Cuando Nick Drake murió en 1974 a los 26 años, dejó atrás tres álbumes que lo convirtieron para muchos en un artista de culto. Bryter Layter es el segundo álbum de Nick lanzado el 6 de marzo de 1971.
El disco estaba destinado a darle a Drake un sonido más accesible después de las bajas ventas de Five Leaves left. El álbum utilizó una instrumentación adicional de músicos como John Cale, ex miembro de Velvet Underground y miembros de la banda Fairport convention. Según cuentan quienes lo conocieron que el álbum trató de darle un sonido comercialmente atractivo a Drake sufriendo el mismo destino que su disco debut. Vendió solo alrededor de 5000 copias. Tal vez la escasez en venta haya sido justamente hacer un disco para la gente y no para él mismo. Acto que lo llevo en su siguiente disco Pik Moon a despojarse de toda instrumentación posible dejando lo mínimo indispensable.
Nick para muchos era un erudito ingles que exudaba indulgencia campestre inglesa, era demasiado tímido, carecía de habilidades sociales y era sensible a la crítica. Gracias a su habilidad prodigiosa para escribir canciones en el piano y en guitarra, Drake se transformó en un letrista admirado por muchos.
Según cuentan quienes lo conocieron Nick podía ser la persona más malhumorada. Pero creo que debajo de esa persona yace la esencia de un artista melancólico con una poética como pocos en su época.
Bryter Layter: El equilibro entre la luz y la oscuridad
Es difícil elegir “el disco” de Nick Drake. Pero creo que Bryter Layter es el más luminoso de su carrera. Aún cuando sus letras estén llenas de melancolía. El álbum tiene canciones memorables como Nothern sky y One of these thing first con un sonido agradable y suave. Mientras que Poor boy y At the chime of city clock emplean un sonido jazzero interesante en comparación con el resto de su discografía.
El disco también emplea los famosos interludios muy usados en los años 70 que te empujan a escuchar el disco. Esos interludios actúan como salidas a las formulas típica de cantautores folk, de las que tanto renegaba Drake, donde muchas veces la libertad compositiva se encuentra comprometida por una estructura rítmica típica del estilo.
Probablemente Hazey Jane I sea la canción en la que Drake parece jugar y pasearse por el Folk –rock. Con un toque country dadas por las trompetas de jazz y las guitarras de Richard Thompson que se mezclan a la perfección con la lírica de Drake soslayada por matices de R&B. Mientras Hazey Jane II funciona como la canción más personal, en ella parece cantarle a las ansiedades y las dificultades de la vida tanto moderna como adulta. El autor susurra tal vez sus líneas más confesionales sobre una de las atmosferas más alegres del disco.
De manera similar canciones como At the Chime of the City Clock’s destacan la inestabilidad emocional de Drake donde la soledad parece ser el tema central. Los cambios entre tonalidades resaltan el éxtasis emocional de ansiedad y tristeza interrumpida a veces por episodios de esperanza y anhelo.
El optimismo en Nick Drake tiene dos formas, la primera musical, la segunda lírica. Un ejemplo es One of These Things First. Una canción con fuertes tintes jazzísticos acelerados por una prosa que destaca el optimismo de los viajes, las posibilidades y los destinos de la vida. Sin embargo parece que en lo más profundo el cantautor profesa las fallas de una relación donde admite que podría haber mantenido una relación estable y confiable.
Pero quizás una de las canciones más explosivas sea Poor Boy. El tema funciona como una burla a sí mismo. Nick parece disfrutar la colaboración con otros músicos brillando en primer plano. Pero la prosa de la canción destaca la incertidumbre de Drake para encajar en esa escena burlándose de su propia autocompasión y salud mental.
Quizás lo que más mortificó su salud fue su incapacidad para comprometer su espíritu intelectual a la superficialidad del momento. Como leí en su libro recuerdos de un instante se volvió desdeñoso, no completamente del público, sino de sí mismo por una gran capacidad para estar a la altura de las demandas. Canalizó este creciente desdén por medio del arte, transformándolo en un mecanismo de supervivencia. Pero también recurrió a los antidepresivos mientras anhelaba una carrera musical con todas las reglas. Los fracasos conseguidos hicieron de él una persona insegura y falta de confianza en sí mismo. Nick confiaba sin duda en su destreza poética, pero creo que sintió que eso se interponía en su objetivo, el de obtener más audiencia
Es una lástima que el fanatismo y el negocio nunca hayan confabulado a favor de éste artista. Mientras su música estuvo adquiriendo polvo y siendo renegado, Drake se metió cada vez más en la depresión, en sus inseguridades y consumo de antidepresivos.
Hoy a más de 40 años de su muerte, sus álbumes son considerados de culto por muchos músicos y gente vinculada al mundo de la música. Sus obras son consideradas obras maestras del arte musical británico.
¿Qué paso que tardaron tanto en reconocer la importancia de la obra Drake?
Cada uno tendrá su respuesta, lo único cierto es que recién en el 2018 Nick Drake fue incluido en el Folk Hall of Fame. También que simbiosis entre el folk y jazz se convirtió en un punto de partida fundamental para la identidad musical de otros artistas como Gray Reverend.
Frustrado por la falta de éxito comercial, Boyd (su productor) se retiró de su sello Witchenson y vendió los derechos de la música de Drake a Island Records. El músico un poco tirado a la suerte y por falta de aptitud en varias actuaciones dejó Bryter Layter flotando en un mundo de hostilidad y poca apreciación. Pasaron varios años para que el disco sea considerado de culto. Quien sabe, quizás las interpretaciones de Elton John, Brad Mheldau, Norah Jones y tantos otros hicieron hoy de Nick Drake un culto.
Lo cierto es que Drake tenía un futuro prometedor por delante, lleno de éxitos. Pero falleció a los 26 años. Seguro Nick no sabía que hoy su música encajaría en este mundo. Como me sucede con varios músicos, me pregunto cuán brillante podría haber sido su carrera hoy.
Sospecho que Drake como tantos poetas, son dueños de una extraña agudeza profética; además de saber distinguir líricamente el presente, el futuro e incluso el pasado de una manera que nunca dejará de producirnos escalofríos. Drake tal vez siempre supo que el verdadero arte se subestima durante un tiempo y que muchas veces se celebra una vez fallecido su autor.
Me gusta pensar que lo que más lo paralizó fue su inútil incapacidad para viajar al futuro, para experimentar plenamente lo que sería hoy su arte. Y por qué no pensar que en algún plano lejano, supo que sería brillante más tarde.
Creo que si uno tuviera que proponer un día para escuchar cualquier disco de Nick Drake o Bryter Layter, sería un día nublado, lluvioso o un domingo. Casualidad o no, el disco cierra con Sunday. La canción pareciera ser la manera perfecta de cerrar un disco como Bryter Layter. Gracias a su melodía tranquila de flauta tocada sobre una guitarra y más tarde un órgano. Creo que el cierre es un intento (por momentos logrado) de poner en perspectiva el disco aunque claro, sin perder de vista las canciones que la anteceden.