El cantautor rioplatense regresa a Córdoba el 18 de Septiembre (las entradas se pueden comprar aquí) para presentar su último trabajo discográfico, «Hay un Lugar». Fiel a la tradición del movimiento cancionista Julián apuesta a reflexionar sobre el presente, sobre los lugares en los que nos gustaría estar y no podemos, los vínculos con el otro, entre otras cosas. Fiel a su estilo a lo largo de las canciones que componen el disco se puede apreciar melodías provenientes del tradicional formato canción pero también de distintos ritmos latinoamericanos.
Aprovechamos la ocasión para hablar largo y tendido con el:
O.C: Cómo estás llevando la pandemia. Me imagino pensando en muchas cosas como formas de trabajo y demás…
Julián Oroz: Si, porque no saber cuándo vas a volver a cantar en vivo y las restricciones hacen que tengas que desarrollar otro mapa de trabajo. Tuve que desarrollar la paciencia. La pandemia me llevo hacer un trabajo más reflexivo y manejar otros tiempos que es quizás lo que no estaba pasando en la vida normal.
O.C: ¿En qué momento surge hay un lugar?. Es un disco que si bien viene de antes, creo esté momento reconfigura los nombres, les da otro significado…
J.O: Yo particularmente los creé desde la soledad, teniendo que estar aislado y reflexionar sobre el lugar personal, ese que habita dentro de uno y obviamente en los lugares que quería estar y no podía… También lo vínculo con ese lugar que es la canción. Cuantas veces uno dice esa canción me transporta a una época o lugar…
La canción que da título al disco nos invita hacer un viaje interno a esos sitios. El disco tiene un viaje interno, que se ve reflejado también en las canciones que la componen.
Creo que todo lo que no está pasando, nos invita a pensar a qué velocidad queremos hacer las cosas. Lo que está pasando, nos obliga hacer las cosas más lentas y al mismo tiempo te hace pensar en la finitud de todo. Por un lado pensas no puedo ponerme tantos objetivos en un año, lo cual hacer algunas cosas ya es buenísimo… Hay una cuestión que se volvió vital que es la relación con la muerte, constantemente estamos viviendo con la muerte. Prendemos la tele y estamos viendo cuántos murieron…
O.C: Afirmas que hay un lugar, no dejas lugar a la duda…
J.O: Creo que cuando vamos a un lugar del pasado o decimos tengo un amigo con el que me llevo muy bien existe un lugar en ese vínculo. Es una expresión que aparece también en personas, canciones, momentos de la vida y no solamente en lugares físicos.
Me gusta pensar que todos esos son lugares que están en tiempo presente. Creo que cuando uno recuerda algo ese lugar está presente. A veces nos referimos a cosas del pasado pero que sin embargo las tenemos presente. Me gusta jugar con el tema del tiempo. Hay una canción que habla del pasado y hace un poco esa reflexión sobre la cuestión del presente y el pasado.
O.C Hablando de lugares y personas… Le dedicas una canción a Montevideo en la que nombras figuras como Jaime Ross y Jorge Drexler. Una ciudad con un fuerte tradición cancionista y que se nota en tu trabajo…
J.O: Vos lo dijiste. Existe un camino hecho por Drexler, Mateo, Cabrera, Jaime… Me parece que en Montevideo se desarrolló una escuela de la canción que trabaja mucho con la emocionalidad. Tiene mucho que ver con ir hacía a la emoción….
Ellos hacen canciones que pueden tener algo de candombe, de rock, pero en sí son canciones que apelan a la emoción. Quizás en Argentina esa escuela no está muy presente.
Acá los géneros son muy fuertes. Por ejemplo hablamos de Fito como un compositor de canciones, pero de alguna manera lo tenemos como rockero. En el folklore también pasa lo mismo. Nos referimos al Cuchi Leguizamón como compositor de folklore, lo tenemos muy arraigado a un género… En Montevideo creo que existe la canción sin etiqueta, puedo hacer un paralelismo con la trova rosarina, que tiene un tinte urbano y que no necesariamente es de un género específico, al contrario abarcan muchos géneros…
O.C: Podemos decir que la canción intenta sintetizar todo…
J.O: Creo que en Montevideo está bastante claro ese camino. No por nada Cabrera se volvió un referente de la emocionalidad y el sentir rioplatense. Pareciera que viene de Beatles, de Astor Piazzolla, pero tiene un fuerte rasgo de canción urbana. Tiene como una pulsión que no viene exactamente de un género especifico y es lo que me cautivo.
Otra cosa que me llama mucho la atención es como trabajan con la emocionalidad. Las temáticas de las canciones de Jaime Ross me gustan mucho.
