Vampiros urbanos, deseo queer y ciudades perdidas: el universo de Alex Anwandter llega a Córdoba

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El próximo viernes 19 de septiembre de 2025, el Studio Theater de Córdoba se convierte en punto de encuentro para quienes entienden el pop como un espacio de resistencia, deseo y contradicción. Alex Anwandter llega a la ciudad para presentar en vivo sus dos últimos discos: Dime Precioso y El Diablo en el Cuerpo, obras que condensan su universo estético y político con una potencia emocional que no pide permiso.
Compositor, productor y director chileno, Anwandter es una figura clave del pop latinoamericano contemporáneo. Su obra —siempre inquieta, siempre incómoda— tensiona lo íntimo y lo colectivo, lo queer y lo masculino, lo solemne y lo irónico. Con influencias que van del disco setentero al synth-pop más sofisticado, sus canciones son frascos que intentan capturar rayos: fugaces, potentes, imposibles de definir del todo.
En esta entrevista, Alex reflexiona sobre el cuerpo como campo de batalla, la ciudad como escenario de pérdida, y el amor como trinchera. Habla de vampiros urbanos, de colaboraciones que celebran la comunidad queer, y de canciones que nacen como gestos políticos y emocionales a la vez.
Su visita a Córdoba no es solo un recital: es una invitación al diálogo, a la incomodidad creativa y a la celebración de lo que no encaja. Porque como él mismo dice, el arte no es mensaje, es conversación. Y esa conversación está por comenzar.

Otra Canción: En Dime Precioso hablás de refugiarte en la vanidad en medio del incendio mundial, y decidiste trabajar con una estética más directa. ¿Cómo se vive esa contradicción desde el cuerpo, el deseo y la música? ¿Hay algo liberador —o incluso feminista— en condensar lo emocional en vez de expandirlo narrativamente?

Alex Andwather: Me parece que hoy en día estoy un poco en contra de andar evaluando mis contradicciones, como quien tiene una especie de contradiccionómetro. Siento que ese contradiccionómetro hipotético es marca Apple y es un ejercicio que busca más acariciar el ego que mejorar el mundo. Lo mismo con lecturas políticas sobre mi trabajo, prefiero dejárselas a otras personas. En lo personal, busco maneras más concretas, no-virtuales y comunitarias de aportar que sólo hablando en canciones (que supongo de algo sirve) o entrevistas.

O.c: Los personajes del disco parecen vampiros urbanos, atrapados entre deseo y soledad, y la ciudad aparece como escenario de pérdida. ¿Es esa figura una metáfora del artista contemporáneo, del amante, o del ciudadano en tiempos de polarización? ¿Qué tipo de ciudad construye “Perdido”?

Alex: Inevitablemente todos los personajes del disco son yo y algo de mi visión del mundo tienen. En todo caso, muchas veces escribo canciones sobre alguna idea o un sentimiento que es a la vez fugaz y, para mí, potente. Lo intento embotellar en un frasquito -una canción- como quien intenta capturar un rayo. Es un ejercicio un poco absurdo. A lo que voy en todo caso es que, como un rayo, es algo que sucedió muy rápido y no necesariamente concuerdo con eso meses o años después.

O.c: Canciones como “París, ¿tal vez?”, “Tu nueva obsesión” y “Gaucho” tensionan el deseo con el absurdo del lujo y la masculinidad pop. ¿Qué te interesa de ese contraste entre erotismo, ironía y derrumbe? ¿Cómo el pop permite jugar con la masculinidad sin solemnidad ni culpa?

Alex: El pop me gusta mucho porque, ya que hablamos de contradicciones, tiene muchísimas reglas y a la vez ninguna. Es sólo una sensibilidad; unas ganas de hablar directo y entretenido, pero el tema puede ser absolutamente cualquiera y la forma también. Cuando me hablas de erotismo, ironía y derrumbe de cierta manera me estás explicando mi propio disco y a mí eso me encanta. “Perdido” es, en mi mente, un homenaje a Pino D’Angiò y los varones italianos muy machos de los 70s. En otras canciones pienso en mi mismo como mujer. Estoy proponiendo una conversación más que diciéndote algo específico.

O.c: ¿Qué significa tener “el Diablo en el cuerpo” en tu universo simbólico? ¿Es una metáfora del deseo reprimido, de la disidencia sexual, de la rebeldía política o de todas a la vez?

Alex: Todas las anteriores. Volviendo a lo que hablamos antes, es una imagen que no me interesa mucho definir realmente. De hecho, me gusta mucho mantener un espacio para el auditor, donde pueda insertarse, interpretar o imaginar lo que quiera. Así mi trabajo es más diálogo que mensaje. Es realmente el diálogo lo que me interesa. La versión “mensaje” del arte es un poco limitada. Y, si se quiere, demasiado masculina. El diálogo, por otra parte, es infinito.

O.c: ¿Qué impacto tuvo tu mudanza a Nueva York en la creación de El Diablo en el Cuerpo? ¿Se percibe una influencia directa de la cultura dance neoyorquina en los arreglos y el espíritu del álbum?

Alex: Sí, claro. Inevitablemente algo de eso hay. EEUU es un país muy complejo. Muy maligno y corrompido, pero con personas geniales y mucha cultura muy interesante. La música popular de acá es muy rica y la música dance en específico ha sido algo que mi cuerpo ha disfrutado mucho.

O.c: ¿Por qué “Balada de la impunidad” se siente como un quiebre dentro del disco? ¿Qué relación tiene con el estallido social chileno y con tu obra política previa?

Alex: Me parece que se siente como un quiebre porque esa canción sí se trata de algo específico; digamos, un problema “social”. En este caso, es una canción que escribí sobre cómo los policías que dispararon y asesinaron a civiles durante el estallido social salieron completamente impunes y como esto pareciera ser más una regla que un escándalo. Es una canción un poco seria, a pesar del tono irónico. La verdad no quería tener una canción así en ese disco, pero respeté el impulso que tuve para escribirla y la incluí.

O.c: ¿Qué rol cumple Javiera Mena en “Unx de nosotrxs”? ¿Es una colaboración simbólica que refuerza la idea de comunidad queer en el pop latino?

Alex: Es un poco un homenaje al Chile en que Javiera y yo crecimos. Nos conocemos hace muchos años, cuando ambos estábamos empezado. Y en esos años había una escena muy interesante en Chile; muy orgánica y “queer” (antes que se usara realmente esa palabra!). Fue lindo desarrollarse artísticamente en algo que, si bien era extremadamente precario, era muy abierto y muy entretenido. Y bueno, había gente talentosísima como ella.

O.c: ¿Es el amor una trinchera, una utopía, una forma de sobrevivir al contexto social violento? En “Tienes una idea muy antigua del amor”, ¿cómo se articula la crítica al amor posesivo desde una perspectiva queer y feminista?

Alex: No tengo idea lo que debería ser el amor, pero tengo algunas ideas sobre lo que no debería ser jaja. Hay nociones que me parecen absurdas. Me parece que la canción se trata, quizás, sobre lo absurdo que me parece ser marica e importar, si se quiere, ideas muy retrógradas que son tradicionalmente propiedad del mundo heterosexual. Es como decir un poco, aprovechemos la diferencia, no?