, también en juntadas. La sonoridad de mis colegas queda resonando y aparece cuando los necesito, en el momento de composición y de producción.
O.c: Tus discos parecen manifiestos, más que simples colecciones de canciones. ¿Pensás tu obra como una declaración política o ética? ¿Qué valores la sostienen hoy?
Pienso el disco como un manifiesto personal y político, que refleja mi alrededor y realidades en las que estoy. Pero lo veo más como un momento mío, más que como un conjunto de canciones individuales, como un momento de mi vida.
¿Qué valores? Unión y perseverancia.
O.c: En “Árbol” aparece una imagen poderosa. ¿Qué representa el árbol en tu universo simbólico: raíz, refugio, testigo, resistencia? ¿Qué te llevó a convocar a Ricardo Mollo para esta canción tan íntima?
N.S: Dejo la palabra a la libre interpretación de las personas, lo que quieran entender qué es el árbol. En todo el disco hablo de la casa y el refugio en general, puede estar conectado con esos conceptos.
Mollo apareció, nunca pensé que iba a grabar en alguna obra que yo hiciese. Él apareció a través de redes sociales, intercambiamos y me anime a preguntarle si quería grabar en mi disco y me dijo que sí. Estoy muy agradecida, es una persona muy generosa. que haya puesto la voz en ese tema es clave.
O.c: En “Tradición”, junto a Mocchi, se abre el disco con un chamamé coral y disidente. ¿Qué significa “tradición” en tu universo simbólico? ¿Cómo se resignifica lo tradicional cuando se lo interpreta desde lo queer o lo colectivo?
N.S: Tradición para mi es una sensación que la vivo en conjunto con diferentes grupalidades de las que siempre fui parte, donde somos parte del folklore, somos parte del tango pero no nos sentimos identificados con ciertas corrientes tradicionalistas de otra época. Sí con el repertorio, con poder cantar algunos temas clásicos pero después, no nos representa. Entonces la canción viene a hacer esa bajada de sentirnos parte pero no, y que estamos construyendo nuestro propio lugar para hacer la música que que queremos y decir lo que queremos decir a través de este lenguaje, que puede ser tango, chamamé, folklore.
O.c: “Vamos corazón”, con Daniela Herrero, parece responder al mandato de dureza en tiempos de crisis. ¿Qué lugar ocupa lo femenino como gesto político en esta pieza?
N.S: Este tema no está pensado en función de femenino o masculino. hablo de mi, de seguir adelante, de entendernos como personas que al hacer todo con las emociones a flore de piel, con intensidad, nos abrimos mucho, nos sentimos vulnerables; habla de seguir adelante.
O.c: En “Formas”, junto a Leo García y Julián Di Pietro, exploras nuevas maneras de vincularse. ¿Qué formas estás explorando: de amar, de resistir? ¿Qué te interesa reivindicar desde lo queer, lo híbrido, lo no normativo?
N.S: Pesamos el tema con la idea de poder trabajarlo desde el arte sonoro. Cómo podemos interpretar el tango, que es un sonido que se graba como si se le sacara una foto al instrumento, cómo trabajarlo como si fuese cinematográfico, trabajar una posproducción del audio de algo que no puede hacer el instrumento en tiempo real. esa fue la busqueda para poder llevarlo a un lugar electrónico sin que quede con un beat electr´´ico sino tanguero,. la forma de explorar son intercambios de herramientas que utilizamos en diferentes mñusucas. Eso se puede pensar en la vida tambien, como puede llevarse o trasladar estructura de un lenguaje a otro.
O.c: En “Te vuelvo a ver”, con Nana Arguen, hay una evocación profunda del reencuentro. ¿Qué tipo de retorno propone la canción —espiritual, amoroso, político— y qué memorias y cuerpos estás convocando en ese decir?
N.S: Esta canción es una improvisación libre para la cual le propuse generar esos climas y texturas, encontrarnos en una canción.
propongo tambien hablar de que las cosas sólo suceden en un momento y no se vuelven a repetir. todo lo que pensamos que anhelamos del pasado ya no existe y es un loop como de ensueño. Eso lo llevamos al ámbito de la improvisación libre para generar eso en el tiempo presente, musica que sucede en ese momento y no volverá a suceder.
O.c: En “Nostalgias de juventud” y “A Don Páez” hay una mirada melancólica pero también crítica sobre lo barrial. ¿Qué tipo de nostalgia elegís evocar y qué te interesa rescatar de esas figuras en tu música?
N.S: A don Páez, la figura que intento rescatar es a mi abuelo, le compuse el tema a él. me gusta mezclar lo tanguero y momentos de improvisación. tiene momentos oníricos, abiertos, para generar un clima diferente.
Nostalgia de juventud es un tema que compuse para ir a tocar al festival de chamamé. siento que puede recrear la nostalgia que uno tiene o que sentí por haber tocado tango desde joven. hay algo nostálgico en el mismo discurso del tango, pero esto salió como un chamamecito.
O.c: “El errante” y “Paisaje” comparten una atmósfera de tránsito y contemplación. ¿Qué une a estas piezas en términos de relato y paisaje emocional?
N.S: El errante es un tango en el que intenté buscarle la forma de improvisar, que tenga momentos de solos y que mexcle el tango y el chamame.
Paisaje es una propuesta de improvisación libre para cuarteto que también tiene la misma temática de mezclar tango y chamamé. le propongo a los músicos contar chistes de tango y chámame…
O.c: En “Volar”, junto a Alex Musatov y Julián Di Pietro, aparece la idea del vuelo. ¿Qué tipo de vuelo propone esta canción: liberación, fuga, deseo?
N.S: La canción propone buscar la casa, arranca diciendo duele la casa. Entonces el vuelo podría ser un pájaro buscando el nido o buscando armar el nido, va y vuelve, los viajes, conocer otros lugares. pero no lo había pensado tanto. tiene que ver con el arraigo, desarraigo, si sos inmigrante, emigrante….