O.C Una de las canciones que me gusto la Luna Alumbra y me hizo pensar porque siempre o casi siempre a la luna y la noche con la soledad. Teniendo en cuenta que también es momento de reuniones y fiesta…
J.O: Me dejaste pensando… creo que hay un camino hecho por muchísimas personas en la cultura como Atahualpa, que le canto tanto a la luna, a la soledad y nos marcó un camino. Ahora que lo decís, es cierto es un lugar común en nuestra cultura, pero no necesariamente la luna tiene que significar que haya soledad. Es cierto que de noche hay muchos encuentros donde la luna y la noche son parte.
Creo que tiene que ver con que la noche te da esa sensación de inmensidad y de oscuridad. Nunca lo había reflexionado, ahora que me lo decís me dejaste pensando…
O.C: ¿Cuál sería idea de la canción?
J.O: La idea es un poco que luna alumbra sin estar pendiente a quien alumbra. La idea de que alumbrar sin especular me gustó. Además la luna alumbra en momentos donde no hay luz es como el farol.
O.C: En Uruguay esa parte melancólica de la noche y la luna no está muy presente, o por lo menos también le cantan a las fiestas y encuentros que se dan de noche…
J.O: Ahora que lo pienso en la música uruguaya hay menciones a la luna roja de carnaval. Hay menciones a la luna desde un punto más festivo y de celebración. Es una imagen que está relacionada con los tambores, porque en la llamada del candombe está la luna y la estrella. Es cierto que son figuras que aparecen ámbitos festivos y no están tan relacionados a cuestiones de la soledad.
O.C: El pasado está muy presente en el disco, hasta hay una canción llamada pasado… ¿que tan importante es el pasado?. El pasado nos presenta momentos buenos, pero también puede trabarnos…
J.O: El estribillo dice yo se que es hermoso el pasado… Hace un reconocimiento de que efectivamente es hermoso ese pasado teñido de una luz ambar que lo embellece. Uno tiene recuerdos bueno y malos, en este caso habla de ese pasado hermoso que uno retoma. Hay una frase con la que no estoy de acuerdo que dice: todo tiempo pasado fue mejor. Creo que hay un lugar común en el que recordamos ese pasado que tiene un brillo difícil de competir con el presente. Ese estribillo después se completa con “Yo sé que es hermoso el pasado, que siempre queremos volver, pero te pido un favor, está vez quédate a mi lado…» El quédate a mi lado es físicamente y en tiempo, muchas veces estamos con personas que viven el pasado al lado nuestro. Nos puede pasar a nosotros mismos y que la persona que está al lado nos pida estar en el tiempo presente. Muchas veces sucede que estamos en el mismo espacio físico pero no en el mismo espacio temporal…
Vos hablabas de trabas que tienen que ver con cuestiones que no hemos soltado del pasado y que todavía las tenemos en modo presente. La canción habla que no solo nos traba recuerdos malos, por eso dice ya sé que es hermoso el pasado pero báncame en esté presente…
Más allá del nombre, la canción nos lleva a la reflexión de vivir el presente, que es lo más sano que puedo pedirle a otra persona o a mí mismo. Muchas veces me han pedido y eh pedido sin decirlo directamente. Por ejemplo cuando le decimos a un amigo ya fue pensa en lo que tenes ahora, le estás diciendo volve del pasado y habita el presente.
O.C: La canción «Yo creo» habla de la belleza de las cosas sencillas. Creo que son a las cosas que más nos cuesta encontrarle la belleza o la importancia. A veces nos fijamos en las cosas más complicadas, cuando en lo sencillo está la felicidad..
J.O: Es un plateó filosófico que podemos estar horas charlando… Creo que no le damos importancia porque está al alcance de la mano. En gran medida cuando tenemos algo al alcance de la mano lo naturalizamos. Los seres humanos tenemos la capacidad de naturalizar muchas cosas y eso puede ser algo positivo. Hay cosas que naturalizamos y no están buenas. Lo vemos a diario cuando hablamos de cuestiones de género…
Los seres humanos naturalizamos tanto que por un lado es positivo, por el otro nos hace acostumbrarnos a las cosas que son hermosas y dejar de verlas como por primera vez. También es cierto que si ves todo el tiempo los girasoles y la belleza de ellos tampoco podes estar viviendo con ese nivel de potencia toda la vida porque es difícil de sostener. El equilibrio está en olvidarse de vez en cuando lo lindo que es algo y volverse a encontrar con eso.
Pasa lo mismo con las canciones o los discos. Seguro hay alguno que volviste a escuchar y te re-enamoraste, hasta te preguntaste porque lo dejaste de escuchar. Bueno porque en algún momento lo naturalizaste…
O.C: Me hiciste pensar la cantidad de discos que escuche durante la cuarentena que tenía olvidado. Hubo un tiempo que me dedicaba a escuchar todos los días un disco que hacía mucho no escuchaba y me llamaron la atención canciones que en otro momento pasaron desapercibidas… ¿Te paso algo de eso?
J.O: Me paso lo mismo. Volví a Drexler, Jaime, Cabrera, Mateo…. También estuve escuchando mucho Morricone que nos dejó el año pasado. También escuché Juan Luis Guerra un maestro de la canción que hacía muchísimo que no escuchaba.
Escucho de todo, de hecho estoy escuchando mucho rap. Me volví muy fanático de las batallas de gallo. No sigo el campeonato pero siempre veo los videos con los mejores minutos de las batallas. Me llama mucho la atención como trabajan con la música y las palabras.
Así como escuchó juan Luis guerra desde 1990, de lo actual estoy viendo las batallas…
O.C: Juan Luis Guerra tiene canciones sencillas pero bellas..
J.O: Lo tengo como un referente muy grande porque logra poner en valor la sencillez. Pensá que Juan le cantó al baile, al amor, le cantó mucho a la yuca, al café y a los pájaros… Le canta a todo el universo natural que lo rodea. Ojalá que llueva café en el campo es como la metáfora más fuerte…
O.C: Hablando de lo sencillo de la vida, la naturaleza es algo que está muy vinculado al movimiento cancionista o folclórico. Podría nombrarte en ese sentido Fandermole que es más poético…En contraposición con el rock que es más conocido en algún punto por ser más directo y contestatario… Aunque claro que el componente contestario está en otros géneros pero no son tan visibles…
J.O: Justo nombraste a Fandermole, la canción Oración del remanso habla de algo concreto y sencillo de la vida, de lo cotidiano de una persona que sale a pescar. En ese punto lo linkeo totalmente con Juan Luis Guerra. Los dos ponen en valor lo sencillo y una labor de todos los días. Igual es algo que viene de antes, Atahualpa habla del hachero…
Lo que no me termina de cerrar es lo que el rock fuera de protesta…
O.C: En cuanto al sonido el rock suele ser más isntrumental si se quiere. Mientras que los discos cancionistas son más sencillos en instrumentación. Encuentran lo bello en lo sencillo.
J.O: Si, creo que va por ahí… Ahora que lo decís me haces pensar y creo que hay algo de eso… Creo que el movimiento cancionista va más a cierto lugar de la emocionalidad.
Me haces pensar, es cierto que a nivel literario hay un lugar común de hablarle al mate, la tarde, el caminar. Es cierto que hay algo de lo sencillo...
O.C: Hay un lugar, si lo comparamos con los otros discos es un poco más festivo…
J.O: Que fuera más festivo era algo que estaba necesitando. El disco anterior, ternura es más interno. En este disco las canciones me llevaron para ese lugar. Fue una decisión que tuvimos con Charly Valerio.
Que haya una cumbia fue algo que se dio naturalmente porque me encanta la cumbia.
O.C: Me decís que te gusta la cumbia y hace un rato hablamos de Freestyle.. ¿Hay algún género en el que te guste meterte?
J.O: Hace unos años grabe unos simples con el rapero Concepto Oculto. Hicimos un disco de rap y canción. También lo acompañe e algunas batallas pero todo de forma underground..
Me gusta el freestyle, aunque como todo movimiento hay una cuestión estética que me distancia. Hay una cuestión donde el rap se asocia más a otra generación, momento y estética.
También me he cruzado con gente que ha traído el rap al universo mío. Es un rap más lento que también me atrapa. Es una línea dentro del arte que es súper rica y tiene mucho que ver con la canción.
Recién hablamos del rock, canción y rap. Todos mundos que uno tiende a separarlos pero pueden convivir tranquilamente. Hay muchos casos que lo han hecho…
Por otro lado, creo que la canción no se va nunca porque no es un generó, es un dispositivo muy antiguo y esta con la humanidad hace miles de años.
O.C: Recién pensaba que el movimiento cancionistas tiene la salud de abrirse a diferentes ritmos sin prejuicios. Algo que por ahí no sucede en otros movimientos. Recuerdo algunas críticas por ejemplo a Fito por tocar cumbia con Mala Fama…
J.O: No creo que exista mucho el género canción. Para mí están los géneros y la canción es la base donde se construyen todos esos relatos. Por ejemplo lo que canta Gilda es una canción y lo que hace el Indio Solari también. Todas esas personas son cancionistas, solo que algunas son parte de un movimiento, una estética, que como decís, lamentablemente pesa bastante y puede llegar a generar un conflicto. Yo creo que los que nos movemos en la línea de cantautores, cantautoras o cancionistas, de alguna forma nos metemos con otros géneros pero nunca dejamos de lado la palabra porque ocupa un lugar muy importante. Por ese lado el cancionista puede tocar varios géneros y no va ser criticado. De alguna forma el cancionista siempre hace un aire de zamba, un aire de cumbia y nunca terminamos de meternos del todo en el género…
O.C Volviste a trabajar con Charly Valerio como productor.. ¿tuvo alguna incedencia en el sonido? Hay veces que cuando se trabaja con el mismo productor se nota una cosa que se repite, en tu caso pareciera que no…
J.O: Me da muchísima libertad y placer trabajar con él. Igual no le tengo miedo a la repetición, no creo que sea algo necesariamente negativo.
No tengo la intención que mis discos se diferencien demasiado. Me gusta la idea que la gente sepa que va a encontrar, que sepan lo que voy a transmitir y a donde los voy a llevar. Después va haber diferencias sonoras, pero el que escucha sabe que le voy a proponer. Es un poco lo que me pasa un poco con los artistas que me gustan. A veces uno dice estoy para escuchar tal artista y pones cualquier disco porque sabes a donde te va a llevar. Claro que después cada disco tiene su matiz.
El tema de la repetición no me asusta porque son parte de una obra. Yo no pienso los discos por separados, son todos parte de una obra, de una foto que te permiten decir acá paso tal cosa… La repetición puede leerse como falta de idea o profundización. Atahualpa que te habla siempre de la luna, la soledad, el vino y el caballo…
O.C: Habla de lo mismo pero desde otros puntos de vista…
J.O: Es que le habla a la noche de diferentes maneras, el caballo era la noche, la mujer como la noche, la luna era la noche. Vamos a Jaime que le canto a los tambores, a Montevideo, barrio sur y al carnaval.
OC: El día que no le cante al carnaval nos asustaría.
J.O: El desafió de Jaime puede estar en como cantarle a los carnavales pero que no suenen iguales. Es un poco lo que me pasa a mí cuando pienso como puedo seguir cantándole a las cosas sencillas desde un lugar distinto.
La última canción que se llama el sabor de las peras por ejemplo resulto mucha controversia porque me decían le cantas a la fruta…
OC: Personalmente creo que pega más el ritmo que la letra en sí. Sentí que la letra acompaña el ritmo. La letra puede sonar superficial…
J.O: A veces pasa a que en el disco tenes una canción que habla del pasado o yo creo que termina diciendo “Que al final somos una huella con más dudas que certeza..”. Después termino con la fruta. Me gusta eso que tienen los referentes que te nombre. Me gusta esa cuestión desprejuiciada y no solemne… De hecho la letra estaba bastante pensada desde un lugar súper liviano. Es una canción que no pretende contar demasiado sino contagiarte la onda. La metáfora de la canción es que siempre hay algo por probar que está ahí al alcance de la mano… Vos todos los días podes encontrarte con una fruta en el centro de mesa pero no la probas. Pasa lo mismo con la vida, veces tenías algo tan cerca y nunca lo probaste hasta que un día te preguntas porque no lo hacías si estaba tan cerca…
Me gusta jugar con tener canciones que tengan cierta profundidad y otras livianas. Es un riesgo porque dentro del mundo de la canción está esa cosa de mira lo que escribe tal. De hecho venía de ternura que había sido bastante bien recibido, me aplaudían temas de duraban cuatro minutos y decían mira lo que esa letra. Ahora te salgo con la pera y una canción de un minuto y medio…
OC: Para terminar. Recién hablabas de que los discos son una foto. ¿Cuál es la foto que diferencia ternura con hay un lugar?
J.O: Ternura fue poco esto que hablamos de la repetición porque siempre creí que había que revindicar la ternura, la cualidad humana se sentir empatía por otra persona y el amor más allá del acto romántico. Podría decirte ese amor spinettiano, que cuando lo escuchas sentís ese amor que es el romántico pero también a la familia, a todo…
Hay un lugar sigue esa línea. Igual creo que lo esencial es que el arte sane. Te puede sanar con una canción que te produzca ternura, pero es algo que no tiene que ver con la estética, te puede sanar una canción de Metal. Cuando uno se queda en la estética, puede ser una gran limitación para llegar a la esencia de las cosas. No sé si te paso de escuchar una canción de una artista que nunca escucharías pero que versionado decís que lindo tema. Lo que se escucha estéticamente muchas veces nos separa…
Básicamente me gusta proponer una música que sirva para acompañar a la gente. Antes creía en la idea de la canción que te vuela la cabeza. Hoy me llena de orgullo que la canción que hago te haga compañía.